"Sí a las mujeres, sí a la vida", el mensaje que quiere dar la Iglesia

Lo que a los cristianos nos hace verosímiles y creíbles es: la coherencia de vida personal, es decir, que lo que creemos, decimos y hacemos sea una misma realidad, y las obras de caridad de las comunidades eclesiales. Y cuando esas acciones y obras son un servicio de amor concreto a personas necesitadas, ellas se transforman en un valioso signo del amor de Dios.

Cuando decimos: "Sí a las mujeres. Sí a la vida", estamos tratando de contribuir a la construcción de un mundo más humano y más fraterno.

Nuestra patria tiene futuro si nos animamos a ser creativos, audaces y valientes cuidando toda vida, absolutamente toda vida, sin descartar a nadie, decididamente a nadie.

Tenemos futuro si todos y juntos, como ciudadanos de una misma Nación, cuidamos a la Casa Común y a sus habitantes más frágiles, pequeños y pobres.

Si nos dejamos tentar por destruir la vida, especialmente la vida indefensa y vulnerable, el mundo que estamos construyendo tiene un presente y un futuro inciertos, de más enfrentamiento, de más oscuridad.

Nosotros creemos que cuidar la vida de toda persona, especialmente hoy de las mujeres, de los niños más pequeños, de las niñas y niños por nacer, lejos de ser atrasado o viejo, es lo que le da perspectiva y futuro al mundo.

Estamos seguros de que podemos aunar fuerzas políticas, sociales, entre las iglesias, entre las diversas organizaciones y entre las personas de buena voluntad, para acompañar a los más indefensos, a los que tienen muy pocas oportunidades o directamente no las tienen.

Podemos ser capaces de generar leyes, estructuras, espacios, organismos, nacionales, provinciales y municipales, que resueltamente cuiden la vida y no descarten a nadie.

En ese sentido, en la Basílica de Luján nos proponemos dar una pequeña mano. Este año estaremos inaugurando la Casa de la Mujer, de María de Luján, un espacio para mujeres en situación de vulnerabilidad. Es una obra más de las tantas que tiene la Iglesia en toda la geografía territorial y humana de nuestra bendita Nación.

Les agradezco de corazón a las hermanas de San Antonio de Padua. Congregación nacida en nuestra Arquidiócesis de Mercedes-Luján. Ellas, junto a otras muchas personas, estarán al servicio de la Casa de la Mujer.

Arzobispo de Mercedes-Luján

Por: Jorge Eduardo Scheinig

 

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