“Las Religiones en el mundo global”

El Instituto Universitario Sophia, a través de su Programa de Investigación "Las religiones en el mundo global", ofreció una Escuela de Verano en Tonadico (Trento, Italia), del 25 al 30 de agosto último.

En el Palazzo Scoppoli, rodeado del especial entorno de los Valles de Primiero, 37 alumnos católicos y musulmanes (shiitas) de 15 países distintos, provenientes de tres continentes (Europa, África y América), fueron protagonistas durante cinco días de una experiencia académica interreligiosa y transdisciplinaria que, en sintonía con la metodología de Sophia, dio la posibilidad a un aprendizaje dialógico y relacional, que permitió el intercambio enriquecedor entre alumnos y profesores, así como el conocimiento mutuo e intercultural.

A la belleza natural del lugar resplandeciente por el cálido sol estival, rodeado de altas montaña, un cielo azul límpido y el río que baja por la ciudad, se le agrega el especial significado que tiene esta localidad para los miembros de los Focolares. El Palazzo Scoppoli, un edificio del siglo XIII, se encuentra a metros de la Baita Paradiso, la cabaña en donde permaneció Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares y del Instituto Universitario Sophia, durante el verano de 1949. En este escenario natural, junto con sus primeras compañeras, Lubich vivió un período de iluminación intelectual, en la cual se inspira su doctrina espiritual y el carisma de la unidad.

El objetivo de la Escuela de Verano "Las religiones en el mundo global" fue proporcionar los elementos esenciales que se requieren para abordar la complejidad global de las religiones. Aún en contra de las profecías de la modernidad y el secularismo, que afirmaban la lenta desaparición de la religión, se advierte hoy en día un “resurgimiento” de las religiones en la esfera pública y global. Las religiones siguen influyendo en las culturas, en las sociedades y en el debate académico y público alrededor del mundo. Por esta razón, el rol de las religiones en la era global no puede ser comprendido sólo en términos de inestabilidad política, desorden social, o como un análisis de facto de una realidad plural, sino también como un hecho histórico que abre un espacio para comprender especialmente el aporte positivo que las religiones pueden dar a los conflictos y problemáticas actuales.

Los marcos teológicos, culturales, políticos, jurídicos y económicos son herramientas esenciales para desarrollar, de modo interconectado, buenas prácticas para una coexistencia concreta entre las diferentes comunidades y culturas, así como para promover procesos de transformación de conflictos y reconciliación ante las heridas sociales causadas por la creciente violencia y tensiones que amenazan con dañar el tejido social.

Teniendo en cuenta la complejidad del tema, el programa previó seis clases generales, de las cuales cuatro fueron a puertas cerradas en el Palacio Scoppoli en Tonadico y dos fueron “Diálogos Públicos”, abiertos a la comunidad. Los temas tratados se abordaron desde una perspectiva teológica, sociológica, política e interreligiosa profundizando en un abordaje geopolítico y de las relaciones internacionales.

El jueves 26 de agosto se realizó el primer diálogo público sobre “Religión y Diálogo: desafíos y prospectivas”, en el Palazzo delle Miniere, en Fiera di Primiero. La mesa redonda estuvo conformada por Roberto Catalano, Bernhard Callebaut, Mustafa Cenap y Adnani Mokrani. El segundo diálogo público se realizó en la Comunidad de Primiero en Tonadico el sábado 29 y se centró en la relación entre “Religión y política en la época global” y contó con la intervención de Pasquale Ferrara, Pasquale Annicchino y quien escribe.

A las clases formales, le siguieron momentos de preguntas, diálogo y debate en la sala. Intensos e enriquecedores fueron los intercambios que se generaron en los grupos de trabajo.

Cada momento fue valioso para aprender, conocer y compartir: las caminatas de ida y vuelta del hotel al Palazzo Scoppoli, en las cuales se captaba la mirada de la gente local al ver un grupo tan diverso y colorido; los almuerzos y las cenas en el hotel; los momentos de oración tanto de los musulmanes como la misa para los católicos, los espacios recreativos, las caminatas nocturnas en el centro, así como la excursión a la montaña.

Cada momento generó progresivamente un clima y un ambiente cálido y fraterno en el cual los contenidos culturales, académicos y vitales cayeron sobre una tierra fértil y se fueron armonizando en una experiencia integradora, donde conocimientos, emociones, historias personales y experiencias entraron en juego, que forjó en todos una mirada transformadora y esperanzadora para salir al encuentro de los desafíos globales.

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