Movimientos y Pastorales Sociales van a las calles buscando derechos y democracia para Brasil

Movimientos y Pastorales Sociales van a las calles buscando derechos y democracia para Brasil

Señalan que es necesario "implicarse en medio de los pobres y de sus gritos por la justicia"

 

El 7 de septiembre, fecha en que Brasil celebra la fiesta de la Independencia, el Día de la Patria, también tiene lugar el Grito de los Excluidos, que desde hace 23 años reúne a los Movimientos y Pastorales Sociales, profetas de Dios que, en palabras de Marcelo Barros y Pedro Ribeiro de Oliveira, quieren "mostrar la realidad de los excluidos y excluidas del banquete del mercado".

Este año tiene como lema "Por Derechos y Democracia, la lucha es todo el día", a partir del tema "Vida en Primer Lugar". La Coordinación Nacional del Grito de los Excluidos quiere llamar la atención ante la necesidad de que la sociedad brasileña se movilice y reclame sus derechos, frente a un gobierno empeñado en acabar con todo lo que ha sido conquistado a lo largo de muchos años de lucha, y en vender el país a grandes corporaciones empresariales.

Nadie puede olvidar la importancia del Grito en este año de 2017, pues la crisis ética que afecta a la política brasileña se recrudece con continuos escándalos de corrupción, que sólo hacen deteriorar la imagen de la clase política, donde la gran mayoría ya ha dejado claro que no les importa en absoluto el sufrimiento por el que el pueblo está pasando, situación que sólo aumenta cada día.

Para que el país recupere los derechos y la democracia, por los que clama este año el Grito de los Excluidos, es necesario que la gente salga a la calle y, a partir de la organización popular, mostrar a la sociedad brasileña que es necesaria una administración pública con transparencia y el castigo de los corruptos.

 

En esta ocasión, junto con el Grito de los Excluidos, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, a través de su Consejo Permanente, invita a los católicos a llevar a cabo una Jornada de Ayuno y Oración por Brasil, en la que se rece delante de la actual situación por la que el país pasa.

Los obispos señalan, en una nota hecha pública, que "la sociedad brasileña está cada vez más perpleja ante la profunda crisis ética que ha llevado a adoptar decisiones políticas y económicas que, tomadas sin la participación de la sociedad, implican la pérdida de derechos, agravan situaciones de exclusión y penalizan al pueblo brasileño pobre".

Tenemos que ser conscientes, como señalan Pedro Ribeiro de Oliveira y Marcelo Barros, que "no vale callarse delante de los poderosos y después pedir a Dios que venga a corregir los errores y maldades que ellos cometen". Es necesario una oración que ayude a "implicarse en medio de los pobres y de sus gritos por la justicia".

Estar en la calle, luchar por los derechos es asumir las palabras del Papa Francisco, que en la Evangelii Gaudium, 49, nos dice, "prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades". No tengamos miedo de luchar, sobre todo por derechos y democracia para todos y todas. Seamos profetas que denuncian las injusticias que el sistema perpetra cada día y que hace aumentar las víctimas entre los pobres y excluidos.

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