El Papa en la audiencia general: "Toda guerra es un ultraje a Dios"

El Papa en la audiencia general:

Se refirió a la "agresión armada de estos días" y la calificó de "una traición blasfema al Señor de la Pascua, prefiriendo a su rostro manso el del falso dios de este mundo". Afirmó que la paz de Jesús "nunca es una paz armada que ahoga a los otros".

El Papa Francisco dijo hoy que la guerra en Ucrania, como todas las guerras, representa "un ultraje a Dios", al hablar ante al menos siete mil personas que participaron de la audiencia pública de los miércoles, dedicada a "La Paz de Pascua", en la Sala Nervi del Vaticano.

"La agresión armada de estos días, como toda guerra, representa un ultraje a Dios, una traición blasfema del Señor de la Pascua, prefiriendo a su rostro manso el del falso dios de este mundo", afirmó el pontífice.

Francisco recordó que "la guerra siempre es una acción humana que lleva a la idolatría del poder".

El Papa argentino advirtió que "la paz de Jesús no ahoga a los otros, nunca es una paz armada, jamás. Las armas del Evangelio son la oración, la ternura, el perdón y el amor gratuito al prójimo, a todo prójimo. Es así que se lleva la paz de Dios en el mundo".

"La paz que Jesús nos da en la Pascua, insistió Francisco, no es la paz que sigue las estrategias del mundo que cree que se puede obtener a través de la fuerza, con las conquistas y con varias formas de imposición. Esta paz, en realidad, es solo un intervalo entre las guerras. Lo sabemos bien".

Por el contrario, "la paz del Señor sigue la vía de la mansedumbre y de la cruz: es hacerse cargo de los otros. Cristo tomó sobre sí mismo nuestro mal, nuestro pecado y nuestra muerte. Así nos ha liberado. El pagó por nosotros", agregó.

La paz de Cristo, añadió el Pontífice, no es el fruto de algún acuerdo, sino que nace del entregarse. Esta paz mansa y valiente, sin embargo, es difícil de aceptar. La multitud que glorificaba a Jesús es la misma que pocos días después grita 'Crucifíquenlo' y, asustada y desilusionada, no mueve un dedo por él".

"Que nuestra oración acompañe en particular a todos los que están atravesando estos días santos en el abandono, en la guerra y en las dificultades", afirmó Francisco.

Al dirigirse en particular a los peregrinos polacos presentes en la audiencia, el Papa les dijo que "este año celebrarán en forma especial la Semana Santa y la Pascua: junto a muchos huéspedes ucranianos.

La Pascua es una fiesta de familia y ustedes, abriendo sus casas, se han convertido en sus familiares".

"Aunque la mayor parte de ellos celebrará estas fiestas una semana después, según la tradición oriental, ya ahora todos ustedes pueden contemplar el crucifijo y esperar la resurrección de Cristo y la paz en Ucrania.

Al terminar su mensaje, Francisco exhortó a "ponernos frente al crucifijo, fuente de nuestra paz, y pidámosle la paz del corazón y la paz en el mundo".

En otro momento de su catequesis dedicada a "La paz de Pascua", Francisco se refirió a un relato del ruso Fedor Dostoievsky, "siempre actual: la llamada Legenda del Gran Inquisidor", incluido en su novela "Los hermanos Karamazov".

El cuento "narra que Jesús, después de varios siglos, vuelve a la Tierra, es una leyenda. Inmediatamente es recibido por una multitud festiva que lo reconoce y lo aclama. Pero luego es arrestado por el Inquisidor, que representa la lógica mundana", explicó el Papa.

El Inquisidor "lo interroga y lo critica ferozmente. El motivo final de su reproche es que Cristo, aun pudiendo, nunca quiso ser el César, el más grande rey de este mundo, y prefirió dejar libre al hombre en lugar de someterlo y resolver sus problemas por la fuerza", agregó Francisco.

Jesús "hubiera podido establecer la paz en el mundo, plegando el corazón libre pero precario del hombre a la fuerza de un poder superior, pero no ha querido", es el reproche.

"Tú, le dice el Inquisidor a Jesús, aceptando el mundo y la púrpura del César, hubieras fundado el reino universal y dado la paz universal. Y con una sentencia fulminante, concluye: 'Si hay alguien que ha merecido más que nadie nuestra hoguera, eres propiamente tu'", agregó el Pontífice.

"Este es el engaño que se repite en la historia, concluyó Francisco. La tentación de una paz falsa, basada sobre el poder, que luego conduce al odio y a la traición de Dios".

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