Luego de que el miércoles alumnos de la Universidad Nacional de Cuyo retiraran símbolos religiosos del predio  donde se encuentran las facultades, ayer continuaron las repercusiones al respecto.

El  rector de la institución, Daniel Pizzi, cuestionó las acciones forzadas y llamó al diálogo. Además adelantó que llevará este tema al Consejo Superior para su análisis. Por su parte autoridades del Arzobispado de Mendoza mantuvieron una reunión ayer por la mañana pero finalmente decidieron no emitir opinión.

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En tanto, entre los estudiantes hay posturas encontradas. Aunque en general coinciden con la necesidad de retirar símbolos religiosos católicos, varios consideran que no era el momento mientras que otros destacan que no era el modo.

Lo ocurrido se dio en el marco de varias semanas de paro en las universidades públicas por reclamos salariales y de mayor presupuesto. En contexto de tomas de facultades el miércoles se realizó una asamblea con referentes de varias de ellas y allí se decidió esta medida.

 

Argumentos

“El debate sobre la separación entre la Iglesia católica y el Estado, que tiene incluso un correlato en el Congreso Nacional, es una controversia que la Universidad debe asumir. Pero claro está, a través del diálogo y del mayor consenso posible. No creo que el camino adecuado sea apelar a acciones forzadas o no consensuadas entre todos los espacios”, mencionó el rector en una publicación en la red social Facebook.

“Nuestra gestión se ha caracterizado siempre por discutir y buscar consenso en todas las decisiones. Y es por eso que llevaré al Consejo Superior, máximo órgano de Gobierno de carácter colectivo y permanente”, prometió. Por otra parte resaltó que la UNCuyo “es pública y laica. Hoy más que nunca, está firme en la defensa de la democracia y de la construcción de conceptos que comulguen con criterios diferentes”.

 

Desde la UNCuyo expresaron que el tema de la separación entre el Estado y la Iglesia es un debate que ya se está dando hace tiempo en los claustros. Por otra parte, algunos estudiantes señalaron a Los Andes que ya se había solicitado el retiro de las imágenes atendiendo a la laicidad de la educación pero no habían obtenido respuestas.

Una de las imágenes importantes que se retiró es la Virgen que se encontraba en el ingreso al predio.

Allí mismo, algunos usuarios vinculados a la universidad manifiestan su postura: hablan de vandalismo, sanciones y se pide tolerancia.

Por el contrario quienes apoyan el retiro de las imágenes sostienen que a la universidad asisten personas de diferentes credos o sin ninguno y que su presencia es también una falta de respeto.

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Axel Domínguez(22), estudiante de  Comunicación Social se manifestó a favor y dijo que se dio en un contexto en el que la coyuntura se refería a otra cosa, pero es algo que se venía charlando hace tiempo.

“Estoy de acuerdo con que se retiren, no se había hecho antes por trabas burocráticas pero se han presentado proyectos (…) No corresponde imponerle a una persona una ideología a la que no pertenece, ya que no toda la comunidad universitaria es de esta religión”, comentó.

Luz (19), de la facultad de Ciencias Exactas dijo estar en desacuerdo con que las sacaran, “soy católica, se habla de que el presupuesto es más para la Iglesia que para Educación pero esto no tiene nada que ver”.

 

Por otra parte, Lautaro (18) estudiante de Matemática tomó una postura moderada: “tenemos muy naturalizado el catolicismo en esta sociedad, la mayoría es católico, yo no lo soy, estoy de acuerdo en separar la Iglesia del Estado pero manteniendo el respeto por los demás. Yo no veo estatuas de Buda ni otras imágenes, no se le hace daño a nadie sacando esos símbolos, pero quizás podría haber sido mucho más suave y hay mucha presión por el resto de los conflictos”.

En tanto, desde el sector eclesiástico se pronunció Sergio Buenanueva, obispo de Córdoba: “A mí me parece razonable que en los edificios que pertenecen al Estado no haya símbolos religiosos para resguardar este valor. Pero hay algunos símbolos que son muy tradicionales, por ejemplo las imágenes de Cristo Crucificado que se coloca a veces en las cabeceras de las camas de los hospitales. Es un símbolo religioso que tiene una llegada cultural muy fuerte y que en esos lugares tiene un significado muy grande”.