Después de la última tragedia en Lampedusa, Oliviero Forti, responsable de migración, explica las propuestas que serán presentadas a la Unión Europea. Las palabras del Papa son una referencia para todos, incluso para los no creyentes
«Estamos trabajando en una serie de propuestas comunes de todas las Iglesias europeas que presentaremos a los gobiernos de la Unión Europea para garantizar la protección y la acogida de quienes llegan por mar; es necesario que los 28 países de la Unión Europea se involucren, porque, por ahora, los que se encargan de lo que está sucediendo son sobre todo Italia, Alemania y Suecia». Lo explicó Oliviero Forti, responsable de migraciones en la Cáritas italiana, mientras siguen llegando desde Lampedusa noticias dramáticas sobre el número de migrantes fallecidos en el mar. Los últimos datos indican alrededor de 300 víctimas.
La iniciativa debería afinarse en los próximos meses, con una primera etapa en Roma, en donde se presentará el proyecto. Se trabaja sobre algunos puntos precisos: «La apertura de canales humanitarios a los países en guerra como Siria, Libia o Ucrania; la expedición de visados humanitarios mediante los cuales sea posible llegar a diferentes países de forma más sencilla, ordenada y menos costosa. Porque la acogida que se ha hecho hasta ahora, entre otras cosas, tiene costos muy elevados. De este modo podemos saber desde el principio si una persona quiere reunirse con sus parientes en Alemania, en Liguria o en otra parte, y así puede tomar un avión; esto significaría no poner en marcha toda la máquina logística y de socorro, que cuesta demasiado. Después, habría que hacer valer el principio de corresponsabilidad entre todos los países europeos que deben hacerse cargo de una parte de los prófugos; hay estados que reciben cifras ridículas. Por otra parte, la solidaridad es uno de los pilares de la adhesión a la Unión Europea y esta debe ser un hecho concreto».
¿Qué tipo de flujo migratorio tenemos en la actualidad?
Estamos frente a flujos que podríamos llamar mixtos. Es decir, gente quel lega por diferentes motivos: huye de la guerra o de un disgusto social que está aumentando, en particular en diferentes de los países del África subsahariana, o también huyen de situaciones de micro-conflictos o de la poblreza y de la inseguridad. Otros buscan trabajo.
¿Cuánto pesa la crisis siria en la actual migración hacia Europa?
Los factores que pesan en este sentido son dos: la inestabilidad libia, con un contexto de gran permeabilidad que se traduce en una situación fuera de control. Siria ha tenido un peso importante, claro, hay una situación espantosa. El 60% de las llegadas que hemos registrado provenía de Siria o de Eritrea, pero muchos de ellos no se han quedado en Italia. Sin embargo, la potencial llegada de prófugos sirios es elevadísima. Hay que pensar en este sentido en los millones de refugiados que están en los campos jordanos, libaneses, turcos. En el Líbano, los refugiados son un tercio de la población, una situación muy dura; hay que ayudar a estos países frente a una presión semejante.
En Italia hay mucha gente que rechaza, incluso violentamente, acoger a los migrantes…
Se trata de la ignorancia y la pobreza cultural que se encuentran en partes de nuestra sociedad. Frente a lo que está sucediendo, las personas que llegan no pueden ser rechazadas; deben ser recibidas. Hay un deber solidario.
¿Qué tan importantes son las palabras del Papa al respecto?
Representan una ayuda extraordinaria, es el mayor aliado que tenemos. No lo digo solo en relación con las organizaciones cristianas; lo sostiene incluso quien no forma parte de la Iglesia, los no creyentes, los ateos. Es un punto dereferencia fundamental; sus palabras nos indican las responsabilidades que tenemos.
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