Los “ataques despiadados” de “intereses mezquinos” contra el Papa

Los “ataques despiadados” de “intereses mezquinos” contra el Papa

Los obispos de Argentina envían una carta de apoyo a Francisco y no dudan en señalar la confluencia de “distintos y mezquinos intereses mundanos” en las recientes denuncias contra el pontífice

“Compartimos sus dolores y esperanzas”. Cuatro días después de la bomba lanzada por el ex nuncio apostólico en Estados Unidos, Carlo María Viganó, quien acusó directamente al Papa del supuesto encubrimiento a los abusos sexuales del cardenal Theodore McCarrick, los obispos de Argentina salieron a respaldar al pontífice ante un “ataque despiadado” en el cual, dijeron, “confluyen distintos y mezquinos intereses mundanos”. Una de varias manifestaciones de cercanía a Francisco en las últimas horas, la demostración de una perplejidad creciente en diversos sectores de la Iglesia. 

  

“La cruz, sobre todo los cansancios y los dolores que soportamos por vivir el mandamiento del amor y el camino de la justicia, es fuente de maduración y de santificación”, indicó el texto firmado por el presidente y el secretario general de la CEA, Oscar Ojea (obispo de San Isidro) y Carlos Malfa (Obispo de Chascomús) respectivamente. Con esas palabras citaron el número 92 de la reciente exhortación del Papa, “Gaudete et Exsultate”.  

  

La misiva está fechada en Buenos Aires el 30 de agosto. En ella, los prelados citaron a San Pablo: “Por eso soporto esta prueba. Pero no me avergüenzo, porque sé en quien he puesto mi confianza, y estoy convencido de que él es capaz de conservar hasta aquel Día el bien que me ha encomendado”. Invocaron la intercesión de santa Rosa de Lima, patrona de América Latina, e invocaron para el líder católico “sabiduría y fortaleza” para que, como sucesor de Pedro, siga confirmando en la fe a la Iglesia.  

  

Esta carta llegó también tras varios días de duras críticas en la prensa argentina contra el Papa. Una costumbre reiterativa, que entre los propios obispos y otros sectores católicos, entre ellos los curas villeros, ya es considerada como una verdadera campaña de desprestigio. Más que al panfleto de Viganó, en aquel país los periodistas dieron mayor importancia a las declaraciones de Francisco al término de su reciente viaje a Irlanda en el cual habló de la homosexualidad y comentó que, cuando una persona muestra tendencias de ese tipo en la infancia existen “muchas cosas que se pueden hacer, también con la psiquiatría, para ver cómo son las cosas”. 

  

En televisión, radio y periódicos montó la polémica, extrapolando la frase y acusando directamente al pontífice de discriminación. Sin dar mayor peso al comentario completo de Jorge Mario Bergoglio, quien -en realidad- defendió el derecho de los homosexuales a ser aceptados y no echados de sus familias o condenados al abandono. 

  

Como contraparte, en Roma, durante toda la semana se mantuvo alta la atención mediática en torno al caso Viganó. Con la mayoría de los periodistas que se dieron a la tarea de analizar a fondo las denuncias del ex nuncio, confrontando fechas y situaciones, evidenciando lagunas y clamorosas contradicciones. 

  

Mientras todo esto ocurría, otros manifestaron su apoyo al Papa. Como la presidente del Movimiento de los Focolares, María Voce, que en una carta expresó la “plena unidad” y la “ferviente oración” de esa realidad eclesial ante “las insidias encaminadas a encaminadas a generar descrédito sobre su persona y su acción renovadora”. 

  

“En toda herida de la Iglesia y de la humanidad reconocemos Jesús crucificado y abandonado y, junto a usted, miramos a María para vivir con valentía su ejemplo de auténticos discípulos”, agregó en el mensaje que también lleva fecha del 30 de agosto.  

  

Además agradeció la reciente “Carta al pueblo de Dios” del Papa Francisco, en la cual reconoció el fracaso de la Iglesia en el defender a los más pequeños e instó a los obispos del mundo a poner en práctica las medidas necesarias contra los abusos. Voce recordó que ese texto, además de expresar “la cercanía” y “el amor” del santo padre hacia la humanidad, indica “como compartir el grito que sube al cielo de quien ha sufrido y sufre y cómo empeñarse para que tales males no se perpetúen”. “Hacemos nuestras sus preocupaciones y sus palabras”, apuntó. 

  

La polémica de estos días ha propiciado muy diversas reacciones: de la indignación al desconcierto, hasta la oración silenciosa de religiosas en varias latitudes por la misión del Papa. Entre varias destaca la de Marcelo Figueroa, bautista y director de la edición argentina del diario vaticano “L’Osservatore Romano”.  

  

Recordando sus tiempos de trabajo junto al Papa en Buenos Aires, escribió en la red social twitter: “No conocieron a Bergoglio, no comprenden al Papa, no entienden el Evangelio. Por eso, aunque armen operaciones entre obispos ultra conservadores y medios conspirativos, no verán lo que desean. Ni renuncia, ni deprime, ni aflige, ni pierde la paz. Se fortalece en el señor”. 

  

También los obispos españoles, a través del presidente de su conferencia episcopal Ricardo Blázquez (arzobispo de Valladolid), respaldaron a Francisco. Lo hicieron en una carta en la cual dan “gracias a Dios” por su “incansable trabajo pastoral y por su dedicación al ministerio que el Señor le ha confiado”. El texto, publicado el miércoles 29 pero fechado el 23 de agosto, es decir antes de las acusaciones de Viganó, ya consideraba la crisis que precedió el viaje apostólico a Irlanda luego de las revelaciones de abusos sexuales contenidos en el informe de un Gran Jurado de Pensilvania (Estados Unidos). 

  

Precisó que “denunciar con valentía lo que Dios reprueba” y “pedir humildemente perdón por los pecados y equivocaciones de los miembros de la Iglesia, clérigos y laicos”, son una forma de “cruz muy pesada” para el pontífice. 

  

“Santo Padre, no está solo; la Iglesia pide por usted como en otro tiempo por Pedro. Pedimos al señor que continúe sosteniendo a usted en las luchas diarias por el evangelio, que le otorgue su paz y la capacidad para decir a los cansados una palabra de aliento”, apuntó. 

  

En contraparte, también se verificaron diversas expresiones críticas hacia el Papa. Entre otras destacan las declaraciones de varios obispos de Estados Unidos (al menos ocho) que coincidieron en pedir una investigación a fondo sobre los dichos de Viganó. Por otra parte, en internet se difundió una “Carta al Papa Francisco de mujeres católicas”, que planteó “preguntas que necesitan respuestas”. 

  

La misiva, que no es respaldada abiertamente por ningún grupo u organismo formal, puede ser firmada mediante un formulario abierto y según el respectivo sitio web, ya fue rubricada por más de 13 mil personas. En la misma, se vincula la presencia de las mujeres en la Iglesia con la transparencia y el clericalismo. Se cuestiona al pontífice sobre si y cuándo supo de los abusos del cardenal McCarrick, y ante su voluntad de no hablar sobre el panfleto acusatorio, precisa: “Para su rebaño herido, Papa Francisco, sus palabras son inadecuadas”.  

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