La Pascua de Resurrección nos regala signos de vida nueva y misericordia

La Pascua de Resurrección nos trae un gozo sin igual, a este gozo pascual los argentinos sumamos la alegría por la canonización de Brochero y la beatificación de Mama Antula.

“¡Cristo ha resucitado! Quisiera que llegara a todas las casas, a todas las familias, especialmente allí donde hay más sufrimiento, en los hospitales, en las cárceles… es la invitación que hago a todos: Acojamos la gracia de la Resurrección de Cristo. Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejemos que la fuerza de su amor transforme nuestras vidas; y hagámonos instrumentos de esta misericordia, cauces a través de los cuales Dios pueda regar la tierra, custodiar toda la creación y hacer florecer la justicia y la paz”. (Papa Francisco – 31 de marzo 2013).

La Pascua de Resurrección es la fiesta central del cristianismo, en la que se conmemora la resurrección de Jesús al tercer día después de haber sido crucificado, la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte.

Por la Resurrección de Cristo, Dios ha dado a los cristianos un nuevo nacimiento a una esperanza viva, en la que nos sentimos salvados, libres, hijos, herederos y a la vez misioneros de la resurrección.

El tiempo pascual es el más fuerte de todo el año litúrgico, que se inaugura en la Vigilia Pascual y se celebra durante siete semanas hasta Pentecostés. La Pascua  es el paso de Cristo, el Señor, de la muerte a la vida, a su existencia definitiva y gloriosa.

También es la pascua de la Iglesia, que la introduce a una Vida Nueva nacida por medio del Espíritu que Cristo le dio el día del primer Pentecostés.

La Pascua es victoria, es el hombre llamado a su dignidad más grande, es el día de la esperanza universal en torno al resucitado. La Pascua en este año de la Misericordia regala a la Argentina y al mundo una novedad: el gozo Pascual llega con la ya anunciada canonización del “Cura Brochero” y la beatificación de “Mama Antula”. Llenos de júbilo, nos unimos a las gracias y testimonios cargados de entrega y de fuego por Jesucristo el Resucitado de estos dos hijos de esta tierra.

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