Sacerdote carismático: Normas de la Misa no impiden vivirla con gozo y piedad

Sacerdote carismático: Normas de la Misa no impiden vivirla con gozo y piedad

El P. Miguel Ángel Soto Toloza, de la Congregación de Jesús y de María (eudista) de la Provincia Minuto de Dios de Bogotá (Colombia), aseguró que la Misa tiene "sus formas y normas claras", y que estas no impiden que pueda ser vivida "con gozo y alegría, siempre en obediencia a lo que la Iglesia pide".

 

Por Yhonatan Luque Reyes

El sacerdote colombiano habló con ACI Prensa sobre algunas de las preguntas más frecuentes sobre la Renovación Carismática Católica (RCC).

¿Qué es la Renovación Carismática Católica?

El P. Soto, quien además fue asesor arquidiocesano de la RCC en Arequipa (Perú), explicó que esta “es una corriente de gracia del Espíritu Santo para la Iglesia, perteneciente a lo que el querido y recordado Benedicto XVI llamó alguna vez la ‘primavera de la Iglesia’”.

Además, se refirió a ella como “una experiencia de encuentro personal con Jesucristo, que nos da su Santo Espíritu para renovar en cada uno las maravillas de Pentecostés”.

El sacerdote hizo énfasis en que la RCC ayuda a los fieles a vivir con intensidad “la vida nueva del Bautismo”, reencontrarse con la Palabra de Dios y ponerla en práctica, “y dejarse llevar por una nueva efusión del Espíritu de Dios”.

“La RCC nos lleva al gozo para alabar al Señor, a vivir la vida profética del cristiano y recibir los dones del Señor para la edificación de la Iglesia”, afirmó.

¿Qué no es la Renovación Carismática Católica?

El párroco de la Iglesia del Espíritu Santo en Arequipa explicó que la Renovación Carismática Católica “no es una experiencia simplemente sensible que se sustenta en lo meramente emocional”.

“No es tampoco una visión personalista de la fe, ni mucho menos una forma de manipulación mercantilista de la experiencia cristiana”, aclaró.

El P. Soto indicó que eso “es una perversión” y una “visión diabólica que desfigura lo que el Espíritu de Dios verdaderamente quiere hacer en la Iglesia, alejándonos de la voluntad del Señor”.

Esta perversión, continuó explicando, se da por una errada comprensión de los dones y carismas.

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