Sarah Mullally, de 63 años y miembro de la Cámara de los Lores, es la primera mujer en ser nombrada arzobispa de Canterbury. Fue elegida entre los representantes de la Comunión Anglicana, presente en 165 países y tomará posesión en enero.
Sarah Mullally, hasta la fecha obispa de Londres, es la primera arzobispa de Canterbury, sustituyendo a Justin Welby. No es la primera mujer en liderar a los 95 millones de anglicanos (dado que la cabeza de esta iglesia es el rey de Inglaterra, e Isabel II lo fue durante siete décadas), pero sí se convierte en la primera figura femenina en alcanzar la máxima cota jerárquica en el episcopado de la Iglesia de Inglaterra, fundada por Enrique VII en 1534.
Mullally fue elegida este viernes entre los representantes de la Comunión Anglicana, presente en 165 países, aunque no tomará posesión hasta enero. La nueva arzobispa de Canterbury tiene 63 años, está casada y es madre de dos hijos. Fue jefa de la Oficina de Enfermería y directora de experiencias con el paciente en el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido entre 1999 y 2004. Es miembro de la Cámara de los Lores.
La nueva arzobispa de Canterbury reconoció la "enorme responsabilidad" que conlleva su nuevo cargo, desde el que liderará espiritualmente a todos los anglicanos, pero afirmó su "paz y confianza en que Dios me guiará". A su vez, subrayó: "Al responder a la llamada de Cristo a este nuevo ministerio, lo hago con el mismo espíritu de servicio a Dios y a los demás que me ha motivado desde que abracé la fe cuando era adolescente", leyó en un texto leído tras la aceptación del cargo.
"En cada etapa de ese camino, a lo largo de mi carrera de enfermería y mi ministerio cristiano, he aprendido a escuchar con atención —a las personas y a las suaves indicaciones de Dios— para tratar de unir a las personas y que encuentren esperanza y sanación", explicó.
"Simplemente, quiero animar a la Iglesia a seguir creciendo en la confianza en el Evangelio, a hablar del amor que encontramos en Jesucristo y a que este amor moldee nuestras acciones", finalizó la nueva arzobispa de Canterbury.
Mullally llega a Canterbury tras la dimisión, en noviembre del año pasado, de Justin Welby, tras su polémica gestión de un caso de abusos de menores. En concreto, a raíz de la publicación de un informe que concluía que conoció un caso de abusos sexuales a más de un centenar de menores en un campamento de verano y no hizo nada.
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