Al concluir la concelebración eucarística en sufragio por los cardenales y obispos fallecidos en el último año, en la Basílica de San Pedro, el Papa se trasladó de forma privada al Camposanto Teutónico, dentro del Vaticano.

En ese cementerio el Papa tuvo un momento personal de oración. Le acompañaron las Hermanas Siervas de Cristo Sacerdote, monjas que se ocupan del cuidado del cementerio, así como el rector y vicerrector del Pontificio Colegio Teutónico de Santa María en Camposanto. Tras el momento de oración en silencio el Papa bendijo con el aspergillum las tumbas. Posteriormente regresó a la Casa Santa Marta.

El Camposanto Teutónico

Entre San Pedro y la nueva Sala de Audiencias se encuentra el Campo Santo Teutónico, que es la fundación nacional alemana más antigua de Roma. En la antigüedad, ahí se encontraba el circo de Nerón, que fue escenario de numerosos martirios de cristianos.

Desde hace 12 siglos, la propiedad alemana de la tierra se mantiene aquí, junto a la tumba de Pedro. En el año 799 se menciona por primera vez una Schola Francorum. Por ello, una imagen de azulejos que muestra a Carlomagno como fundador se encuentra en la pared del edificio. Sin embargo, el lugar sólo adquirió contornos más precisos a mediados del siglo XV, cuando el Año Santo de 1450 atrajo a muchos peregrinos a Roma.

En esa ocasión, el cementerio y la iglesia, que estaban muy reducidos, fueron reconstruidos y los miembros alemanes de la Curia se unieron en 1454 en una Cofradía de los Pobres Difuntos, que, aunque de forma algo diferente, sigue existiendo hoy en día y es la titular de la fundación. En el último cuarto del siglo XV, la iglesia actual se construyó en el estilo muy común en Alemania de la iglesia de salón. En el año 1597 se produjo la promoción de la institución a «Archicofradía de Nuestra Señora del Campo Santo Alemán en San Pedro». Desde 1876, se ha añadido un Colegio para sacerdotes que estudian arqueología cristiana e historia de la Iglesia y disciplinas similares. Desde 1888 también se encuentra allí el Instituto Romano de la Sociedad Goerres, con una biblioteca de unos 35.000 volúmenes.

La Capilla de los Suizos sirvió tras el Saqueo de Roma como lugar de enterramiento de los guardias caídos. Los frescos de las paredes, obra de Polidor Caldara, discípulo de Rafael, son de gran calidad.

Debido a su especial ubicación, el Campo Santo ha sido siempre, naturalmente, un lugar de enterramiento muy solicitado. Según los estatutos, tienen derecho a ser enterrados aquí los miembros de la Archicofradía, los miembros de muchas casas religiosas de origen alemán y de los otros dos colegios alemanes de Roma: el Anima y el Germanico. Son innumerables los muertos enterrados aquí, famosos y desconocidos. La oración es lógicamente para todos, pero los visitantes suelen buscar tumbas específicas de muertos famosos en el ámbito eclesiástico, artístico, político o diplomático.