Lo hizo en el monasterio benedictino Nuestra Señora del Paraná, ubicado en Aldea María Luisa, lugar donde reside. 

En el día de su cumpleaños el Purpurado celebró muy temprano en la mañana la Eucaristía, como es su costumbre.

Desde el Arzobispado de Paraná le enviaron un saludo especial, invitando a los fieles de la comunidad “a dar gracias a Dios por sus 97 años, por su vida puesta al servicio de Dios y la Iglesia”.

En conversación con ACI Prensa este 8 de febrero, el Cardenal expresó su agradecimiento y reconoció haber pasado el día de su cumpleaños “muy rodeado de la verdad y la caridad: la verdad de los años que se cumplen y el amor que debe rodear a ese cumplimiento, porque es don de Dios”.

“No puedo pensar en el misterio del hombre sino desde Dios y para Dios, y así todo momento de existencia tiene esa grandeza: un hecho producido por la iniciativa de Dios y que tiene que responder a esa iniciativa, en ese nivel. Amarlo hoy, amar para siempre”, resaltó.

Su vida, aseguró, es un regalo “sostenido, en primer lugar, por la fidelidad de mi casa". "Pienso que esta historia empezó en Dios, pero pasó por el ‘café con leche’ de mi casa cada día”, expresó.

“Muchas gracias por permitirme renovar esta conciencia y el agradecimiento a Dios por su amor, renovar el intento de mi fidelidad, para que, fiel a ese amor, yo haga ese camino de vuelta hacia Él, y con Él hacia todo el mundo”.

Finalmente, recordó la importancia de “poner en cada momento toda la verdad y el amor que Dios nos permite, sabiéndonos amados por Dios, querer amarlo, para así poder amar a todo el mundo”.

El Cardenal Karlic nació en Oliva, provincia de Córdoba (Argentina), el 7 de febrero de 1926. 

Su vocación sacerdotal afloró en el contacto con la Acción Católica, y luego de su formación fue ordenado sacerdote en Roma el 8 de diciembre de 1954, a sus 28 años. 

El 6 de junio de 1977 fue nombrado Obispo Auxiliar de Córdoba.