El motu proprio, aprobado en mayo de 2019, prevé la puesta en marcha de un proceso por el que los metropolitanos -arzobispos regionales- pueden ser instados a investigar acusaciones de abusos, mala conducta o negligencia por parte de los obispos diocesanos de su región. Y Hoeppner, obispo de Crookston, ha sido el primero en ‘caer’ como consecuencia del proceso previsto, tras una investigación que ha durado 18 meses.

Para Ron Vasek, el hombre que acusó a Hoeppner de obligarle a desdecirse de una denuncia por abuso, la renuncia de Hoeppner es “una victoria para todos aquellos a los que se ha ignorado todos estos años, y han tenido que soportar el abuso de sus superiores cuando contaron sus casos y fueron ignorados”, informa el portal católico The Pillar.

La diócesis de Crookston anunció el 13 de abril que “la investigación que llevó a aceptar la renuncia del obispo Hoeppner surgió de informes según los cuales en ocasiones no había observado las normas pertinentes ante las denuncias de abusos sexuales por parte de clérigos de la Diócesis de Crookston.”

En declaraciones a The Pillar, Vasek se mostró entusiasmado con la renuncia, que considera un primer paso hacia una Iglesia responsable. “Que esto represente una advertencia para quienes ocupan cargos y pretenden castigar y acosar a las víctimas”, señala Vasek. “Esperemos que desde ahora la Iglesia deje de tolerar encubrimientos y gestiones negligentes de estos casos”.