Nuevo guiño de Francisco a los divorciados vueltos a casar

Nuevo guiño de Francisco a los divorciados vueltos a casar

Después de la presentación de la hoja de ruta del sínodo de la familia, pidió que no se los llame "parejas irregulares"

Por Elisabetta Piqué 

ROMA.- Tras la presentación del "Instrumentum Laboris", la virtual hoja de ruta al debate que cerca de 300 obispos de todo el mundo tendrán en el sínodo sobre familia de octubre próximo, el Papa intervino ayer personalmente sobre varios temas cruciales. Dedicó la audiencia general a las "heridas" que muchas veces hay en el seno de las familias e intervino en la espinosa cuestión de los divorciados vueltos a casar.

Al respecto, significativamente advirtió que no le gusta que los divorciados vueltos a casar sean llamados parejas "irregulares".

"No me gusta esta palabra", destacó durante la audiencia general. Y, en línea con esa Iglesia vista como una hospital de campaña después de la batalla, que debe curar a los heridos de nuestro tiempo, reiteró que hay que preguntarse "cómo ayudarlos, cómo acompañarlos".

"Pidamos al Señor una fe grande, para mirar la realidad con la mirada de Dios, y una gran caridad, para acercar a las personas con su corazón misericordioso", exhortó.

El tema de los divorciados vueltos a casar, que no pueden comulgar salvo que vivan "como hermano y hermana", es decir, en abstinencia, pero que tampoco pueden ser padrinos o leer lecturas en misa, es uno de los que más dividen a los obispos de cara al próximo sínodo de octubre.

Un sector conservador se resiste a cualquier apertura, mientras que otro propone analizar caso por caso y eventualmente recorrer un camino penitencial y de reconciliación, propuesta realizada por el cardenal alemán Walter Kasper.

Más allá de la división, el documento preparatorio al sínodo presentado anteayer llama con insistencia al "acompañamiento" y a la "integración" de todos, en línea con el llamado constante a la misericordia que hace el Papa.

No casualmente un día después de difundirse el "Instrumentum Laboris", el documento preparatorio del sínodo de octubre, que será la segunda parte de otro sínodo que tuvo lugar el año pasado, Francisco dedicó la audiencia general a las heridas internas de las familias.

"Hoy reflexionamos sobre las heridas que se abren en el seno de la convivencia familiar, es decir, cuando en la familia misma nos hacemos mal: ¡la cosa más fea!", exclamó. Al hablar de este tema sin tapujos, también reconoció que la separación de las parejas en algunos casos "es inevitable" y hasta "moralmente necesaria", sobre todo en casos de violencia doméstica.

"Hay casos en que la separación es inevitable, a veces incluso moralmente necesaria, para sustraer a los hijos de la violencia y la explotación y hasta de la indiferencia y el extrañamiento", dijo.

DERRUMBE

El Papa destacó, por otro lado, que en muchos casos "la disgregación del amor conyugal se derrumba sobre los hijos".

"Cuando los adultos pierden la cabeza, cuando cada uno piensa en sí mismo, cuando papá y mamá se hacen daño, el alma de los niños sufre mucho, siente desesperación y son heridas que dejan huella durante toda la vida", advirtió.

"¿No estaremos anestesiados respecto de las heridas del alma de los niños? Cuando más se intenta compensar con regalos más se pierde el sentido de las heridas del alma", indicó.

"Hablamos mucho de disturbios de comportamiento, de salud psíquica, de bienestar del niño, de ansiedad de los padres y de los hijos. ¿Pero sabemos lo que es una herida del alma?", preguntó, ante miles de fieles de todo el mundo presentes en la Plaza San Pedro.

"En la familia todo está entrelazado: cuando su alma está herida en algún punto, la infección contagia a todos", alertó.

"Y cuando un hombre y una mujer que se han comprometido a ser una sola carne y a formar una familia, piensan obsesivamente en sus propias exigencias de libertad y de gratificación, esta distorsión marca profundamente el corazón y la vida de los hijos. Muchas veces los hijos se esconden para llorar solos. Debemos entender esto, marido y mujer son una sola carne", señaló.

Más allá de todo esto, Francisco también destacó que "gracias a Dios" no faltan aquellos que, "sostenidos por la fe y por el amor a los hijos, testimonian su fidelidad a un vínculo en el cual han creído, por más que parezca imposible hacerlo revivir"..

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