El Papa invita a los padres de los 43 de Iguala a la misa en Ciudad Juárez

Los vecinos de Ecatepec esperan que Francisco "conmueva los corazones de muchos"

Los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos asistirán a una misa del papa Francisco en Ciudad Juárez, al norte de México. El pontífice, quien visitará México del 12 al 17 de febrero, no se reunirá en privado con las familias de los jóvenes secuestrados el 26 de septiembre de 2014 en la ciudad de Iguala, estado de Guerrero. Este será el único acercamiento entre ellos y el papa Francisco.

La ceremonia se celebrará en el último día del papa Francisco en México, en la región cercana a la frontera con Estados Unidos. "Van a tener tres asientos en primera fila en Ciudad Juárez, en la misa donde el papa se va a despedir de los mexicanos", indicó una fuente.

Asimismo, acudirán representantes de otros colectivos de víctimas de la violencia en México, entre ellos grupos que trabajan contra los feminicidios en la misma Ciudad Juárez y el tráfico de inmigrantes que cruzan el país para llegar a Estados Unidos.

Los parientes de los deudos buscaron conversar con el papa Francisco durante su visita a Estados Unidos en 2015, pero no lo consiguieron. La agenda del jefe de la Iglesia católica fue coordinada desde el Vaticano, no por la institución en México.

Los familiares se movilizarán detrás del Papa en todo su recorrido por México, con la esperanza de obtener un breve diálogo. Esperan que se pronuncie sobre la masacre de Ayotzinapa en uno de sus discursos.

Por otro lado, cuando el papa Francisco llegue el próximo domingo a Ecatepec (en el central Estado de México), pasará por avenidas renovadas, listas para mostrar la otra cara de un municipio en el que predominan las altas tasas de violencia, ante las cuales los vecinos piden que el pontífice traiga "paz".

El asfalto repavimentado, las frescas rayas de pintura, las plantas recién podadas y las aceras casi por estrenar solo se ven en aquellas calles por las que está planeado que pase Francisco, que llegará desde la capital para celebrar una multitudinaria misa con más de 300.000 personas.

Los obreros ya trabajan a contrarreloj en el terreno conocido como "El Caracol", aledaño a la Unidad de Estudios Superiores, para terminar el escenario en el que se celebrará la eucaristía, coronado por un alto semicírculo del que, de momento, solo se vislumbra el esqueleto.

A pocos metros de allí se prepara un pequeño helipuerto, desde el cual Jorge Bergoglio retornará directamente a la Ciudad de México tras su visita.

"Estamos algo presionados, pero es parte de la 'chamba' (trabajo)", comenta uno de los obreros, quien se encarga de clavar algunos postes en el suelo antes de que se ponga el sol.

Pese al hermetismo bajo el cual se resguarda la obra, en la que el paso se ha restringido y una malla impide las miradas indiscretas, algunas personas logran asomarse por grietas y rincones que están sin protección.

Una de ellas, Laura Angélica, baja del coche junto a su familia para vislumbrar un adelanto de lo que le espera el próximo domingo, cuando será voluntaria en el comité de recibimiento de Francisco.

Ella, quien además forma parte de una asociación civil de mujeres emprendedoras, ve la cita como una oportunidad para "pedir" por el municipio, y "por tanta delincuencia que se ha creado en el Estado de México", afirma.

En 2014, Ecatepec triplicó, con una cifra de 35,9 homicidios por cada 100.000 habitantes, la media nacional, y se situó entre las primeras posiciones de los municipios con mayor número de extorsiones, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).

Asimismo, el año pasado se declaró la Alerta de Violencia de Género (AVG) por la preocupante escalada de feminicidios.

"La visita del papa siento que nos va a dar mucha fe y paz", dice Laura Angélica, quien confía en que el "mensaje" de Francisco "conmueva los corazones de muchos".

Reconoce que, como el resto de vecinos, se "sorprendió" cuando supo que el papa, quien estará en México entre los días 12 y 17 de febrero, visitaría la ciudad.

"Imagínate el problema en el que está nuestro estado, que hasta allí (el Vaticano) ha llegado, que él haya decidido visitarnos para otorgarnos esa paz", comenta.

La avenida central donde se colocarán las vallas para los fieles que se acerquen a saludar al pontífice ha quedado decorada por un extenso grafiti plagado de motivos mexicanos, así como por los mensajes de bienvenida implantados por la diócesis de Ecatepec.

Además de las labores realizadas de bacheo y mejoramiento de la imagen urbana, se instalarán módulos de apoyo a la ciudadanía, una veintena de unidades para atender emergencias médicas, tres ambulancias por cada kilómetro y un policía por cada diez metros.

A algunos de los vecinos, quienes esperan inversión para sus barrios, no les ha sentado bien el presupuesto que se ha invertido en la preparación de la visita, relata Daniel, propietario de una papelería situada frente al lugar donde se celebrará la misa.

Dice que hay personas que piensan que las obras serán un "gasto", pero que desde su negocio saben, por lo que les hablan quienes están trabajando en la zona, que "algunos materiales que se están ocupando van a ser reutilizados para otras obras".

Todavía no sabe si abrirá su local el próximo fin de semana; mientras espera indicaciones oficiales para tomar una decisión, ya se ha acostumbrado al ir y venir de las fuerzas de seguridad por la calle.

"Da gusto verlos, también es necesario que uno los vea y sepa cómo trabajan", comenta el comerciante.

Finalmente, la distribución de los boletos para la Misa que el Papa Francisco celebrará en la Basílica de Guadalupe se realizó en tiempo y forma, según autoridades del santuario del Tepeyac, quienes buscaron que el reparto fuera lo más plural y representativo.

Por ello, entre los invitados a la celebración Eucarística destacan los ancianos, los discapacitados y los indígenas. Incluso, para trasladar a los enfermos, se informó que se han dispuesto varios autobuses que los recogerán en 30 parroquias a fin de llevarlos oportunamente al Tepeyac, de tal forma que éstos no tengan que esperar mucho tiempo antes de la Santa Misa.

Para la Arquidiócesis de México, en general, se asignaron más de 12 mil boletos que fueron repartidos en las ocho vicarías territoriales, las cuales se encargaron de distribuirlos en todas las parroquias de la Ciudad de México.

Un dato interesante es que por primera vez, los casi 400 colaboradores de la Basílica de Guadalupe, que en otras visitas papales habían quedado fuera del recinto, estarán presente en la celebración, lo mismo que el Coro de Infantes, formado por unos 70 integrantes, quienes serán los responsables de acompañar la Misa con sus voces.

Entre las personas que van a asistir también se encuentran miembros de algunasarchicofradías y movimientos laicales, e invitados de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Llama también la atención que, a diferencia de lo que se hizo en otras visitas papales, cuando la Basílica de Guadalupe se encargaba de la distribución íntegra de los boletos, en esta ocasión la Conferencia del Episcopado Mexicano quiso participar en esta tarea. Por ello, el organismo que agrupa a los obispos del país fue el responsable de entregar los más de 12 mil boletos a las 93 diócesis del país; cada una de ella fijó sus propios criterios para la entrega.

De acuerdo con la información proporcionada a Desde la fe, también asistirá un importante número de religiosas y religiosos, sacerdotes que ayudarán en la distribución de la Sagrada Comunión, y algunos sacerdotes de la Arquidiócesis de México y de otras iglesias locales. Habrá presencia de formadores de seminarios, de diáconos y de seminaristas.

Además, se contemplaron los espacios respectivos para representantes de los gobiernos federal y local, así como Presidencia de la República, prensa y visitantes especiales.

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