El Papa admitirá a mujeres en el rito del lavado de pies del Jueves Santo

Francisco cambió el misal romano y oficializó su presencia; ya había realizado este acto como Arzobispo de Buenos Aires, donde lavó los pies de mujeres en hospitales, cárceles y villas miserias

Por Elisabetta Piqué

ROMA.- Avanza la reforma del Papa. En una movida que seguramente caerá pésimo en los sectores más tradicionalistas de la Iglesia católica, Franciscodecidió cambiar oficialmente el rito del lavado de los pies, admitiendo también a las mujeres a la ceremonia que suele realizarse cuando se recuerda la última cena de Jesús antes de ser crucificado, durante la Semana Santa.

Aunque como arzobispo de Buenos Aires, así como obispo de Roma, varias veces Jorge Bergoglio durante esta celebración del jueves Santo le lavó los pies a mujeres en hospitales, cárceles y villas miserias, con esta medida quiso que esta costumbre de incluir también a las mujeres quedara oficializada, negro sobre blanco, en el Misal Romano.

Para lograr este cambio de gran trascendencia, Francisco le escribió el 20 de diciembre de 2014 una carta al cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación del Culto Divino y de la Disciplina de los Sacramentos, que fue divulgada hoy por el Vaticano.

"Como tuve modo de decirle verbalmente, desde hace algún tiempo estoy reflexionando sobre el rito del 'lavado de pies' contenido en la Liturgia de la Misa de la Última Cena para mejorar sus modalidades de actuación, para que expresen plenamente el significado del gesto realizado por Jesús en el cenáculo, su donarse 'hasta el fin' para la salvación del mundo, su caridad sin límites", indicó el Papa en la epístola.

"Luego de una atenta ponderación, he decidido aportar un cambio a las rúbricas del Misal Romano. Dispongo, por lo tanto, que sea modificada la rúbrica según la cual las personas elegidas para recibir el lavado de pies deban ser hombres o muchachos, de modo tal que desde ahora en adelante los pastores de la Iglesia puedan elegir los participantes al rito entre todos los miembros del pueblo de Dios", agregó. Francisco recomendó asimismo que a los elegidos se les proporcione una "adecuada" explicación del significado del propio rito.

El cardenal africano Sarah -punta de lanza de un sector conservador e la Iglesia que mira con perplejidad las aperturas de Francisco, según pudo verse en el sínodo pasado-, obedeció a la orden del Santo Padre, aunque tomándose su tiempo ya que tardó más de un año para satisfacer su deseo. Y preparó un decreto -divulgado junto a la carta hoy por el Vaticano, con fecha del 6 de enero-, en el que introdujo la ya citada innovación de los libros litúrgicos del Misal Romano.

Así, si antes el Misal Romano indicaba que el lavado de pies debía hacerse a doce hombres, el flamante decreto que cambió esto ya no especifica un número preciso, sino que habla de "grupito de fieles que represente la variedad y la unidad de cada porción del pueblo de Dios". "Ese grupito puede constar de hombres y mujeres y convenientemente de jóvenes y ancianos, sanos y enfermos, clérigos, consagrados, laicos", detalla.

El padre Federico Lombardi, vocero del Vaticano, explicó que con este cambio "se quiere expresar que el significado fundamental del gesto es el del amor de Dios por todos y 'hasta el fin' y se decidió que este aspecto debe prevalecer respecto de la adhesión histórica al recuerdo de los doce apóstoles".

En su primera Semana Santa como Pontífice, a fines de marzo de 2013, cuando se convirtió en el primer Papa que le lavaba los pies a una mujer -en este caso, una reclusa de la cárcel de menores de Casal di Marmo, en la periferia de Roma-, Francisco escandalizó a los sectores más tradicionalistas de la Iglesia, que enseguida pusieron el grito en el cielo y lo acusaron de "blasfemia".No por nada, es de esperar ahora que le lluevan ulteriores feroces críticas con su decisión de oficializar justamente eso.

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