El nuncio presidió la fiesta patronal de la Virgen del Carmen en Formosa

El nuncio presidió la fiesta patronal de la Virgen del Carmen en Formosa

En el marco de una visita pastoral, Mons. Miroslaw Adamczyk recordó a los formoseños que María es "modelo de oración, de contemplación y dedicación a Dios" y señaló que es ella quien guía hacia Jesús.

 

Miles de formoseños participaron de la fiesta patronal de Nuestra Señora del Carmen que presidió el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, el sábado 16 de julio, día de su cumpleaños, en el marco de una visita pastoral de tres días a la diócesis de Formosa.

 

El representante papal y el obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, encabezaron la procesión con la imagen de la Virgen por las calles de la ciudad hasta el atrio de la catedral local, donde se celebró la Eucaristía.

“En el nombre del Santo Padre que tengo el honor de representar, les saludo y en mi nombre personal, les repito que estoy muy feliz de celebrar la fiesta de la Virgen del Carmen junto con ustedes”, manifestó monseñor Adamczyk durante la homilía.

“María, la patrona de esta diócesis y de esta catedral nos invita a todos a subir al monte sacro del Carmelo para estar más cerca de su Hijo Jesucristo, Nuestro Señor y Salvador. Nuestra Señora del Carmen es la denominación de la Virgen María, y sabemos bien que procede del Monte Carmelo donde el profeta Elías demostró que Dios es verdadero Dios” subrayó.

Monseñor Adamczyk insistió en afirmar que “María hoy en día nos invita a subir al simbólico monte para ver mejor a los falsos profetas y sus falsas promesas. El monte del Carmelo es también símbolo de la gloria y poder de Dios” y destacó a la Virgen del Carmen como “modelo de oración, de contemplación y dedicación a Dios”.

“La santa patrona de ustedes nos invita a encontrar a su hijo, Jesucristo, y a todos los hermanos y hermanas, porque somos todos hijos del mismo Dios”, añadió.

 

 

Tras su llegada a la provincia el jueves, el nuncio apostólico mantuvo un encuentro protocolar con el gobernador de Formosa, doctor Gildo Insfrán, quien le presentó a su Gabinete. “La visita del Nuncio, representante diplomático del papa Francisco en nuestro país, representa un hecho muy significativo para nuestro pueblo, ya que viene a engalanar el festejo de la Patrona de los formoseños”, dijo el mandatario provincial, y señaló que dialogaron sobre el papel de la Iglesia en la comunidad y la importancia de “seguir transitando el camino de la inclusión y el encuentro que nos propone” el pontífice. 

Monseñor Adamczyk estuvo luego con el intendente de la capital, Jorge Jofre, y más tarde se acercó hasta la catedral, donde a los fieles que participaban de la novena y misa.

Al día siguiente, el representante papal rezó las Laudes con las Hermanas Clarisas y luego visitó la comunidad del Barrio Namqom. Junto con las Hijas de María Auxiliadora, de la comunidad salesiana, saludo a los niños, jóvenes y adultos que reciben formación espiritual y capacitación laboral. El coro de niños interpretó una bella canción en su idioma materno qom.

 

Monseñor Adamczyk se reunió también con el clero diocesano, religiosos y consagrados, con quienes compartió una breve disertación y respondió preguntas. Al finalizar, participó de un almuerzo, que incluyó un acto cultural regional de danza y música.

Por la tarde, el nuncio viajó a Clorinda, donde visitó las comunidades parroquiales y se reunió con agentes de pastoral.

Tras su regreso a la ciudad de Formosa, el sábado se reunió con los niños en la catedral y también con los integrantes de Consejo Diocesano de Pastoral. Al final del día se reunió en la Casa Papa Francisco con catequistas, laicos y Cáritas Diocesana. 

Monseñor Adamczyk participó el domingo de la misa radial y luego visitó a los presos de la Unidad Penal Federal (U-10) y a las comunidades barriales del lote 110 y 111 y la capilla San Juan Pablo II. Por la tarde, tras una reunión con agentes de pastoral de la Juventud, Vocaciones y Misioneros, se reunió con los seminaristas, y culminó su visita a las 18 con el vuelo de regreso a Buenos Aires, donde fue despedido por monseñor Conejero Gallego y una comitiva.

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