El cardenal Czerny llega a Sudán del Sur a un año de la visita papal

La visita del Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral busca renovar la cercanía de la Iglesia a la nación, especialmente a las víctimas de trata de personas. “Este mensaje tan importante de hace un año debe reafirmarse”.

El cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, viajó a Sudán del Sur, donde permanecerá hasta el 9 de febrero. Su visita marca el primer aniversario del viaje apostólico del Papa Francisco  a la nación africana, y busca renovar la cercanía de la Iglesia a la nación, especialmente a las víctimas de trata de personas.

"En cierto sentido", afirma en una entrevista con Christopher Wells antes de su partida, "es una repetición del mensaje que transmitió el Papa Francisco hace un año".

El cardenal Czerny expresa el deseo de que su presencia y sus palabras muestren a los sursudaneses que no deben perder la esperanza, incluso cuando las cosas no van bien. "Creo que los obispos me invitaron porque sintieron que este mensaje tan importante de hace un año debe reafirmarse con el mayor vigor posible", sostiene.

Dado que el Santo Padre habla a menudo de acciones concretas, el cardenal Czerny describe algunos de los resultados tangibles que espera que se obtengan de su visita: “Uno es el apoyo a los millones (10 millones de personas) de desplazados al otro lado de la frontera, la frontera con Sudán”.

El cardenal Czerny menciona la esperanza que conlleva la inauguración y bendición de un nuevo barco durante su visita a la ciudad de Renk, situada en la frontera con Sudán. La embarcación ayudará a transportar inmigrantes a través del peligroso río Nilo que separa ambos países.

"Eso debería hacerlo posible y menos peligroso", explica. Muchos sudaneses han buscado refugio en Sudán del Sur mientras su país continúa enfrentándose a una violencia y una guerra terribles.

También espera que la visita recuerde a los países que deben hacer las paces por el bien de sus pueblos: “No hacemos la paz levantando muros y haciéndola difícil y peligrosa para quienes, por todas las buenas razones del mundo, buscan la seguridad mínima; entonces les dificultamos el acceso”, subraya.

Al contrario, continúa, “debemos abrir nuestras puertas, nuestros corazones y también nuestras capacidades, para que puedan encontrar seguridad, sin la cual la vida humana es básicamente imposible”.

En casa con Santa Josefina Bakhita

El cardenal Czerny celebrará una misa en la iglesia de Santa Josefina Bakhita con motivo de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la trata de personas, el 8 de febrero.

El purpurado asegura que ha sido devoto de Santa Bakhita "durante todos estos años que he estado trabajando con mis colegas en la trata de personas y la esclavitud moderna", y agrega: "Siento que me reuniré con ella en casa por primera vez, y me hace muy feliz”.

Nacida en Sudán alrededor del año 1869 (antes de que Sudán del Sur se convirtiera en una nación independiente), Santa Josefina Bakhita fue vendida como esclava a una edad temprana. Después de ser llevada a Italia, finalmente obtuvo su libertad con la ayuda de las Hermanas Canossianas. Luego se convirtió en monja y fue canonizada por el Papa Juan Pablo II en el año 2000.

El cardenal Czerny señala que el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, del que es prefecto, trabaja en estrecha colaboración con Talitha Kum, una alianza internacional de hermanas religiosas implicadas en el rescate y la curación de las víctimas de la trata de personas.

"Ésta es una misión y un ministerio admirables", dice el cardenal Czerny. “Hacen lo que mucha gente habla, pero en realidad lo hacen sin mucha fanfarria, publicidad ni recursos”.

Finalmente, el prefecto pide oraciones "para que ésta sea una peregrinación de paz, siguiendo las huellas del Santo Padre". Por favor, concluye, “únanse a mí para renovar nuestra esperanza de no rendirnos. Que nunca perdamos la esperanza: la esperanza de la paz”.

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