La bella oración que el Papa Francisco escribió antes de ser ordenado sacerdote

La bella oración que el Papa Francisco escribió antes de ser ordenado sacerdote

En el año 2013 el diario italiano Avvenire publicó, por el aniversario de la ordenación sacerdotal del Papa Francisco, una bella oración escrita por Jorge Mario Bergoglio en su juventud, poco antes de convertirse en presbítero para toda la vida.

 

A continuación la oración publicada por Avvenire:

“Quiero creer en Dios Padre, que me ama como un hijo, y en Jesús, el Señor, que me infundió su Espíritu en mi vida para hacerme sonreír y llevarme así al Reino eterno de vida.

Creo en la Iglesia.

Creo que en la historia, que fue traspasada por la mirada de amor de Dios y en el día de la primavera, 21 de septiembre, me salió al encuentro para invitarme a seguirle.

Creo en mi dolor, infecundo por el egoísmo, en el que me refugio.

Creo en la mezquindad de mi alma que buscar tragar sin dar…, sin dar.

Creo que los demás son buenos y que debo amarlos sin temor y sin traicionarlos nunca buscando una seguridad para mí.

Creo en la vida religiosa.

Creo que quiero amar mucho.

Creo en la muerte cotidiana, quemante, a la que huyo, pero que me sonríe invitándome a aceptarla.

Creo en la paciencia de Dios, acogedora, buena, como una noche de verano.

MÁS EN MUNDO5 datos sobre Santa Clara de Asís, la primera mujer que escribió una regla para religiosasLeer la noticiaLAS MÁS LEÍDAS1Hoy celebramos a Santa Lucía, intercesora de quienes sufren problemas de visión2Alertan sobre supuesto “obispo” que realizó “culto” en iglesia desacralizada en España3Vaticano cambia disposiciones sobre cenizas de difuntos4Así es como Santa Lucía obtuvo un milagro para su mamá5El Papa Francisco celebra hoy 54 años de ser ordenado sacerdote

Creo que papá está en el cielo, junto al Señor.

Creo que el Padre Duarte está también allí, intercediendo por mi sacerdocio.

Creo en María, mi Madre, que ama y nunca me dejará solo.

Y espero en la sorpresa de cada día en que se manifestará el amor,

la fuerza, la traición y el pecado, que me acompañarán siempre hasta ese encuentro definitivo

con ese rostro maravilloso que no sé cómo es,

que le escapo continuamente, pero quiero conocer y amar.

Amén”.

Comentá la nota