La Palabra del Todopoderoso, el Sagrado Corán, tiene en sí misma un beneficio no solo para la vida eterna, sino también para el mundo mortal.
El Sagrado Corán es más que un libro de guía espiritual: es un remedio para el alma, un consuelo para el corazón y, según la revelación y la Sunnah, una fuente de curación incluso para el cuerpo. Allah nos recuerda en Su Palabra que el Corán es shifaa (curación) y rahma (misericordia) para los creyentes.
“E hicimos descender en el Corán lo que es una cura y una misericordia para los creyentes y lo que a los opresores sólo les incrementa los perjuicios.” (Corán 17:82)
El Profeta Muhammad dijo:
“Sean sanados por dos cosas: la miel y el Corán.” (Ibn Mayah, Hadiz Sahih)
Esto demuestra que la recitación, meditación y aplicación de las enseñanzas coránicas no solo sanan el espíritu, sino que pueden influir positivamente en el bienestar físico y emocional del creyente.
1. Aleya del reconocimiento de Allah como Sanador
وَإِذَا مَرِضْتُ فَهُوَ يَشْفِينِ
“Y cuando estoy enfermo, Él es quien me cura.” (Corán 26:80)
En esta aleya, pronunciada por el Profeta Ibrahim (ʿalayhi as-salam), se reconoce que toda curación proviene únicamente de Allah. Repetirla con convicción fortalece la fe en que la salud está en manos del Creador.
2. Aleya sobre el poder exclusivo de Allah
وَإِن يَمْسَسْكَ اللهُ بِضُرٍّ فَلَا كَاشِفَ لَهُ إِلَّا هُوَ وَإِن يَمْسَسْكَ بِخَيْرٍ فَهُوَ عَلَى كُلِّ شَيْءٍ قَدِيرٌ
“Y si Allah te aflige con una desgracia, nadie excepto Él podrá evitarlo. Y si te favorece con un bien, Él tiene poder sobre todo.” (Corán 6:17)
Esta aleya enseña que todo lo que nos ocurre —sea enfermedad o bienestar— está bajo el decreto divino. Recordarla ayuda a aceptar con paciencia la prueba y a buscar el alivio de quien realmente puede otorgarlo.
3. Aleya sobre la tranquilidad del corazón
الَّذِينَ آمَنُوا وَتَطْمَئِنُّ قُلُوبُهُم بِذِكْرِ اللهِ أَلَا بِذِكْرِ اللهِ تَطْمَئِنُّ الْقُلُوبُ
“Aquellos que creen y tienen sus corazones tranquilos. ¿Acaso no es con el recuerdo de Allah como se tranquilizan los corazones?” (Corán 13:28)
Muchas enfermedades, especialmente las relacionadas con el estrés y la ansiedad, encuentran alivio en el dhikr (recuerdo de Allah). Esta aleya recuerda que la paz espiritual es una poderosa forma de sanación.
El concepto de Ruqyah en la curación islámica
En la tradición islámica, la Ruqyah Shar’iyyah consiste en recitar aleyas del Corán y súplicas auténticas como medio de protección y curación, siempre que se eviten prácticas supersticiosas y se mantenga la confianza total en Allah. El Profeta ﷺ realizaba ruqyah para sí mismo y para otros, especialmente recitando la Fatiha y las suras Al-Falaq y An-Nas.
Cómo beneficiarse de estas aleyas
Acompañar la recitación con tratamiento médico, siguiendo la enseñanza islámica de buscar causas materiales y espirituales.
Recitarlas con fe y comprensión de su significado.
Escuchar recitaciones de calidad y reflexionar en sus palabras.
Integrarlas en las súplicas diarias, especialmente en momentos de enfermedad.
Preguntas frecuentes sobre las aleyas coránicas para curar enfermedades¿Es obligatorio usar aleyas del Corán para curar enfermedades?
No es obligatorio, pero es una sunnah recomendable. El musulmán puede buscar tratamiento médico y, al mismo tiempo, recurrir al Corán como complemento espiritual.
¿Qué diferencia hay entre Ruqyah Shar’iyyah y prácticas no islámicas?
La Ruqyah Shar’iyyah se basa exclusivamente en aleyas del Corán, súplicas auténticas y nombres de Allah, sin usar amuletos, símbolos o invocaciones prohibidas.
¿Puedo recitar estas aleyas para otra persona enferma?
Sí. El Profeta ﷺ recitaba sobre otros y soplaba ligeramente después de hacerlo. También es válido recitar y pedir a Allah por la curación del enfermo sin soplar.
¿Debo entender árabe para beneficiarme de la recitación?
No es un requisito, aunque comprender el significado aumenta la fe y la conexión con el mensaje. Se recomienda aprender la traducción y meditar en ella.
¿Puedo combinar estas aleyas con otras suras para la curación?
Sí. Entre las más usadas están Al-Fatiha, Ayatul Kursi y las suras protectoras (Al-Ikhlas, Al-Falaq, An-Nas), siguiendo la práctica profética.
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