El obispo de San Rafael agradeció a los maestros su entrega vocacional: "No se trata tanto de enseñar contenidos, sino sobre todo y particularmente de enseñar a vivir bien".
En el Día del Maestro, el obispo de San Rafael, monseñor fray Carlos María Domínguez OAR, celebró una misa en la catedral San Rafael Arcángel por los docentes. “Díganme si no es apasionante esta vocación de enseñar, de ser docente”, expresó el prelado dirigiéndose a los presentes.
“El maestro es aquel que hace que el otro, el educando, sea cada vez más. Si yo docente, cuando termino mi jornada laboral, me volví a mi casa y no hice más grande a mis alumnos, bueno ahí habré fichado tarjeta o habré firmado un libro de firmas, pero no habré sido maestro. Ser docente es el que conduce”, sostuvo.
“Nosotros, los docentes, no somos los que tenemos que transmitirles un cúmulo de conocimientos a nuestros alumnos”. “Lo que tiene que hacer el docente es hacer que el genio que está dentro de la botella, el docente la destape y se libere ese genio que lleva cada uno de nuestros alumnos en su corazón. Eso es ser docente. Eso es ser maestro”, explicó.
“No se trata tanto de enseñar cosas o contenidos, sino que se trata sobre todo y particularmente de enseñar a vivir bien”, añadió. A continuación, el obispo del sur mendocino agradeció de corazón a los docentes por lo que realizan todos los días: “Les quiero dar las gracias por ese ánimo que, a pesar de las dificultades o de no estar bien remunerados, le ponen el corazón a todo lo que hacen. No solamente para formar buenas personas, futuros profesionales, sino también, en el caso de ustedes, para formar también buenos cristianos.”
“Que Jesús Maestro bendiga la vida, la vocación y la profesión de cada uno de ustedes, que es más de corazón que de otra cosa. Que así sea”, concluyó.
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