Nunzia Locatelli presenta "Mama Antula", el libro que relata la vida de la mujer que podría convertirse en la primera santa argentina

Nunzia Locatelli presenta

En esta oportunidad, la historia de María Antonia de Paz y Figueroa es contada por sus propias cartas y una investigación documental asombrosa. Se espera que la Iglesia estudie un milagro ocurrido en Santa Fe para canonizarla

"Una noche de 1767 la luna perdía su resplandor por un tenebroso eclipse, como si fuera cómplice de la oscura operación que iba a ejecutarse. Los soldados de la Corona española se llevaron esposados y encadenados como criminales a todos los padres jesuitas. A escondidas, uno de ellos le entregó algo a una mujer. Mama Antula recibió en sus manos lo que sería el último emblema de la Compañía de Jesús. No estaba todo perdido", describen Nunzia Locatelli y Cintia Suárez en Mama Antula. La mujer más rebelde de su tiempo.

Rebelde. Ese es adjetivo que define aún hoy a la mujer que en pleno siglo XVIII desafió a la Corona de España y al Papa Clemente XIV. La vida de Mama Antula (apodo amoroso que le dieran los quechuas en su adolescencia) es sorprendente y asombrosa porque conjugó su devoción de servir al prójimo y la valentía de una persona que gritó y dijo sin temores en la época en que a las mujeres solo se les otorgaba el silencio.

María Antonia de Paz y Figueroa nació en Villa Silipica, Santiago del Estero, en 1730. A los 15 años desafió a su padre avisándole que no se casaría ni sería monja, tal era el destino programado para las mujeres de su época. A los 15 años decidió ser laica jesuita. Su familia la expulsó de la casa. Poco le importó y siguió el camino que sintió trazado para ella. Ella que al nacer hizo cantar a los teros —en Santiago creen que cuando los teros celebran un nacimiento es porque nace una persona especial— y no se equivocaron.

Antula dejó su provincia a pie y comenzó el peregrinaje de más de 4 mil kilómetros. Llegó a Buenos Aires donde la recibieron a pedradas porque sus ropas se habían convertido en harapos y estaba descalza porque las suelas de sus zapatos no soportaron lo que sí sus pies.

Un dibujo de Mama Antula realizado por Breccia.

Instalada en Buenos Aires construyó una casa de retiro espiritual por el pasaron los próceres argentinos: Belgrano, Liniers, Alberti, Moreno y Saavedra.

La mujer dedicó su vida y salud a la ayuda humanitaria y murió en la misma humildad con la que vivió. Pidió que sus restos descansaran en la Parroquia de la Piedad, la misma en la que se ocultó luego de ser agregada al ingresar a Buenos Aires. En 2016, el Papa Francisco la consagró beata y se espera que un milagro ocurrido en Santa Fe sea suficiente para convertirla en santa.

Cuando eso suceda se habrá convertido en la primera santa argentina. "Era rebelde, pero de una rebeldía muy positiva porque su rebeldía fue acompañada de la acción e hizo cosas no son las protestar", dijo Nunzia Locatelli, una de las autoras del libro de Mama Antula a Infobae.

Nunzia Locatelli presenta “Mama Antula”, su segundo libro sobre la beata argentina. (Foto y video: Santiago Saferstein)

—¿Qué la lleva a volver a la historia de Mama Antula y a escribir este segundo libro en que cuenta la historia de la beata desde la investigación que hizo de sus propias cartas, entre otras cosas?

—Es el segundo libro escrito con Cintia Suárez, que es investigadora de Santiago Del Estero. Siempre el tema es Mama Antula, María Antonia de Paz y Figueroa, una mujer de la época de las colonias del siglo XVIII, una mujer que desobedece a todas las órdenes de la época, primero a los padres, después al Rey Carlos III; a Clemente XIV, el Papa. Antula rompe con todas las reglas de la época colonial y me pareció importante ocuparme de una mujer, no sólo porque es transgresora sino también porque es desconocida. Una mujer argentina, totalmente argentina. Creo que necesitamos unos modelos positivos para hablar de los valores, pero también de los hechos inexplicables que rodearon su vida y también su camino, de las decisiones que tomó frente a unos problemas que se presentaron y cómo los solucionó, cómo pudo salir adelante sola sin el amparo de una familia, de un padre, de un marido, de un amante, sin una compañía religiosa, un hermano… ¡Nadie! ¡Solamente sola hizo cosas muy importantes!

 Por orden del papa Francisco, el 27 de agosto de 2016 Antula fue beatificada. Se le atribuye la curación milagrosa de la hermana Rosa Vanina, un hecho que el Vaticano consideró inexplicable para la ciencia. De esta manera se convirtió en la octava beata argentina.

—Este segundo libro tiene detrás una importante investigación para reconstruir el camino de Antula que las llevó a recorrer los archivos históricos de Argentina y de Italia. ¿Cómo fue ese recorrido?

—Hace 8 años que estamos investigando sobre Mama Antula y sobre la época colonial. Aparecieron cartas importantes en los archivos de Buenos Aires, a Santiago Del Estero. También fuimos a Uruguay donde aparecieron otras cartas interesantes, hasta que llegamos a Italia, en febrero, para ver y tocar las cartas que permitieron reconstruir la historia de Mama Antula. Allí fue, obviamente, una gran sorpresa para mi encontrarla en mi país. Fui al Archivio di Stato di Roma, un palacio maravilloso donde están todos los ministerios, los museos y había un archivo. Y llegó un carrito con unas cartas, una debajo de otra, un montoncito de cartas. Me dio la sensación de que esas cartas no fueron abiertas desde hacía muchos, muchos años…

—¿Cómo fue esa experiencia?

—La sensación física de abrir y ver qué estaba ahí adentro. Pude apreciar primero la calidad del papel, porque era un papel de 1773, y vi que estaban las cartas que escribió Mama Antula a su amigo Gáspar Juárez, que era un padre desterrado, con Ambrosio Funes, que era de Córdoba… Esa triangulación importante permitió, obviamente, me permite a mí hoy contar la historia de Mama Antula. Y la calidad de las cartas, los hongos que dejaron, también los años, el tocarlo las personas que lo escribieron, las partes orgánicas y el acre que dejaron y después, obviamente, el contenido que era de gran desesperación porque quienes escribían eran los jesuitas de toda Europa porque después de una Bula Papal, escrita por el Papa Clemente XIV se prohibía no sólo en América la Compañía de Jesús sino en toda Europa. Entonces, desesperados los jesuitas escribían desde San Petersburgo, de Polonia, de todos los lugares, de Italia, de Francia, de España y ahí se percibía muy claramente una gran desesperación.

 “Mama Antula” tiene el prólogo de el neurocientífico Facundo Manes, que analiza desde la ciencia los efectos en el cerebro de la empatía y la solidaridad.Tapa del segundo libro que cuenta la asombrosa vida de Mama Antula. (Foto y video: Santiago Saferstein)

—Personalmente, ¿cómo fue para usted encontrarse con esos testimonios de Antula? Con sus cartas, su letra, sus pensamientos…

—Es emocionante para una persona como yo y como Cintia Suárez, que estamos hace años buscando documentos. Encontramos también cosas personales como un pelo, que quién sabe a quién perteneció, o las huellas digitales de la persona que quién sabe qué había tocado antes o comido… No sé, son cartas que cuentan no sólo una historia también la cotidianidad de aquella época. Para mi ir a Roma y tener un día y medio para mirar todo fue bastante fácil porque está escrito en italiano y latín. Buscando vemos qué hay para hacer otro libro, para contar otras historias. No hay solo sobre la historia de Mama Antula, hay una historia de la Europa, de una persona en particular desconocida como Mama Antula.

—De todos los hallazgos encontrados ¿hubo alguno en particular que la haya impactado?

—Encontré un listado, acá en Buenos Aires, de todos los esclavos que tenían los jesuitas. Era un listado muy muy largo: tenía el nombre del esclavo, la edad, la constitución física, lo que sabían hacer o lo que no sabían hacer; en algunos estaba escrito "estúpido" porque no entendía nada o porque no era apto para el trabajo… Se veía que esa persona servía sólo para trabajar y no estaban considerados con la integridad y el valor de una persona. Eso me chocó muchísimo. Ahí viví los archivos y vi exactamente cómo venían clasificados: los esclavos y los indios era clasificados al igual que las cosas.

 Antula rompe con todas las reglas de la época colonial y me pareció importante ocuparme de una mujer, no sólo porque es transgresora sino también porque es desconocida. Una mujer argentina, totalmente argentina. Creo que necesitamos unos modelos positivos para hablar de los valores, pero también de los hechos inexplicables que rodearon su vida y también su camino

—¿Qué descubrió sobre la relación entre los indios y la religión?

—Los jesuitas utilizaban mucho género para vestir y cubrir el cuerpo de los indios que se resistían a ir a la misa, por ejemplo. No querían ir a la misa porque decían que estaban desnudos, entonces fabricaban muchos géneros de algodón o de una lana para el invierno para que no tuvieran la excusa de no participar de la misa. Después encontramos formas raras para invitarlos a tener una vida de pareja para la reproducción porque para los jesuitas era importante la reproducción de los indios y de los esclavos. Los jesuitas tenían una campanita que la hacían sonar para invitarlos a tener relaciones con sus parejas. Al principio, los jesuitas también dieron la orden de que las familias debían ser constituidas por un hombre y una mujer.

La celda de Mama Antula. (Gentileza Nunzia Locatelli)

Las premoniciones, uno de los hechos inexplicables de Mama Antula

Quedaron testimonios escritos y otros orales de las virtudes asombrosas que tenía Antula: la premonición y la bilocación.

Ambas son bies descritas en el segundo libro que escribieron, tras una exhausta investigación en tres países, Nunzia Locatelli y Cintia Suárez. Una de ellas anticipaba que los jesuitas llegarían y por ello oraba a San José.

Cuando Antula se refería a la vuelta de los jesuitas ¿habrá tenido alguna visión referida a Jorge Mario Bergoglio?

"No sé si sabía que habría un papa jesuita después de 200 años, pero todos los 19 de mes ella rezaba a San José para que volvieran los jesuitas. Todos los años, todos los días 19 de todos los meses 19 rezaba a San José. Y el día 19 de marzo de 2013 asume el Papa Francisco, un gran jesuita. Entonces la profecía de Mama Antula tuvo ahí la demostración", afirmó Antula y aseguró: "No sabemos si ella pudo saberlo o no, pero de hecho los jesuitas volvieron en su máxima potencia".

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Nunzia Locatelli presenta "Mama Antula", la historia de la beata argentina.

—¿Qué falta para que Mama Antula sea santa?

—Depende del próximo milagro. Como sabemos, Mama Antula es una beata, fue beatificada en el 2016, y para que sea santa es necesario un milagro posterior a la beatificación. Hay un milagro que fue elegido para presentar a la Comisión de la Causa de los Santos, en Roma, y justamente el 20 de mayo, hace unos pocos días, fue presentado y abierta la Causa romana. Quedamos a la espera de que ese milagro -es una sanación que pasó justamente en Argentina, en Santa Fe- sea considerado una sanación inexplicable por la ciencia y así toma el camino para la canonización. Después está en el Papa Francisco declararla santa, la primera santa argentina. Porque tenemos un santo que es el Cura Brochero, pero no hay ninguna mujer santa y además laica.

El Cura Brochero, nacido en Córdoba, fue proclamado santo por el Papa Francisco el 16 de octubre de 2016. José Gabriel Brochero, el primer santo que nació, realizó su obra y murió en la Argentina. A las 5:32 (hora argentina) de ese día, Francisco pronunció en latín la fórmula con la cual Brochero y otros seis beatos quedaron canonizados.

—Mama Antula sigue olvidada por las páginas de la historia argentina y para sacarle ese velo escribió dos libros. ¿Qué desea resaltar de ella para que quienes aún no la conocen tengan una aproximación a estas páginas y la vida de la beata?

—Lo que me gustaría destacar de Mama Antula es que es una mujer sola que pudo hacer muchas cosas. Como dije anteriormente, no hubo un hombre a su lado, pero sola construyó la Casa de los Ejercicios Espirituales, la proyectó, la dibujó y con solo limosnas puedo construir una casa enorme que ocupa una manzana y que se puede ver ahora en Avenida Independencia. Ella era rebelde, pero de una rebeldía muy positiva porque su rebeldía fue acompañada de la acción e hizo cosas, no solo protestar.

Patio de la Casa de Ejercicios Espirituales que construyó Mama Antula en 1795.

La Casa construida por Mama Antula está en Av. Independencia 1190,  Constitución. Puede visitarse durante la Noche de los Museos o pidiendo autorización para una visita especial. Para informes  puede comunicarse al 4304-0984/4305-4618.

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