En una de las manifestaciones populares más importantes de la jurisdicción, los caminantes partieron de la catedral diocesana hacia la Casa de encuentro santo Cura Brochero.
Un numeroso grupo de personas de diversas parroquias, movimientos y comunidades de la diócesis de Quilmes participaron, el domingo 10 de marzo, de la 11º Peregrinación Brocheriana a Pie, una de las manifestaciones populares más importantes de esa Iglesia particular.
La caminata, que se llevó a cabo con el lema “Cada uno toca la cuerda con los dedos que Dios le ha dado”, se inició en la catedral de la Inmaculada Concepción y finalizó en la Casa de encuentro santo Cura Brochero, comprendiendo así un total de 17 kilómetros de recorrido.
El obispo, monseñor Carlos Tissera, realizó el saludo inicial, bendijo a los presentes y resaltó las figuras del santo Cura Brochero y de santa Mama Antula, recientemente canonizada: "Él con su mula y ella a pie, descalza, se encargaron de propagar el testimonio de Jesús y de difundir los ejercicios espirituales ignacianos para el bien de las personas", manifestó.
Además, el prelado invitó a los presentes a participar del encuentro festivo diocesano, que se realizará el sábado 16 de marzo en la casa santo Cura Brochero, para compartir la alegría de la fiesta de estos santos argentinos.
Los peregrinos arribaron al parque Jorge Novak, situado frente a la parroquia San Jorge, en Quilmes, e hicieron luego la primera parada pasadas las 9 de la mañana. Después continuaron hacia la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, donde hicieron el segundo descanso. Pasado el mediodía, se dirigieron a la Plaza del Mate, en Florencio Varela, para hacer la última parada y, cerca de las 15, se completó el recorrido a pie.
Los peregrinos fueron recibidos en la Casa santo Cura Brochero por varias personas que, por diferentes motivos no pudieron caminar pero quisieron estar presentes en el predio de Bosques, las cuales estaban acompañadas por las imágenes del santo cordobés y de la Virgen de Luján, patrona de los argentinos.
Esta expresión de fe tuvo su cierre con la misa que celebró monseñor Tissera y concelebró el obispo auxiliar, monseñor Eduardo Redondo, quien acompañó a pie el último tramo de la peregrinación desde la Plaza del Mate, junto con otros sacerdotes.
El equipo organizador resaltó que fue muy destacable la labor de los voluntarios y servidores que acompañaron toda la peregrinación, la de los equipos médicos y la de los demás grupos -entre los cuales estaban los conformados por veteranos de Malvinas- que se organizaron para atender a las personas en los descansos, proveyéndoles agua, frutas, mate cocido, tortas fritas y cuidados sanitarios, quienes animaron además con música, baile y otras manifestaciones artísticas a los caminantes.
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