Para la Cuaresma, "conversión evangélica" y "coherencia eucarística"

Para la Cuaresma,

Con estos dos conceptos, el obispo de Chascomús, monseñor Carlos H. Malfa, guio su mensaje para la Cuaresma 2021.

 

El obispo de Chascomús, monseñor Carlos Humberto Malfa, hizo público su mensaje para la Cuaresma 2021, que tituló con la cita de San Marcos, “¡Conviértete y cree en el Evangelio!”.

“Con la ceniza sobre nuestras cabezas -comienza el obispo- y unidos a todo el pueblo santo de Dios presente en cada rincón del mundo, entramos en la Cuaresma y nos ponemos en camino hacia la Pascua. La ceniza al recordarnos nuestra caducidad nos hace humildes y nos dispone a la conversión”.

Tras definir que convertirse “es gracia y decisión, es una elección de fe que comienza invocando a Dios”, el obispo anima a poner “los ojos fijos en Jesús” para alcanzar un “estado permanente de conversión”.

“La conversión evangélica -añade- nos lleva a reconocer que la raíz de todos los males está en nuestro interior, en nuestra libertad enferma que se deja seducir por la idea de querer ser como dioses (Cf. Gn. 3). Nos lo dice el mismo Jesús: ‘Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre…’”. Con estas palabras, monseñor Malfa invita a hacer un “ejercicio espiritual” buscando qué puede significar para nosotros “convertirnos y creer en el Evangelio”.

Para esto, toma dos ejemplos del Evangelio. La escena de la pecadora perdonada, para quien “la conversión significó llorar a los pies de Jesús y descubrir la verdad del amor”, y se pregunta: “¿No hemos acaso experimentado la belleza y el consuelo del perdón generoso de Dios cuando nos confesamos, que nos impulsa a amar mucho?”.

Luego propone el texto de la conversión de Zaqueo y anima: “Cambiemos el nombre de Zaqueo por el nuestro y recibiremos la misma invitación de Jesús”. Pero monseñor Malfa aclara que “no estamos solos en este camino, Cristo viene con nosotros para hacer posible nuestra conversión”. 

 

"La conversión -señala el obispo de Chascomús- nos llama y nos lleva a la ‘coherencia eucarística', es decir, nuestra fe está viva cuando tiene raíz en la Eucaristía, que nos transforma para la entrega y la fraternidad. Comprendemos así la profunda relación entre la Eucaristía y la vida de cada día”.

Asimismo insta a la comunidad a no tener miedo “de anunciar la verdad como un servicio de amor, unidos a hermanos de otras confesiones religiosas y como aporte al bien común, y refiriéndose a la aprobación del aborto en el país, aconseja estar unidos a hombres y mujeres de buena voluntad que no son creyentes y están iluminados por la ley natural, la razón, la ciencia, el derecho, para defender la vida no nacida”.

Monseñor Malfa insiste en que “en realidad el aborto no es un tema primariamente de religión y es anterior a ella, hunde sus raíces en la dignidad de la vida y siempre será una violencia contra la mujer y la muerte de un inocente” y citando el documento de Aparecida expresa que “debemos atenernos a la ‘coherencia eucarística’, es decir, ser conscientes de que no pueden recibir la sagrada comunión y al mismo tiempo actuar con hechos o palabras contra los mandamientos, en particular cuando se propician el aborto, la eutanasia y otros delitos graves contra la vida y la familia”.

Finalmente, tras aseverar que “la misión de crear conciencia sobre la dignidad inviolable de la vida humana no termina nunca, porque debemos hacerla presente en nuestras familias, parroquias, escuelas, en cada lugar donde se forme al hombre y al cristiano”, concluyó su mensaje cuaresmal con la bendición de la Virgen María.

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