El Papa viaja a Malta con el telón de fondo de la guerra en Ucrania: los datos más importantes de este viaje

El Papa viaja a Malta con el telón de fondo de la guerra en Ucrania: los datos más importantes de este viaje

Durante su estancia, Francisco recordará el papel de la isla en el drama de los inmigrantes en el Mediterráneo, y revitalizará la fe de una de las primeras comunidades cristianas

El 2 y 3 de abril el Papa Francisco cumplirá la promesa de visitar Malta, una cita aplazada en dos ocasiones debido a la pandemia. Durante un intenso fin de semana recordará el papel clave de la isla en el drama que los inmigrantes continúan afrontando en el Mediterráneo y revitalizará la fe de una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo.

Datos y cifras del viaje

El viaje a Malta será el número 36º que el Papa Francisco realiza fuera de Italia, el 56º país que visita y el primero de este año 2022. Francisco es el tercer Pontífice que viaja hasta esta isla mediterránea: antes de él, Juan Pablo II visitó Malta en 1990 y 2001, cuando beatificó a Dun Gorg Preca, el primer santo maltés de la historia del catolicismo; a sor Adeodata Pisani, abadesa del monasterio de San Pedro de la ciudad de Medina; y a Nazju Falzon, un fraile menor que asistió a los soldados malteses durante la guerra de Crimea. Benedicto XVI visitó la isla en 2010.

Situada frente a la costa de Sicilia, Malta es el país más pequeño y más densamente poblado de la Unión Europea, con unos 478.000 habitantes para 316 kilómetros cuadrados. Si hacemos cuentas, 1.513 habitantes por km2.

El archipiélago de Malta está compuesto por tres islas habitadas Malta, Gozo y Comino. Esta última isla, Comino, cuenta tan sólo con 5 habitantes permanentes.

2.000 años después de San Pablo, Francisco recorre una de las primeras comunidades cristianas del Mediterráneo

Según relata los Hechos de los Apóstoles, en el año 60, San Pablo viajaba en barco desde Chipre con destino a Roma para ser juzgado. Una fuerte tempestad hizo que naufragaran en la costa de Malta y a partir de ahí San Pablo comenzó la evangelización de la isla. De hecho, la fiesta del Naufragio de San Pablo, el 10 de febrero, continúa siendo una de las celebraciones más importantes del país.

Su ininterrumpida tradición de herencia cristiana explica que el país tenga más de una iglesia por kilómetro cuadrado. De hecho, hay suficientes capillas e iglesias en el archipiélago para que se pueda asistir a misa en una diferente durante todo un año. Incluso en la más pequeña de las islas, Comino, hay una iglesia para sus únicos cinco residentes.

Como curiosidad, en la mayoría de las fachadas de las iglesias se colocan dos grandes relojes. Uno de ellos tiene la hora correcta y el otro marca una hora diferente. Cuenta la tradición que se trata de una “trampa” tendida al diablo para que no conozca la hora exacta en la que los fieles acuden a Misa y así no les distrae. La gran mayoría de la población se considera católica practicante.

La difícil gestión de la cuestión migratoria en Malta

El gobierno del país más pequeño de la UE mantiene una dura política de rechazo a la inmigración. Por su cercanía al norte de África es un destino preferente para las personas que huyen, sobre todo, de Sudán, Bangladesh y Eritrea. En los últimos años se ha negado a acoger a los migrantes que son rescatados por los barcos humanitarios a pesar de que los naufragios se produzcan en aguas que son de su competencia jurisdiccional.

En proporción con su población, Malta cuenta con el mayor número de peticiones de asilo en Europa. En principio todos los inmigrantes que llegan a sus costas se consideran clandestinos y afrontan un largo proceso de regularización. La inmigración irregular ha abierto una brecha en la población. No hay integración y en la isla inmigrantes y malteses viven completamente separados.

La presión migratoria en Malta se ha reducido considerablemente desde 2019. Ese año, el Gobierno llegó a un acuerdo con Libia para que impidieran la salida de barcos de sus costas. Según ACNUR, en 2021 llegaron a la isla 832 migrantes por mar, una cuarta parte de los 3.406 de 2019.

El Papa visitará el domingo el centro de acogida de inmigrantes y refugiados “Juan XXII Peace Lab” en Hal Far, donde se reunirá con cerca de 200 inmigrantes. Se trata de una organización de voluntariado fundada en 1971 por el fraile franciscano Dionisio Mintoff. Lleva a cabo una labor educativa en favor de la justicia y de los derechos humanos. Además de la acogida de los solicitantes de asilo, este centro ofrece servicios médicos, posibilidad de recibir formación y una residencia con capacidad para 45 personas. Facilita internet gratuito para que los migrantes puedan mantenerse en contacto con sus familias de origen.

La ciudad de Hal Farel acoge el mayor campo de refugiados de Malta, que se encuentra situado junto a una base militar. Allí se levantan un centro de detención y otros cinco campos abiertos para 2.000 personas, por lo que el Peace Lab se convierte en un especie de oasis para los inmigrantes y refugiados.

El resto de inmigrantes vive entre decenas de contenedores de chapa que albergan literas de dos y tres pisos cada una; en un contenedor pueden llegar a dormir hasta diez personas.

El Jesuit Refugee Service de Malta es una de las organizaciones que más ayuda presta a los inmigrantes que se hacinan en este campo. Los voluntarios aseguran que carecen de actividades y entretenimiento, por lo que pasan los días, semanas y años sin nada especial en lo que ocuparse. Allí se les proporciona comida y una ayuda de 138 euros al mes. La mayor parte de los inmigrantes proceden de Somalia, Eritrea y Sudan.

El itinerario del Papa Francisco en Malta

Aunque el pontífice permanecerá en la isla menos de 48 horas, visitará 5 ciudades: La Valeta, Rabat, Floriana, la isla de Gozo, y el centro de acogida de migrantes que se encuentra en Hal Far fundado por un franciscano de 90 años Dionysius Mintoff, quien también ayuda a gestionar las solicitudes de asilo.

El sábado 2 de abril, tras los encuentros protocolarios oficiales en La Valeta, el Papa se trasladará en barco a la isla de Gozo, donde visitará el santuario mariano más importante de la isla. El encuentro más multitudinario tendrá lugar en Floriana, en la misma plaza donde también celebraron Misa San Juan Pablo II y Benedicto XVI.

El domingo 3 de abril el Papa visitará Rabat para rezar en la iglesia que acoge la llamada “gruta de San Pablo”, el lugar en el que según la tradición vivió San Pablo alrededor del año 60, tras naufragar el barco que lo llevaba a Roma para ser juzgado.

No es casualidad que el logotipo de la visita elegido hace dos años represente unas manos señalando hacia la Cruz desde un barco a merced de las olas. Las manos simbolizan la ayuda quienes están en dificultad, abandonados a su suerte. El barco recuerda el naufragio de san Pablo y la acogida que los malteses dieron al Apóstol y al resto de náufragos.

El Papa viaja a un país que acaba de celebrar elecciones

Unas elecciones que fueron convocadas para el pasado 26 de marzo después de saberse que el Papa iba a visitar el país los días 2 y 3 de abril, por lo que el nuevo gobierno estará atento a los mensajes de Francisco. Normalmente la Santa Sede procura que sus viajes no puedan instrumentalizarse políticamente, pero en esta circunstancia, al haber sido anulado en dos ocasiones, no se consideró conveniente postergarlo.

Robert Abela, del Partido Laborista, ha sido el ganador de las elecciones y volverá a dirigir el país por un segundo mandato. El pasado lunes juró su cargo para los próximos cinco años. El presidente del país es George Vella, con quien se encontrará el Papa el próximo sábado. Diez semanas después de la visita del Papa Francisco concluirá su mandato.

Las elecciones generales de esta semana ponen fin a una legislatura manchada por el asesinato de la periodista de investigación Daphne Caruana Galizia en 2017. El anterior primer ministro, Joseph Muscat fue muy criticado por sus intentos de influir en la investigación. Aunque su sucesor ha tomado medidas para reforzar la libertad de prensa, resultan insuficientes para los activistas anticorrupción y para la familia de Caruana Galizia.

La sombra del asesinato de la periodista Daphne Caruana Galizia en 2017 sigue estando muy presente en el país

La periodista tenía un blog de información muy influyente que destapó varios y complejos escándalos de corrupción, entre ellos la rama maltesa de los papeles de Panamá. No sería de extrañar que, en alguno de sus discursos, concretamente el primero que pronuncie ante las autoridades del país, el Pontífice aborde la lacra de la corrupción.

Malta fue incluida el año pasado en la lista de países sometidos a una mayor investigación por parte del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) ante la sospecha de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo. Además, el país facilita el llamado "pasaporte dorado", a inversores con dinero, que a menudo nunca la visitan ni residen en el país el tiempo suficiente para tributar con legalidad.

La isla donde creció la orden de Malta

La historia de Malta está ligada a los Caballeros de la Orden de Malta, oficialmente conocidos como la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta.

Son los sucesores de los Caballeros Hospitalarios, una orden nacida en los tiempos de las Cruzadas, dedicada en principio a tareas de asistencia, acogida de los pobres y construcción de infraestructuras sociales.

Con la llegada de la Orden de San Juan a Malta en 1530 la isla vivió su mayor época de esplendor. Gobernaron la isla durante 200 años, dejando su huella en gran parte del patrimonio que hoy en día sigue en pie. Desde 1530 hasta 1798, cuando la conquistó Napoleón Bonaparte, la orden protegió Malta contra todo tipo de invasiones. En 1565 rechazó a las tropas turcas, numéricamente superiores. Para conseguirlo trasformó la isla en una fortaleza casi inexpugnable.

La huella de la Orden de Malta se descubre por toda la isla. El primer edificio construido en La Valeta fue precisamente la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, levantada por los Caballeros en 1567 para celebrar su victoria frente a los otomanos que habían tratado de conquistar la isla. El propio nombre de la ciudad proviene de Jean Parisot de Valette, el Gran Maestre de la Orden responsable de la defensa de la ciudad.

España también ha dejado su huella en el archipiélago de Malta

La corona de Aragón dejó su herencia en las islas maltesas durante unos 248 años. Datos históricos certifican que en 1283 los primeros españoles pusieron pie en Malta tras una batalla naval entre aragoneses y franceses.

El 23 de marzo de 1530, el Emperador Carlos V cede la soberanía de la isla de Malta a la Orden de Malta a perpetuidad, junto a los enclaves de Gozo y Trípoli, a condición de que anualmente le entregaran como tributo un halcón maltés, y que se comprometieran a cumplir fielmente sus estatutos fundacionales.

Cuando en 1565 consiguieron detener el ataque de los otomanos, Felipe II les regaló en agradecimiento una espada de acero toledano engarzado en oro y pedrería con un grabado que decía "más que el mismo valor vale Valeta".

En la ciudad de Floriana, donde el Papa celebrará misa el domingo, se encuentra una iglesia dedicada a Nuestra Señora de Sarriá. La casa de Cataluña es uno de los edificios más fácilmente identificables de La Valeta. Encontramos también las Iglesias de la Virgen del Pilar y Santiago.

En la actual ciudad de Rabat el Papa visitará la gruta donde según la tradición san Pablo encontró refugio en el año 60. La historia de esta gruta también está ligada a España porque el ermitaño español Juan Beneguas compró las tierras en 1.600 para facilitar que se utilizaran exclusivamente con fines religiosos. Años más tarde donó el terreno a los Caballeros de Malta.

Además, una de las islas del archipiélago, la Isla de Gozo, ha conservado el nombre castellano que le dieron los aragoneses cuando la conquistaron en el año 1282. La idea de “gozo” y “alegría” fue en lo primero que pensaron cuando pisaron la isla donde se encuentra el principal Santuario mariano del archipiélago que visitará en Papa Francisco.

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