Papa Francisco: “Nunca hagas callar a un bebé que llora en la iglesia, ¡nunca!”

Papa Francisco: “Nunca hagas callar a un bebé que llora en la iglesia, ¡nunca!”

En la audiencia general del miércoles, el Pontífice ha agradecido a una mamá que tenía a su hija en brazos

 

Nunca hagas callar a un bebé que llora en la iglesia, ¡nunca! Porque es la voz que atrae la ternura de Dios. Gracias por tu testimonio”, dijo el Papa Francisco a una madre joven que estaba de pie llevando en brazos a su pequeña hija, ubicada en la primera fila, durante la audiencia general del miércoles, 21 de octubre de 2020, en el aula Pablo Pablo VI del Vaticano.

 

Francisco improvisó un breve discurso sobre la ternura de Dios que comparó a la de una madre que atiende con paciencia y dedicación a su hijo: “Cuando en la Iglesia llora un niño, escuchen, sientan que allí está la ternura de una madre, como hoy, y gracias por tu testimonio, la atención de una madre es símbolo de la ternura de Dios con nosotros”. 

Antes había explicado lo que encendió su mente y corazón: “Me llamó la atención, mientras los lectores leían el pasaje bíblico, que había allí (señala con el dedo) un niño o una niña que lloraba. Yo veía a la mamá que acariciaba y daba de mamar al niño. He dicho: ‘Así hace Dios con nosotros’ como esa madre, con tanta ternura buscaba de acomodar al niño, de amamantarlo. ¡Son imágenes hermosas!”.

Francisco prosiguió hoy con el ciclo de catequesis sobre el tema de la oración de los salmos y se centró en el impío: “Es aquél que vive como si Dios no existiese y cerrado a la trascendencia”. 

Entonces, se refirió a aquellos fieles católicos que frecuentan la iglesia solo para hacerse “ver que van a misa” o para hacer “ver el último modelo que han comprado” y para aparentar una “posición social”. 

En su predicación insistió que la oración es algo fundamental y para nada superficial, pues “nos abre al Absoluto, evitando que nos dejemos llevar por la voracidad depredadora y poder así llegar a ser plenamente humano”. 

Denunció que “existe por desgracia una oración falsa, en la que se busca ser admirados, cubrir las propias necesidades o encontrar consuelo. Esa oración, en la que el hermano no está presente, que es egoísta, no es una oración cristiana”. 

El Papa ha puesto como modelo al Padrenuestro, “el otro se hace importante y nosotros responsables. Por eso, hallamos en los salmos tanto oraciones íntimas, como comunitarias, de modo que la plegaria personal se alimenta de la litúrgica y viceversa. Ambas se convierten en patrimonio de todos”.

“En definitiva, donde está Dios debe estar el prójimo”, afirmó. “Quien dice amar a Dios y no ama a su hermano es un mentiroso, y por eso los salmos nos los presentan continuamente, para que veamos en ellos la imagen que Dios ha impreso de sí mismo en cada uno de nosotros”. 

El Papa recordó que Dios escucha el grito de los pobres y los Salmos “nos amonestan sobre el peligro de poner nuestra confianza en las riquezas y abren nuestra mente a su diseño de salvación que está por encima de los planes de las naciones”.

Al final, el Papa saludó a los fieles. “Pidamos al Señor que, a través de la oración de los salmos, nos veamos libres de la tentación de la impiedad, es decir: de vivir —e incluso rezar— como si Dios no existiera, como si el hermano no existiera. La oración es el antídoto a toda indiferencia. Que el Señor los bendiga”.

También el Papa se disculpó hoy por la distancia física que ha tenido que adoptar hacia los fieles y peregrinos para protegerlos del contagio del covid-19.

 

Comentá la nota