Más de 30.000 personas marcharon en Copenhague para condenar los atentados terroristas

La convocatoria fue hecha para despedir a las dos víctimas del tiroteo en un centro cultural y una sinagoga en la capital de Dinamarca, perpetrado por un seguidor del Estado Islámico. FOTOS

Unas 30.000 personas marcharon el lunes por la tarde a una manifestación en Copenhaguepara homenajear a las dos víctimas asesinadas en sendos ataques en la capital danesa, según estimaron las autoridades. El príncipe heredero Federico, la primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt y políticos nacionales y europeos participaron de la ceremonia.

El acto fue realizado junto al lugar del primer tiroteo, donde fueron colocadas flores y antorchas. Mientras decenas de agentes fuertemente armados vigilaban la zona, la ceremonia comenzó con un tema de gran contenido simbólico: "Man binder os på mund og hånd" (Nos tapan la boca y nos atan las manos, en español), una canción vinculada a la resistencia danesa a la ocupación nazi, a la que siguió el inevitable "Imagine" de John Lennon.

"Esta noche quiero decirles a todos los judíos daneses: no están solos", afirmó Thorning-Schmidt. "Un ataque contra los judíos de Dinamarca es un ataque contra Dinamarca", insistió. "Cuando otros intentan atemorizarnos y separarnos, nuestra respuesta es siempre la de una comunidad unida", agregó la primera ministra, que pidió que musulmanes, judíos y cristianos estén "hombro con hombro".

El presidente de la Sociedad Judía de Dinamarca, Dan Rosenberg Asmussen, se mostró emocionado por una ceremonia "increíblemente hermosa y triste a la vez" y dijo que los judíos daneses nunca olvidarán el calor y la simpatía mostrada estos días. Miles de ciudadanos han pasado ayer y hoy por la sinagoga donde un danés de 22 años abrió fuego para mostrar su respeto, dejar flores o encender velas.

Junto a las verjas que rodean el edificio -custodiado por una fuerte presencia policial- descansan cientos de ramos de flores, banderas danesas e israelíes y otras muestras de agradecimiento de la comunidad judía a Dan Uzan, el "héroe" de 37 años que hacía de guardia de la sinagoga y que murió de un disparo en la cabeza.

Balones de baloncesto y una bufanda del equipo en que jugaba recordaban a Uzan, mezclados con textos en danés, hebreo y árabe, con lemas como "musulmanes y judíos se niegan a ser enemigos". En esa idea incidió Asmussen, que lucía sobre el escenario la tradicional kipá: judíos y musulmanes están "juntos" contra "un enemigo común", el extremismo; unas palabras que se llevaron las mayores ovaciones de la noche.

El embajador de Francia, François Zimeray, que asistía al debate en el centro cultural en el momento del atentado, en el que fue asesinado el cineasta danés Finn Nørregaard, confesó haber salvado su vida de milagro. El presidente del sindicato de policías, Claus Oxfeldt, recordó por su parte a los cinco agentes heridos leves en los dos atentados del fin de semana. 

El supuesto autor de los atentados del fin de semana se autoproclamaba seguidor de los terroristas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). De acuerdo con la prensa local, el joven de 22 años, al que los medios daneses han identificado como Omar Abdel Hamid El Hussein, subió a su cuenta de Facebook un video de YouTube a favor del ISIS una hora antes de cometer el primero de los ataques.

Según el diario Berlingske, que cita a ex compañeros suyos cuando estuvo en prisión por una pena por agresión que cumplió hace dos semanas, El Hussein mostró en la cárcel deseos de unirse a la lucha del ISIS en Siria. El joven nació en Dinamarca, pero su familia es de origen palestino. Medios locales han difundido testimonios de conocidos suyos y antiguos compañeros de estudios que aseguran que había expresado su "odio" por los judíos.

El sospechoso abrió primero fuego contra un centro cultural en el que se celebraba un debate sobre el Islam al que asistía el artista sueco Lars Vilks, amenazado por islamistas. De madrugada abrió fuego frente a la sinagoga. Fue abatido cuatro horas después por la policía junto a la estación de Nørrebro, en el norte de la ciudad, tras responder con tiros a las llamadas de los agentes para que se detuviera.

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