Los miembros más ancianos animaban a las víctimas a no informar sobre los abusos
Los Testigos de Jehová de la Iglesia australiana no informaron a la policía de más de 1.000 casos de abusos sexuales a niños desde hace más de 60 años, ha anunciado este lunes una investigación del gobierno sobre el abuso y sus consecuencias.
La Comisión Real de Australia encargada de dar respuesta institucional a los abusos sexuales infantiles, fue fundada en 2013 entre acusaciones de abuso sexual en serie a menores producidos en el seno de la Iglesia Católica australiana. Esta comisión tiene un amplio mandato para examinar las organizaciones religiosas y seculares.
En el inicio de la audiencia a los Testigos de Jehová celebrada este lunes, Angus Stewart, el consejero superior asistente en la Comisión, describió la iglesia como una secta insular,con reglas diseñadas para evitar los informes sobre abusos sexuales.
"La evidencia de que la iglesia no puso en conocimiento de las autoridades seculares ninguno de los 1.006 presuntos abusos sexuales identificados por los Testigos de Jehová desde 1950, será puesta ante la Comisión Real", afirmó.
"Esto sugiere que existen prácticas de la Iglesia de los Testigos de Jehová para retener información sobre los delitos de abuso sexual infantil, impidiendo presentar alegaciones sobre los abusos sexuales a niños ante la policía o ante otras autoridades relevantes".
Los Testigos de Jehová, cuya sede central se encuentra en Estados Unidos, cuentan con alrededor de ocho millones de afiliados en todo el mundo y son conocidos por sus ministros exteriores y sus campañas puerta a puerta. Hay alrededor de 68.000 miembros en Australia, dijo Stewart.
Dos miembros de la iglesia, identificados como BCB y BCG, se encuentran a la espera de dar su testimonio, el cual contiene acusaciones contra los miembros más ancianos de la iglesia, que les animaron a no informar sobre el abuso padecido.
Stewart describió múltiples fallos institucionales para proteger a los niños o censurar a los presuntos abusadores, incluyendo la doctrina liberadora de ancianos de la iglesia de su responsabilidad de informar sobre el abuso, pese a que no existía una obligación legal para hacerlo.
Aunque la iglesia expulsó a 401 miembros después de conocer los abusos internos, los Testigos de Jehová permitieron que 230 de ellos regresaran. Además, 35 regresaron en múltiples ocasiones.
Otro de los obstáculos que la iglesia levantó contra este tipo de procesos es el requisito de presentar dos o más testigos para que la iglesia procediera a convocar al "comité judicial". Esto ha bloqueado el conocimiento de 125 acusaciones, aseguró Stewart.
La Comisión Real ha impedido a los australianos denunciar los abusos, encubriendo a los rangos más altos de sus comunidades de judíos ortodoxos y católicos romanosdesde hace décadas.
Han llegado incluso al Vaticano, donde el Cardenal australiano George Pell, que se encuentra ahora en el cargo de reformar los departamentos económicos del Vaticano, ha sido objeto de numerosas acusaciones que alegaban que éste no hizo lo suficiente para proteger a los niños víctimas de abuso. Éste, sin embargo, ha denominado estas acusaciones de "falsas" e "indignantes".
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