Centenario de la declaración de la Virgen de la Caridad como patrona de Cuba

Centenario de la declaración de la Virgen de la Caridad como patrona de Cuba

Celebraciones tuvieron lugar, simultáneamente, en la Isla caribeña y en Miami

Hace cien años, en 1916, el papa Benedicto XV proclamó a la Virgen de la Caridad del Cobre patrona del pueblo cubano. La tradición reconoce a “los tres Juanes” el hallazgo de la imagen, entre 1612 y 1613. Juan de Hoyos, Rodrigo de Hoyos y Juan Moreno, eran sus nombres y tenían entre 9 y 10 años de edad.

La aparición de la Virgen ocurrió mientras iban a buscar sal en la bahía de Nipe, según el relato de Juan Moreno a la edad de 85 años:

“...habiendo ranchado en cayo Francés que está en medio de la bahía de Nipe para con buen tiempo ir a la salina, estando una mañana la mar calma salieron de dicho cayo Francés antes de salir el sol, los dichos Juan y Rodrigo de Hoyos y este declarante, embarcados en una canoa para la dicha salina, y apartados de dicho cayo Francés vieron una cosa blanca sobre la espuma del agua, que no distinguieron lo que podía ser, y acercándose más les pareció pájaro y ramas secas. Dijeron dichos indios ‘parece una niña’, y en estos discursos, llegados, reconocieron y vieron la imagen de Nuestra Señora la Virgen Santísima con un Niño Jesús en los brazos sobre una tablita pequeña, y en dicha tablita unas letras grandes las cuales leyó dicho Rodrigo de Hoyos, y decían: ‘Yo soy la Virgen de la Caridad’, y siendo sus vestiduras de ropaje, se admiraron que no estaban mojadas. Y en esto, llenos de alegría, cogieron sólo tres tercios de sal y se vinieron para el Hato de Barajagua...”.

Posteriormente se levantó una ermita para acoger la imagen, que luego fue trasladada en más de una ocasión, hasta que finalmente se ubicó en la basílica donde hoy se encuentra, en el santuario nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, en Santiago de Cuba. Su devoción se propagó con extraordinaria rapidez y no ha menguado en la historia del pueblo cubano, como se pudo comprobar en 2012, con motivo de la visita del papa Benedicto XVI a la isla, cuando se celebraron los 400 años de su aparición y se llevó a cabo una gran peregrinación por toda la isla.

Con la visita del papa Francisco a Cuba, en septiembre de 2015, la patrona de los cubanos cobró una particular importancia simbólica en los procesos de acercamiento entre los gobiernos de los Estados Unidos y de Cuba, amén de su profundo significado en los caminos de reconciliación y hermanamiento entre estos dos pueblos.

Así se vivió el pasado 11 de mayo, con motivo de las celebraciones del centenario de la declaración del patronazgo de la Virgen de la Caridad, en Cuba lo mismo que en Miami (Estados Unidos).

De acuerdo con la agencia católica AICA, “en la Isla, monseñor Dionisio García Ibánez, arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos ofició la misa solemne en el santuario nacional de la Virgen de la Caridad, a 960 kilómetros al este de La Habana, acompañado de los obispos cubanos, del clero y una multitud de fieles. Previamente a la celebración eucarística hubo una peregrinación conmemorativa desde la pequeña localidad santiaguera de El Cobre hasta el santuario nacional que alberga la imagen de la Virgen de la Caridad”.

Simultáneamente, “en la ermita de la Caridad de Miami, entre cantos propios de la devoción popular cubana y acompañada por jóvenes vestidos como mambises, el arzobispo de Miami, monseñor Thomas Wenski, recibía la venerada imagen de María de la Caridad del Cobre que había sido entregada al papa Francisco en su reciente visita a la Isla”.

Esta imagen la había recibido el obispo de Roma de una familia santiaguera, con la solicitud de que fuera entregada a las comunidades cubanas en el exilio, como recordó monseñor Wenski. Así, “el Papa les pidió a los obispos de los Estados Unidos que escogieran dónde colocar la imagen”. “¿Qué mejor lugar para colocarla que el santuario nacional de la Caridad aquí en el exilio?, dijo el arzobispo”.

Se espera que la imagen peregrine por las comunidades cubanas, en varias ciudades de los Estados Unidos, del mismo modo que ha ocurrido en la Isla. Sin lugar a dudas, a la luz de la fe, se trata de un signo de unidad y de fraternidad.

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