Podría convocar a los cardenales antes de viajar a México, coincidiendo con el C-9
Por Jesús Bastante
El próximo domingo, tras el rezo del Angelus, el Papa Francisco podría anunciar los nombres de nuevos cardenales. Así lo hizo en los dos años anteriores y, según distintas fuentes, este año podría repetir noticia. De ser así, un español, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, podría estar entre los nuevos purpurados.
De producirse, Bergoglio convocaría a todos los cardenales a un consistorio el primer fin de semana de febrero, justo antes de su viaje a México, y de la próxima reunión del C-9 (grupo de cardenales que asesoran al Papa en la reforma de la Curia), que tendrá lugar los días 8 y 9 de ese mes, y donde podrían aprobarse, definitivamente, los nuevos dicasterios de "Laicos, Familia y Vida" y "Justicia, Paz y Migrantes".
A diferencia de los dos años anteriores, en el momento del hipotético anuncio, no habría demasiadas vacantes entre los cardenales electores (que no hayan cumplido 80 años), que podría votar en un eventual Cónclave. A día de hoy, apenas tres, aunque a lo largo de 2016, otros diez perderán su condición de electores. Eso daría un total de 13 nuevos posibles cardenales, con lo que el colegio cardenalicio ya tendría una composición mayoritariamente "bergogliana".
Entre los que cumplen los 80 años se encuentra el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela. Su sucesor en la diócesis de Madrid, y vicepresidente del Episcopado, Carlos Osoro, podría ser uno de los designados por el Papa. Considerado, junto a Juan José Omella, uno de los hombres de la absoluta confianza de Francisco -no en vano, el Papa lo designó uno de los tres miembros de la Secretaría General del Sínodo de Obispos-, el prelado se convertiría en el tercer cardenal elector español titular de una diócesis -junto a Blázquez y Cañizares-.
Según Aciprensa, entre los nombres que figuran en las quinielas aparecen, además de Osoro, el Sustituto de la Secretaría de Estado, Mons. Angelo Becciu; el organizador del Jubileo de la Misericordia, Mons. Rino Fisichella; y los arzobispos de Bologna y Palermo, Mons. Matteo Maria Zuppi y Mons. Corrado Lorefice. Sin embargo ambos tienen predecesores cardenales: el Cardenal Carlo Caffara, el Cardenal Salvatore De Giorgi, y el Cardenal Pablo Romeo. Los cardenales Caffara y Romeo aún son electores.
El Papa podría sorprender de nuevo y dejar fuera a diócesis históricamente cardenalicias como Venecia y Turín, para premiar a una de frontera, quizás del sur. Después de haber promovido a la dignidad cardenalicia a los arzobispos de Perugia-Città della Pieve, Ancona-Osimo y Agrigento, quizá esta vez el Pontífice no elija por ejemplo al Arzobispo de Taranto o de Campobasso-Boiano.
En Europa la púrpura podría ir a Bruselas, mientras en Estados Unidos podrían ser Los Ángeles o Filadelfia. En Asia está Japón, que espera desde hace mucho tiempo la inclusión de uno de sus obispos en el Colegio Cardenalicio. La mayor sorpresa podría llegar de África. El Papa podría poner el birrete rojo al Arzobispo de Bangui (República Centroafricana), Mons. Dieudonnè Nzapalainga.
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