REPRESENTANTES DE LAS TRES RELIGIONES AFIRMARON QUE “NINGUNA DE LAS RELIGIONES MONOTEÍSTAS, NI UNA PERSONA DE BIEN, PUEDE ACEPTAR LA ARGUMENTACIÓN DE QUE HOY EXISTA UNA GUERRA DE RELIGIONES”.
Sin saber que estaban coincidiendo en tiempo y forma en sus declaraciones con el Papa Francisco, representantes de la iglesia católica, de la fe coránica y del judaísmo afirmaron a Télam que “ninguna de las religiones monoteístas, ni una persona de bien, puede aceptar la argumentación de que hoy exista una guerra de religiones”.
A bordo del vuelo que transportaba a Francisco a Polonia, el Papa declaró que “el mundo está en guerra” y descartó que ésta sea religiosa “porque todas las religiones queremos la paz”.
Detectada esta preocupación en los líderes argentinos de las tres religiones monoteístas, Télam reunió a algunos de sus más destacados representantes para tratar de esclarecer qué tipo de violencia parece estar apropiándose de la escena internacional, las posibles consecuencias en el país y sus puntos de vista sobre el anuncio del gobierno de acoger a 3.000 refugiados sirios.
Para Omar Abboud -diputado porteño por el PRO, acompañante del Papa Francisco en su viaje por Medio Oriente e integrante del Instituto de Diálogo Interreligioso- “ninguna de las religiones monoteístas puede aceptar la argumentación de que esto es una guerra de religiones”.
“Cada religión se plantea como una vía de salvación del alma y un modo de vida, y el día que esto se ponga en juego vamos a entrar en un esquema muy complejo de resolver”.
El presbítero Omar Di Mario -miembro de la Comisión de Ecumenismo del arzobispado porteño- consideró que “el terrorismo lo marca como un planteo religioso versus un occidentalismo. Quieren ofrecerle a los jóvenes un horizonte trascendente supuestamente más inmanente, pero le están dando un sentido equivocado a la vida. No podemos hacer de esto un planteo religioso”.
Ariel Cohen Sabban -presidente de la DAIA- recordó que “el terrorismo no representa a una sola facción ni a una religión, el terrorismo es terrorismo. Lo peor que podemos hacer es generalizar y señalar a una sola parte como responsable del problema. La humanidad pagó un precio muy alto por generalizar, es nuestro deber saber que no todo es igual y tener en claro que ser diferentes no significa restar ni dividir”, explicó.
Con el asentimiento de Di Mario y Abboud, Cohen Sabban agregó que “nosotros tenemos el mismo objetivo de la convivencia pacífica en la Argentina en especial, y trabajamos en nuestras comunidades para mostrar que la generalización nos puede llevar a un flagelo tremendo como fue, en su momento, el holocausto”.
Abboud se mostró particularmente preocupado en aclarar que “el ISIS, DAESH, Estado Islámico, o como quieran llamarlo, no tiene demasiados antecedentes en su forma de actuar”, explicó Abboud.
Y consideró que no se puede analizar su accionar sin evaluar el entorno:
“En hipótesis (el ISIS) se autofinancia, está armado con pertrechos que no se producen en ningún país árabe, todo el mundo sabe que vende petróleo a un precio vil y -sin hipocresía- deberíamos preguntarnos en qué países termina ese combustible”.
Consultado por cómo vive la comunidad árabe local una posible estigmatización con el accionar de Estado Islámico, Abboud afirmó que él no encontró “ningún musulmán en la Argentina que diga que se identifica con el más mínimo concepto del daño que está haciendo el ISIS. Vemos como trágico y despreciable lo que sucedió en Francia, en Niza y en otros puntos del planeta”.
“Todas las religiones predican la paz y el respeto. Sí hay, en cambio, personas interesadas en generar caos y en cómo interpretan la religión”, consideró Cohen Sabban.
También hubo coincidencia del padre Di Mario: “Muchas veces se juzga a las religiones por quienes las usan para su conveniencia. Quieren justificar sus acciones en vez de servir a Dios sabiendo que el límite es el respeto por la vida, lo más sagrado para nuestras religiones”.
“Los delitos los cometen las personas, no las creencias”, sintetizaron estos profesantes de los tres credos monoteístas.
También hablaron en esta entrevista sobre las acciones preventivas del gobierno argentino ante eventuales ataques fundamentalistas, los planes de inmigración para ciudadanos sirios y la necesidad de profundizar el diálogo interreligioso.
Télam preguntó si las comunidades fueron consultadas por el gobierno antes de anunciar medidas como la creación de un centro de detección temprana de alertas ante eventuales hechos de violencia.
“Eso es una política pública”, coincidieron escuetamente.
“Fuimos informados como parte del tejido social”, explicó Cohen Sabban.
Sí, en cambio, se explayaron sobre la propuesta de acogimiento de 3.000 ciudadanos sirios.
“Las actuales autoridades pueden para llevar adelante este proceso de inmigración. No nos tenemos que olvidar que venimos de los barcos, que somos un país de inmigrantes”, afirmó Abboud.
El dirigente árabe no dejó pasar por alto que esta futura ola siria será una “inmigración forzada porque ningún sirio quiere irse de su tierra. Lo que provoca esta inmigración es un profundo dolor y no poder seguir resistiendo la violencia” actual.
Para Cohen Sabban esta propuesta migratoria argentina “está sustentada en la sensibilidad humana. La Biblia dice que quien salva una vida salva a todo el mundo”.
El dirigente de la DAIA agregó que esta política “puede persistir si la Argentina está capacitada para realizar todos aquellos filtros que garanticen que sólo lleguen personas pacíficas y que quieran participar en la construcción del país”.
Abboud agregó que “como argentino de fe islámica creo que se tienen que tomar las precauciones necesarias para que esta política dé buen resultado. Cada persona debe saber por qué y para qué viene al país”.
Esta nueva ola inmigratoria ofrecida por las autoridades remitió a los inmigrantes que bajaron de los barcos y a los fuertes lazos creados por “los turcos, rusos, judíos, tanos o gallegos”.
Di Mario destacó que “Argentina es un modelo de convivencia que no inventamos ahora”.
Ligando esta histórica confraternidad con la violencia de los últimos tiempos en el mundo, Abboud consideró que en el país se ha “podido armar un modelo y ámbito de diálogo preventivo entre la Iglesia, la AMIA, la DAIA, el Centro Islámico y el Instituto de Diálogo Interreligioso”.
Estas organizaciones, dijo, podrán “tener una mirada política diferente de lo que ocurre en Medio Oriente, pero lograron la madurez para hablarla y evaluar”.
“El atentado a la AMIA nos duele a todos porque consideramos que fue perpetrado al tejido social argentino con el reflejo particular de una comunidad”.
Para Abboud, “así sucede con cada cuestión que tenga que ver con miradas prejuiciosas sobre el otro, pero no tengo dudas de que va a prevalecer la defensa de esta construcción social porque el diálogo de la interreligiosidad ya tiene que ver con nuestra identidad”, señaló.
Di Mario consideró que hay que revalorar a diario “esa política de diálogo y convivencia pacífica, como formas culturales del país”.
A pesar de ello, coincidieron en que, hoy -necesariamente- se impone agregar a la agenda el tema de la violencia extremista.
“En cada una de las comunidades religiosas siempre se habla de paz y de argentinidad”, sintetizó Abboud, y sin embargo “hay que mejorar las visiones sobre el otro porque aún hay gente que ve en el diálogo interreligioso una pérdida de identidad y no un fortalecimiento de cada una de ellas”.
“Vivimos en este país respetando la diferencia, cada religión y las leyes. Esto es lo que nos une y nos hermana”, sostuvo Cohen Sabban.
Los entrevistados coincidieron en “exhibir con orgullo las diferencias de pensamiento” y ven con agrado “no hablar de fundamentalismo islámico sino de terrorismo o fundamentalismo (a secas) porque el lenguaje no es inocente y va cimentando ideas”.
Por último, destacaron la vocación “de generar más convivencia y que este diálogo interreligioso argentino sea visto en muchos lugares del mundo como un modelo” a reproducir.
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