Celam y CLAR inician diplomado de entornos protectores en Bogotá

El cardenal Seán Patrick O’Malley, presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, envió un mensaje

 

En la nueva sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) se hizo la apertura oficial del diplomado en protección de niños, que están desarrollando en alianza entre su Centro de formación Cebitepal y la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR).

A este diplomado, que culmina en noviembre de 2022, han venido a cursar clases presenciales estudiantes de las 22 naciones donde el Celam y la CLAR tienen presencia a fin de apalancar sistemas de protección y prevención  de abusos con mayor eficiencia.

Además buscan conformar grupos de facilitadores de primer nivel, que vayan a sus países posteriormente a consolidar protocolos de protección en los diversos entornos eclesiales.

Crear redes de protección

Luis Manuel Alí, obispo auxiliar de Bogotá y oficial de la Pontificia Comisión de Protección de Menores, ha destacado el aporte que desde hace tiempo vienen desarrollándose en todo el continente para promover la cultura del cuidado.

“Siempre tenemos que asumir este trabajo con cuatro ases debajo de la manga: atención a las víctimas, asumir protocolos de protección, afrontar el problema y aprender de nuestros errores”, ha expresado el prelado.

Alí considera que “estamos en constante aprendizaje en estos tema” y “necesitamos hacer redes”, porque “aquí es cuando se hace carne la sinodalidad, no nos la sabemos todas, es importante hacer Iglesia”.

Problemas como clericalismo, el abuso de poder y sexual, entre otros, se resuelven cuando “tomamos conciencia que somos una Iglesia unidad y deseamos trabajar para hacer de esta un lugar seguro para todos, en especial para niños, niñas, adolescentes y adultos vulnerables”.

Cercanía con las víctimas

El cardenal Seán Patrick O’Malley, arzobispo de Bostón (EEUU) y presidente de la Comisión Pontificia para la protección de menores, ha descatado el papel del Celam y la CLAR de abonar el camino de la creación de entornos protectores “invirtiendo en el esfuerzo colectivo para asegurar que la Iglesia siga los estándares de calidad en la prevención de abusos”.

“Escuchar a quienes han experimentado un dolor tan profundo en nuestra Iglesia, nos proporciona un camino para cambiar nuestra forma de entendernos como Iglesia. El papa Francisco nos lo recuerda en el Evangelio de Mateo”, ha dicho.

Además ha destacado que la “ira de las víctimas, no es gratuita, es una manifestación del trauma que experimentaron cuando eran vulnerables y nosotros como Iglesia fallamos en nuestro deber de velar por ellos”.

Para responder a estas demandas, el purpurado sugiere apelar a la escucha atenta y, por supuesto, eliminar la fuente de malestar, por eso “estamos llamados a estar con ellos, como testigos de su sufrimiento, para ayudarles a navegar por las profundidades de su dolor”.

 

Comentá la nota