Al término de la celebración de inauguración de pontificado, ante casi 200.000 asistentes, entre ellos líderes de distintas partes del mundo, el Papa León XIV volvió a lanzar un llamamiento a la paz en Ucrania, durante el rezo del Regina Coeli.

Además, en un llamado a la humanidad, aseguró que “en Gaza, los niños, las familias y los ancianos sobrevivientes son llevados al hambre”.

En sus saludos finales, el pontífice agradeció la presencia de las delegaciones internacionales, así como de comunidades cristianas y otras religiones.

Adicionalmente, se tomó unos minutos para saludar de forma especial a quienes llegaron desde distintos continentes a Roma por el Jubileo de las Cofradías: “Queridos, les agradezco porque mantienen vivo el gran patrimonio de la piedad popular".

Además, recordó a su predecesor: "Durante la misa he sentido fuerte la presencia espiritual de Papa Francisco que desde el cielo nos acompaña", desatando una nueva ovación entre los miles de fieles presentes.

También evocó la beatificación de ayer, sábado 17 de mayo, del sacerdote Camille Costa de Beauregard, el primer beato de su pontificado.

Sin embargo, también aprovechó para recordar las situaciones bélicas que enfrentan distintos países del mundo. "En la alegría de la fe y de la comunión no podemos olvidar los hermanos y hermanas que sufren a causa de la guerra", señaló el Papa.

En un llamado a toda la humanidad, mencionó puntualmente que "en Gaza, los niños, las familias, los ancianos, sobrevivientes son llevados al hambre”.

También habló de Myanmar, donde “nuevas hostilidades han destruido vidas inocentes”.

Y, en un nuevo llamado que reitera desde el inicio de su pontificado, pidió la paz en Ucrania: “La martirizada Ucrania espera, finalmente, negociaciones por una paz justa y duradera".

En este sentido, la Santa Sede anunció previo a la misa que se realizará un encuentro entre el pontífice y la presidenta de Perú, Dina Boularte, así como también una reunión con Volodimir Zelenski, presente en la celebración.

Finalmente, el Papa concluyó con una mención a la Virgen: "Mientras confiamos a María, al servicio del Obispo de Roma, pastor de la Iglesia Universal de la barca de Pedro, la admiramos a ella, estrella del mar, madre del buen consejo, como signo de esperanza e imploramos de su intercesión el don de la paz y el apoyo y el consuelo para quienes sufren. La gracia para todos nosotros de ser testigos del Señor Resucitado", concluyó.