El día que los Reyes Católicos se entrevistaron, se enamoraron y se casaron

El día que los Reyes Católicos se entrevistaron, se enamoraron y se casaron

Isabel de Castilla y Fernando de Aragón ya tenían acordado su casamiento pero no se conocían. El 11 de octubre de 1469, 550 años atrás, se entrevistaron en Dueñas, municipio de la provincia castellana de Palencia, donde se conocieron y, según se cuenta, se enamoraron a primera vista y sin más concretaron su matrimonio.

 

Por Fernando Del Corro

Dueñas era el lugar de nacimiento de Isabel, la futura reina castellana Isabel I, y hasta allí había concurrido Fernando, el también futuro rey aragonés Fernando II, para conocerla. Los dos eran entonces unos jovencitos, ella de 18 años y el de 17. Él, a pesar de sus pocos años ya era un consumado guerrero que había intervenido en combates contra los adversarios que disputaban el poder a su padre en el reino aragonés.

Fernando llegó de incógnito a Dueñas ya que en Castilla se desarrollaba una guerra civil entre los partidarios del entonces monarca Enrique IV y su media hermana Isabel, ya que ambos eran hijos del mismo padre, Juan II. Enrique IV rechazaba el casamiento de Isabel y Fernando que lo dejaría en debilidad, además de oponerse a la unión de las coronas de Aragón y Castilla.

Isabel, por entonces estaba confinada en un castillo de Ocaña, en la región manchega custodiada por Juan Pacheco pero logró escaparse en mayo de 1469 argumentando que iba a rendir un homenaje a los restos de su hermano Alfonso quién había fallecido alrededor de un año antes en Cardeñosa. Pero la verdad era otra.

Ella, a pesar de estar comprometida con él por las capitulaciones matrimoniales de Cervera, en la provincia de Lérida, firmadas el 5 de marzo de 1469. Las mismas le otorgaron un gran poder a Isabel quedando Fernando supeditado a ella. Eso se debió a la guerra civil que se desarrollaba en Catalunya entre Juan II de Aragón, padre de Fernando, y Renato de Anjou, rey de Nápoles, que contaba con el apoyo de los catalanes rebeldes. Una guerra civil en la cual Juan II necesitó el apoyo castellano para imponerse.

Fernando e Isabel eran primos segundos por lo que para contraer matrimonio necesitaban de una bula papal.  Bula que fue falsificada allanando el problema que quedó definitivamente resuelto cuando tiempo más tarde el papa veneciano Pablo II la diera por válida. El problema que sí existió fue que Isabel, a pesar de las capitulaciones no aceptaba casarse sin antes conocer a su prometido.

 

Por ello es que Fernando debió marchar a escondidas a Dueñas para entrevistarse con ella. Según se dice el encuentro fue impactante para ambos al punto que rápidamente acordaron concretar el matrimonio. Falsificación de la bula mediante, se casaron en el Palacio de los Vivero, en Valladolid, el 19 de octubre sin invitados ni fiestas en una boda secreta a la que no asistieron ni sus padres y durante la cual se leyeron y acordaron las pautas para la gobernabilidad de ambos reinos.

Esa noche durmieron separados y en la siguiente consumaron el matrimonio al que ella había llegado virgen mientras él ya contaba con un hijo extramatrimonial en su haber. Contó Toledo, el médico personal de Isabel que “Esa noche fue consumado el matrimonio entre los novios, donde se mostró cumplido testimonio de su virginidad y nobleza en presencia de jueces, regidores y caballeros”.

Fernando e Isabel, que se conocieron en el palacio de Buendía, pertenecían a la familia de los Trastámara. Los futuros Reyes Católicos no se habían conocido cuando las tratativas de Cervera porque ella no estuvo presente en las mismas. Pero sí estuvo Fernando quién en medio de esas negociaciones mantuvo relaciones con Aldoza Roig de Ivorra de las que naciese, antes del encuentro de los futuros reyes en Dueñas, el Infante Alfonso de Aragón, luego el más importante clérigo español, arzobispo de Zaragoza y firme candidato al pontificado.

Isabel llegó a Dueñas el 9 de octubre y Fernando el 10. En principio se había acordado que el encuentro iba a concretarse en Valladolid pero la guerra castellana aconsejó llevarlo a cabo en el referido palacio del conde de Buendía, tío de Fernando, quién era un gran partidario de Isabel en el conflicto que ésta mantenía por la sucesión del reino de Castilla con Juana “la Beltraneja”, su sobrina y legítima heredera del trono ocupado por su padre Enrique IV.

Isabel llegó a la cita vestida como una vulgar plebeya mientras Fernando los hizo disfrazado de mozo de mulas. Isabel por entonces tenía varios pretendientes como Alfonso V, el rey de Portugal, luego desposado con “la Beltraneja”; el francés duque de Guyena y el británico duque de York pero ese encuentro del 11 de octubre le despejó todas sus dudas e hizo de ambos los monarcas más poderosos de la tierra durante algunas décadas.

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