Un domo blanco de 18 metros de alto se impone en el paisaje de Ciudad del Este. Es la mezquita Al Julafa Al-Rashideen, el tercer templo que erige la comunidad musulmana en la triple frontera que comparte Paraguay con Brasil y Argentina, donde buscan sacudirse estigmas ligados al terrorismo y luchar contra los prejuicios.
"Queremos demostrar con nuestros actos que somos gente de bien. Paraguay es un país hospitalario que nos recibió. Este templo es el fruto de nuestro esfuerzo", explica Khaled Ghotme, presidente del Centro Árabe Islámico Paraguayo a la AFP y citado por el portal, La Información.
La mezquita, que se divisa desde la vecina ciudad brasileña de Foz de Iguazú, fue construida como centro de oración con capacidad para más de 500 personas, pero también de referencia turística con su revestido de piedras y materiales importados de Arabia Saudita y China.
Khaled, que llegó a Paraguay a los 17 años del Valle de Becá en Líbano, dice que en esta ciudad húmeda y calurosa encontró la paz que buscaba cuando se volvió "insoportable la invasión de Israel".
Pero admite que esa tranquilidad se esfuma cuando ocurre algún atentado a manos de los radicales en el mundo, como el que causó 130 muertos el 13 de noviembre en Francia.
"Lo que pasó en Francia fue doloroso. Lo repudiamos con todo nuestro corazón", comenta.
La Mezquita del Profeta Muhammad (P y B), que está situada en pleno centro y rodeada de tiendas, transeúntes y vehículos en constante movimiento, sirve como lugar de oración para los dueños de los comercios aledaños.
La mezquita más grande y más frecuentado hasta ahora ha sido la mezquita sunita de Foz de Iguazú, del lado brasileño de esta frontera atravesada por una confluencia de los ríos Paraná e Iguazú.
Cuentan los representantes musulmanes que, antes de los atentados de 2001 en Estados Unidos, su comunidad contaba con unas 30.000 personas. Desde entonces, arreciaron las acusaciones de apoyo al extremismo musulmán.
Las comunidades inmigrantes -unas 85 etnias de distintas partes del mundo- se unieron para organizar actos culturales multitudinarios integrando a los habitantes de los tres polos urbanos: Ciudad del Este (Paraguay), Foz de Iguazú (Brasil) y Puerto Iguazú (Argentina), para decir "basta de difamación".
Khaled, un profesional en informática, es uno de los que resistió a los embates en una época en que se estimaba en 30.000 los descendientes del Medio Oriente en la zona. "Hoy estamos entre 10 y 15.000", dice.
Pero la nueva mezquita en Ciudad del Este, la primera de ese porte en Paraguay, fomenta el orgullo de su comunidad musulmana. "Es el símbolo de la pluriculturalidad cosmopolita de la región", se felicita Said Taiyén
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