El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, reflexionó sobre la VI Jornada Mundial de los Pobres a partir de la segunda carta de San Pablo a los corintios, en la que el apóstol quiere motivarlos a la generosidad con una colecta a favor de los pobres y les dice: “Imiten la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que siendo rico se hizo pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza”.

“Allí nos da todas las motivaciones para la solidaridad y la generosidad para con el pobre, allí está Jesús que se vació de sí mismo, que se anonadado a sí mismo para que nosotros gozáramos de las riquezas de su gracia, de las riquezas de su amor, de las riquezas de la salvación”, subrayó.

“El otro día me invitaron unos amigos, amigas, con quienes habíamos misionado hace muchísimos años al sur de nuestro país, una misión imborrable en nuestros corazones y ellos me hacían reflexionar pensando en esta jornada, en la Jornada de los Pobres, me hablaban de lo que había sido para ellos en su juventud, la oportunidad de estar en contacto con los pobres”, contó, y completó con lo que decían entonces: “Estamos aquí lejos del uso político de los pobres, de hablar de los pobres sin estar con ellos; en la misión podemos compartir con ellos y estos misioneros que habían tenido esta experiencia me decían cuánto hemos aprendido; nos enseñaron a salir de nuestras inquietudes y de nuestra superficialidad”, 

El prelado sanisidrense animó a pensar “en ese sentido nuestros pobres son maestros, nos desinstalan siempre”, al plantear: “Aquellos que hemos tenido el privilegio, la oportunidad, de poder compartir de algún modo de igual a igual, de tener experiencias, sin llegar a ser de igual a igual en un sentido pleno, pero de compartir experiencias, sabemos lo que significa en el orden del aprendizaje humano y cristiano el contacto con los pobres”. 

 

 

“El papa Francisco lo que busca con esta jornada es que las comunidades se abran a esta experiencia, que puedan vivir la con sencillez y puedan en los hermanos más pobres contemplar a Jesucristo que se hizo pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza”, concluyó.