La Iglesia celebra cada 11 de febrero esta advocación mariana y la Jornada Mundial de los Enfermos. Muchos de los milagros que se le atribuyen a su intercesión son sanaciones de personas con dolencias graves. Celebraciones reducidas por la pandemia.
La Iglesia católica celebra cada 11 de febrero la festividad de Nuestra Señora de Lourdes, protectora de los enfermos, y coincide con la Jornada Mundial del Enfermo que este año lleva por lema “Uno solo es su Maestro, y todos ustedes son hermanos. La relación de confianza, fundamento en el cuidado del enfermo”.
"El que reza es como un enamorado: lleva siempre en el corazón a la persona amada, vaya donde vaya. Por eso, podemos rezar en cualquier momento, en los acontecimientos de cada día: en la calle, en la oficina, en el tren…; con palabras o en el silencio de nuestro corazón", escribió este jueves el pontífice en su cuenta de Twitter.
Miles de fieles suelen acudir en esta fecha a pedir y agradecerle en los templos dedicados a la Virgen protectora de los enfermos, en el marco de las fiestas patronales, en particular en el santuario mariano de Lourdes, Francia, aunque este año la presencia de peregrinos es acotada y con celebraciones virtuales a causa de la pandemia.
En esta festividad mariana se recuerdan las apariciones de la Virgen María a Santa Bernardita Soubirous, en Lourdes, Francia, cerca del río Gave, que sucedieron entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858.
En la Argentina, la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Lourdes es patrona de la diócesis de San Martín y copatrona de la diócesis de San Rafael. Una de las mayores expresiones de fe popular a la Virgen bajo esta advocación se vivió en la localidad bonaerense de Santos Lugares, pero también en importante en Alta Gracia (Córdoba) y El Challao (Mendoza).
La Virgen de Lourdes se le apareció varias veces a Bernardita (Bernadette Soubirous), hoy Santa Bernardette. La primera fue el 11 de febrero de 1858. Creen los católicos que le pidió penitencia, oración por los pecadores y rezó el rosario con ella.
También le expresó su deseo de que en la gruta en la que se le apareció, se construyera una capilla, como así fue. Actualmente se encuentra el famoso Santuario de Lourdes, Francia. El papa Pío IX autorizó al obispo local para que permitiera la veneración de la Virgen María en Lourdes en 1862, unos diecisiete años antes de la muerte de Bernadette. Santa Bernardette fue proclamada así por Pío XI el 8 de diciembre de 1933. Las apariciones de la Virgen de Lourdes fueron unas 18 veces a Bernadette Soubirous, una adolescente pobre y analfabeta de 14 años.
Uno de los milagros atribuídos a Nuestra Señora de Lourdes fue la sanación de un niño de 2 años, Justin Bouhort, nacido en Lourdes, que padecía hipotrepsia crónica post infecciosa con retardo del desarrollo motor. Otro de los casos más resonantes fue el de Jeanne Fretel, de Rennes (Francia). Visitó Lourdes el 10 de mayo de 1948, a los 31 años. Tenía peritonitis tuberculosa, con enflaquecimiento extremo y fiebre. Fue llevada a Lourdes en estado comatoso. Le fue dado un fragmento minúsculo de Eucaristía y despertó. Se informó que fue "inmediata y permanentemente curada" esa noche mientras yacía en su silla de ruedas al lado del manantial. Ella todavía no se había bañado en el manantial, ni bebido de su agua. Su curación fue reconocida oficialmente el 11 de noviembre de 1950.
También el de Anna Santaniello de Salerno (Italia). Nacida, en 1911, sufría una cardiopatía severa derivada de fiebre reumática aguda, conocida en el ambiente científico como enfermedad de Bouillaud. Como consecuencia de su enfermedad, tenía dificultades para hablar, estaba incapacitada para caminar, y presentaba ataques de asma severos, cianosis en el rostro y los labios, y edemas en los miembros inferiores. El 16 de agosto de 1952, a los 41 años, peregrinó a Lourdes en tren en una camilla. Fue introducida a la piscina de Lourdes en camilla, saliendo del agua por sus propios medios.
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