Comenzamos el año 2015 con una serie de noticias y signos fuertes, claros y esperanzadores. Gestos y actitudes de nuestro Papa, el argentino Jorge Bergoglio, Francisco para el mundo, que marcan una definida predilección por los más débiles, los pobres, quienes son víctimas de trata, los ilegales, los apartados, los que no tienen voz. Y al mismo tiempo, figuras que expresan lo social, lo comunitario, la "espiritualidad colectiva", el estar con y en el pueblo.
CHIARA
En esa sintonía de gestos, discursos, donaciones, abrazos y reuniones, tres causas de beatificación y canonización van avanzando y tomando forma. El pasado 27 de enero, en la catedral de Frascati, se llevó a cabo la "Prima Sessio", el proceso para llevar a los altares a la Sierva de Dios Chiara Silvia Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares. Hay más de 70 casos a investigar para encontrar signos de santidad en esta mujer, y el próximo 12 de febrero la primera "testigo" convocada por el tribunal de investigación será María Voce, sucesora de Chiara al frente de este movimiento nacido en 1943.
La noticia alcanzó a los medios de comunicación, casi para confirmar un concepto querido y central en el pensamiento y en la mística de la fundadora de los Focolares: «He aquí el gran atractivo del tiempo moderno: penetrar en la más alta contemplación y permanecer mezclado entre todos, hombre junto a hombre».
El Papa Francisco ha querido hacerse presente a través de un mensaje firmado por el cardenal Pietro Parolin, secretario del Estado Vaticano, leído por el cardenal Tarcisio Bertone, presente en la ceremonia. En este el Papa recuerda «el ejemplo luminoso de vida de la fundadora del Movimiento de los Focolares» a quienes «conservan la preciosa herencia espiritual». Además «invoca abundantes dones para aquellos involucrados en la postulación y exhortae a dar a conocer al pueblo de Dios la vida y las obras de quien, en respuesta a la invitación del Señor, ha encendido para la Iglesia una nueva luz en el camino hacia la unidad».
PIRONIO
Desde fines del año pasado se producen pasos firmes y concretos en el proceso de beatificación del Cardenal argentino Eduardo Pironio, por quien el Papa Francisco siempre ha mostrado una adhesión y admiración peculiar. En el mes de octubre se abrió una investigación sobre la presunta curación milagrosa de un bebe de 15 meses que había inhalado purpurina en Mar del Plata. Los padres rezaron la oración que se encuentra en el reverso de la estampita del cardenal, y el niño se curó totalmente y sin ninguna secuela, a pesar que los médicos dudaban que saliera vivo, y, de sobrevivir, tendría secuelas y daños severos renales y hepáticos.
El pasado fin de semana se llevaron a cabo cientos de misas en Argentina pidiendo por el avance en la causa y por la santidad de Pironio.
ROMERO
La última noticia se produjo a principios de este mes de febrero, donde la Congregación para las Causas de los Santos y el Papa Francisco aprobaron el martirio de Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo salvadoreño asesinado en 1980.
El Obispo Vincenzo Paglia, postulador de la causa de Romero, plantea con meridiana claridad el rol del mártir en la realidad salvadoreña y latinoamericana: ”Es un don extraordinario para toda la Iglesia del comienzo de este milenio ver subir al altar un pastor que dio su vida por su pueblo. También lo es para todos los cristianos, como demuestra la atención de la Iglesia anglicana que ha colocado la estatua de Romero en la fachada de la catedral de Westminster junto a la de Martin Luther King".
"El martirio de Romero dio sentido y fuerza a muchas familias salvadoreñas que habían perdido a familiares y amigos durante la guerra civil. Romero pasa a ser algo así como el primero de la larga lista de nuevos mártires contemporáneos. El 24 de marzo – el día de su muerte – se ha convertido por decisión de la Conferencia Episcopal Italiana en “Jornada de oración por los misioneros mártires.” Y las mismas Naciones Unidas han proclamado esa fecha “Día Internacional por el Derecho a la Verdad en relación con las Graves Violaciones de los Derechos Humanos Fundamentales y la Dignidad de las Víctimas”.
DE LA IGLESIA AL MUNDO
Chiara Lubich, Eduardo Pironio, Oscar Romero. Futuros santos. Frutos del Siglo XX, 100 años de conflictos, guerras y crisis. Y sin embargo, desde esas piedras y dolores nacieron mártires y ejemplos. Hombres y mujeres que fueron testimonio concreto del amor de Dios en la sociedad actual. Una mujer que recibió el carisma de la unidad y lo convirtió en acción concreta abrazando el dolor de Jesús Abandonado para renovar luego la esperanza de "Que todos sean Uno". Pironio, un hombre de coraje y valentía en los momentos políticos y sociales más difíciles de la Argentina. El que invitó a los jóvenes de los setenta a marchar en paz, a elegir el ideal de Cristo, por sobre ideas de violencia y muerte. Y Romero, el santo ya para el pueblo salvadoreño, que fue parte de ellos y les dio su voz y su vida. Romero, quien al igual que el Padre Mugica, estaba dispuesto a morir por su fe, nunca a matar por ella. “Romero es nuestro, Romero es de la Iglesia", dijo el Papa San Juan Pablo II. Murió celebrando misa, en la Eucaristía, para ser ofrenda viva del dolor de un país. Quienes querían callarlo, perdieron. La voz de Romero se hizo millones en el mundo.
Ellos tres son la mayor ofrenda que hoy la Iglesia puede brindar al mundo: Abiertos, solidarios, con el mensaje en el pueblo, desde el pueblo. Santos de la Iglesia del siglo XXI que exceden una fe y un credo, y son ejemplo para todo el planeta, para todas las religiones, para todas las culturas.
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