Mons. Mestre: "Somos ciudadanos del cielo pero viviendo esta ciudadanía con los pies sobre la tierra"

Mons. Mestre:

El obispo de Mar del Plata invitó a reflexionar en tres puntitos sobre la figura de Jesucristo resucitado, en el marco de la fiesta de la Ascensión del Señor.

En el domingo de la Ascensión del Señor, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Antonio Mestre, brindó los tradicionales tres puntitos para orar, meditar y reflexionar, sintetizados en tres palabras: mediador, siempre, cielo.

Jesucristo mediador entre Dios y la humanidad

Primeramente, monseñor Mestre se refirió a Jesucristo como mediador entre Dios y la humanidad y, de alguna manera, a partir de la Ascensión la humanidad está en el mismo seno de la Santísima Trinidad. “El título de mediador que le da al Señor el prefacio de la Misa de esta celebración sintetiza muy bien esta realidad. Nuestra humanidad es ennoblecida por el misterio de Cristo mediador entre Dios y los seres humanos”, sostuvo. 

En ese sentido, además, expresó que la fiesta de la Ascensión “nos ayuda a recuperar desde Dios la dignidad, grandeza y valor de todo lo humano. Jesucristo es el mediador, el puente único y absoluto porque participa de las dos orillas: es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre”.

Luego, se preguntó si “asumo, desde Dios, la realidad concreta de mi historia y mi vida, si descubro la nobleza e importancia de todo lo humano que es tocado y redimido por el Misterio Pascual de Cristo como verdadero mediador” o si “realmente busco transformar desde el Señor las realidades históricas de mi vida cotidiana: familia, amigos, ambiente, en mi experiencia cotidiana de fe”. 

“Yo estaré con ustedes Siempre hasta el fin del mundo”

Como segundo punto, monseñor Mestre recordó el último versículo del Evangelio según San Mateo, el cual “no debemos perderlo de vista nunca”: ‘Yo estaré con ustedes siempre hasta el fin del mundo’. 

Ese versículo, reflexionó, revela claramente el compromiso de Dios con la humanidad. Es la “seguridad absoluta que, si bien Jesús asciende al cielo, nunca nos deja solos. Siempre nos acompañará. Su presencia es y será constante hasta el fin del mundo”, subrayó, exclamando al mismo tiempo “¡cuánta serenidad debe darnos este texto en medio de las vicisitudes de la vida!”. 

Seguidamente, continuando en esa línea, el obispo marplatense animó a repensar internamente si “redescubro cada día que creo en un Dios que es fiel a sus promesas, si disfruto de la seguridad de que Jesús estará siempre conmigo hasta el fin del mundo o si transmito de forma habitual a mis hermanos que nuestro Dios está siempre acompañándonos en el camino de nuestra vida”.

Mirar el cielo pero con los pies en la tierra

En este último punto, el prelado manifestó que “el desafío del discípulo misionero de Jesús de todos los tiempos es descubrir que en el cielo, a donde Jesús hoy asciende, está el destino final de nuestra vida y de nuestra historia.” aunque, sin embargo, “ese destino final en el cielo, lejos de hacernos escapar de esta vida nos invita a asumirla cada día con mayor compromiso”.

Asimismo, reveló que “levantamos la mirada al cielo no para evadirnos de nuestra realidad cotidiana sino para asumirla cada día con más responsabilidad desde el mismo Dios, como veíamos en el primer punto”. “La clave será no olvidarnos que somos ciudadanos del cielo, que ahí está el destino final de nuestra historia, esa es nuestra patria eterna que da sentido a nuestro transitar cotidiano. Pero viviendo esta ciudadanía con los pies sobre la tierra”, enfatizó.

Finalmente, monseñor Mestre instó a observar “qué implica para mí hoy celebrar la Ascensión del Señor, o si  dejo que este misterio de la vida de Jesús toque mi vida o queda como desplazado dentro de las diversas celebraciones”.

“¿Pienso en el cielo y en la Vida Eterna?; ¿Hablo a los demás del cielo y de la Vida Eterna o es un implícito del que no se habla?, ¿preparo mi vida para gozar de la plenitud del cielo con Dios y todos sus ‘santos’?”, planteó.+

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