Bachi, compañero de camino

Bachi, compañero de camino

Eterno descanso del presbítero Basilicio Brítez

 

El obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, presidió la misa por el eterno descanso del presbítero Basilicio Brítez, quien murió el pasado 29 de agosto tras estar tres meses en terapia intensiva con coronavirus.

La celebración eucarística fue en la parroquia San Roque González y Compañeros Mártires, del barrio Almafuerte, y transmitida por "streaming" a través de las redes sociales. Concelebró el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Gustavo Carrara.

“Las primeras palabras del profeta Jeremías, 'Tú me has seducido, Señor, y yo me dejé seducir', se aplican en cuerpo y figura al padre Bachi que se dejó seducir por Dios. Un Dios que ama profunda y entrañablemente, desde las tripas, a su pueblo. El padre Bachi dejó que este amor de Dios se hiciera vida y carne en su corazón, en sus gestos”, aseguró Carrara.

El prelado matancero afirmó que esa lección de vida estaba centrada en un “Dios que lo sedujo para servir a su pueblo, porque también el corazón del padre Bachi estaba seducido por su pueblo. Ese pueblo al que él pertenecía, al que él amó siempre, ese pueblo al que le consagró la vida”.

“El corazón del padre Bachi se asemeja al corazón de Dios. Dios también se dejó seducir por el corazón de Bachi. Dios se dejó amar por el corazón de Bachi y en esta unión profunda de dos que se amaban y que amaban lo mismo, a su pueblo querido, se produjo esto tan grande que es alguien que camina y pasa haciendo el bien, que cava una huella profunda, la huella de aquel que ama. No es la huella de aquel que pisa fuerte sino la de aquel que pisa delicadamente”, sostuvo.

“Es el mismo Bachi que un día le preguntó a Dios: '¿Y yo?', como dirán otros profetas: yo que soy nada, yo que soy nadie. Y el Señor le dirá: 'Sí, vos, donde quiera que vayas, vos vas a estar donde yo esté, vos le vas a hablar a mi pueblo'. Y perdió el miedo. Perdió el miedo al 'cómo yo que soy de este barrio…'. 'Sí, vos'. Vos justamente por eso. Vos que sos hijo de este barrio, vos que conocés el palpitar del corazón de este barrio desde adentro, vos vas a ser el corazón que entienda a la gente, el corazón que lo abrace como el buen samaritano. Y con Dios se puede”, reflexionó.

Monseñor García sostuvo: “Eso es lo que Bachi sembró en este barrio y en la Iglesia de San Justo. Con Dios se puede. Existe un San Justo que tenemos que mirar más allá del Camino de Cintura, existe vida allá. Yo también como pastor veo vida y vida buena, vida fuerte, vida alegre. Vida que nos llenó con sus bombos, sus cantos y redoblantes, y tantas otras cosas. Y comenzamos a ser Iglesia todos, todos juntos”.

 

“Bachi es un hombre de Iglesia. Se metió el barrio en el corazón y desde el corazón metió al barrio en el corazón de la Iglesia. Bachi seducido por Dios y, estoy convencido, de que Dios se dejó seducir por el amor de Bachi hacia su pueblo”                                                           

 

Por su parte en Villa Carcova, en el Partido de San Martín, La Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia, el Equipo de Sacerdotes de Villas y Barrios Populares de Capital y Gran Buenos Aires y la Familia Grande del Hogar de Cristo dieron el último adiós al presbítero Britez.

“Bachi para nosotros ha sido un compañero de camino. Como curas, para nosotros, los curas de las villas, los que trabajamos en la Familia Grande del Hogar de Cristo, fue un compañero de caminata, compañero en todo sentido porque siempre estuvo pensando en el otro, siempre con la armonía y la paz que transmitía”, destacó el Padre José María Di Paola, párroco de San Juan Bosco.

“Bachi se fue caminando. Nos dejó y se fue caminando a la casa de Dios”, afirmó, y agregó: “Cuando miramos hacia atrás y vemos todo el amor que desarrolló y desplegó en su vida en tantos jóvenes, en tanta gente, en tantos pobres a los cuales les dedicó su vida entera encontramos la historia de alguien muy cercano en la oración y en la acción. Alguien que fue ejemplo para los curas y también para los laicos”.

El padre Di Paola sostuvo que “en la Gran Familia del Hogar de Cristo y en la Pastoral de Adicciones hemos sentido siempre su presencia amigable, una presencia sanadora, podríamos decir, para toda la comunidad”.

“Si bien nos damos cuenta de que perdimos a alguien aquí muy valioso, y que es difícil de pensar quién va a ocupar un lugar similar en esta Gran Familia del Hogar de Cristo, no tenemos duda de que Bachi desde el cielo va a estar dándonos una mano”, expresó.

El padre Pepe insistió en destacar que “Bachi es sin duda alguien que representa muy bien al sacerdote comprometido con su barrio, alguien que nace en el barrio, alguien que transmite la fe en el barrio, alguien que proyecta la vida junto a su comunidad para hacer mejor la vida en esta tierra”. 

“Hace muchos años, antes de que se iniciara el Hogar de Cristo, recuerdo haberlo visitado en Villa Palito. Yo estaba en la Villa 21 y vi cómo estábamos trabajando en sintonía. Y cómo caminando por las calles de Villa Palito lo iban a abrazar, a saludar, a pedir cosas, y él respondía con una tranquilidad y una paz que eran muy propias”, recordó, y agregó: “Esa imagen me quedó para siempre. Después, cuando lo fui conociendo más, pude ver grandes cosas: su riqueza espiritual, la paz que transmitía a todos incluso en momentos difíciles”.

El padre Di Paola dijo que colocó la foto del padre Bachi junto a la Virgen de los Milagros de Caacupé, advocación de la que era devoto, y expresó que “él sigue junto a nosotros, en esta Gran Familia del Hogar de Cristo”.

“No le podremos mandar a alguien para que lo interne, a alguien para que acompañe, pero sí seguramente le vamos a pedir que desde el cielo acompañe y va a hacer mucho más, al lado de la vida de los que están recuperándose, de los que están buscando ser felices y no pueden porque están atormentados por una adicción”.

“Sabemos que tenemos a alguien en el cielo. Los que lo conocemos no tenemos ninguna duda, ni su gente del barrio, los que lo conocen desde chiquito, de joven, de seminarista, de cura, los que compartimos esta Gran Familia caminando juntos, haciendo una Iglesia ligada muy fuertemente con el pueblo y con sus necesidades”, aseveró.

“Querido Bachi, ayúdanos vos desde el cielo porque sabemos que ese es el lugar en donde estás. Que la Virgen de Caacupé, nuestra Madre, con su manto azul y blanco, te bendiga, te proteja, para que vivas una eternidad junto a Dios en el cielo ”, concluyó.

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