Papa Francisco: Dios nos salva haciéndose pequeño, cercano y concreto

Papa Francisco: Dios nos salva haciéndose pequeño, cercano y concreto

Misa del Pontífice en Jasna Gora y oración ante la Virgen de Czestochowa

Miles de peregrinos esperaban al Papa Francisco en Jasna Gora, el principal centro de peregrinación de Polonia y donde se alberga el famosísimo icono de la Virgen, la Virgen de Czestochowa, un icono que se atribuye al evangelista Lucas.

Su primera visita, como no podía ser de otra manera, tuvo como protagonista a la Virgen. Papa Francisco se postró ante la Virgen de Czestochowa teniendo un momento de oración y recogimiento.

También el Papa tuvo momento para saludar a algunos de los asistentes. Especialmente emotivo fue su saludo a un joven, nada más llegar al Santuario.

Los miles de peregrinos asistentes permanecían, mientras tanto, en la explanada. Allí esperaban la celebración de la Eucaristía y el posterior mensaje del Pontífice.

La impresionante imagen de los asistentes contrasta con el mensaje que quiso dejar el Pontífice. Dios se hace presente en la humildad y la sencillez, Dios es cercano y concreto.

Para argumentar esta idea principal, Papa Francisco mostró en su homilía el hilo divino que teje la historia de la salvación y explicó cómo “cuando Dios se hizo hombre, la humanidad no estaba tan bien preparada, y ni siquiera había un período de estabilidad y de paz: no había una «edad de oro»”.

Por ello, comenzó su intervención destacando cómo fue “la venida de Dios en la historia”: “Ningún ingreso triunfal, ninguna manifestación grandiosa del Omnipotente: él no se muestra como un sol deslumbrante, sino que entra en el mundo en el modo más sencillo, como un niño dado a luz por su madre”.

Fue esta sencillez la idea principal de su intervención, Dios “no viene con ostentación sino en la pequeñezen la humildad”. Por eso aludió al milagro de Caná: “No ha sido un gesto asombroso realizado ante la multitud, ni siquiera una intervención que resuelve una cuestión política apremiante, como el sometimiento del pueblo al dominio romano. Se produce más bien un milagro sencillo en un pequeño pueblo, que alegra las nupcias de una joven familia, totalmente anónima”.

Para el Papa Francisco este milagro muestra que Dios es “cercano concreto, que está en medio de nosotros y cuida de nosotros, sin decidir por nosotros y sin ocuparse de cuestiones de poder”.

Ante ello, el Pontífice alertó del peligro del poder: “ser atraídos por el poder, por la grandeza y por la visibilidad es algo trágicamente humano, y es una gran tentación que busca infiltrarse por doquier”, proponiendo el estilo de vida cristianos: “donarse a los demás, cancelando distancias, viviendo en la pequeñez y colmando concretamente la cotidianidad, esto es exquisitamente divino”.

“Pensemos en tantos hijos e hijas de vuestro pueblo: en los mártires, que han hecho resplandecer la fuerza inerme del Evangelio; en las personas sencillas y también extraordinarias que han sabido dar testimonio del amor del Señor en medio de grandes pruebas; en los anunciadores mansos y fuertes de la misericordia, como san Juan Pablo II y santa Faustina”, añadió el Pontífice.

Terminó su homilía hablando de que Dios es concreto y manifestando “la ternura concreta y providente de la Madre de todos, a quien he venido aquí a venerar como peregrino” (refiriéndose a la Virgen de Czestochowa).

La Virgen como ejemplo de vida cristiana: “Si hay alguna gloria humana, algún mérito nuestro en la plenitud del tiempo, es ella: es ella ese espacio, preservado del mal, en el cual Dios se ha reflejado; es ella la escala que Dios ha recorrido para bajar hasta nosotros y hacerse cercano y concreto; es ella el signo más claro de la plenitud de los tiempos”.

“Que ella, causa de nuestra alegría, que lleva la paz en medio de la abundancia del pecado y de los sobresaltos de la historia, nos alcance la sobreabundancia del Espíritu, para ser siervos buenos y fieles”, terminó expresando el Papa Francisco.

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