Mons. Mestre: "Interceder por todos aquellos que precisan salud física y espiritual".

Mons. Mestre:

El obispo de Mar del Plata celebró la misa por la fiesta de la Virgen de Lourdes en el marco de la XXXI Jornada Mundial del Enfermo. Al respecto, pidió "salir al encuentro de nuestros hermanos".

Cientos de peregrinos se acercaron el sábado 11 de febrero, fiesta de la Virgen de Lourdes y en el marco de la XXXI Jornada Mundial del Enfermo, hasta la gruta ubicada en el puerto de la ciudad de Mar del Plata, para rezar y agradecer las gracias recibidas.

Allí, el obispo diocesano, monseñor Gabriel Antonio Mestre, presidió la misa central, que fue concelebrada por el presbítero Miguel Cacciutto, junto a otros sacerdotes del clero local. Participaron también de la Eucaristía seminaristas, religiosas y religiosos.

En la homilía, monseñor Mestre reflexionó a la luz de las lecturas y propuso los siguientes tres puntos para profundizar en ellas, basados en las palabras "encuentro", "alegría" y "ternura".

En esa sintonía, el prelado invitó a “salir al encuentro de nuestros hermanos, para vivir una auténtica y verdadera fraternidad, tanto en la Iglesia como en los distintos ámbitos de nuestro país”. Monseñor Mestre recordó que “año a año, muchos hermanos se acercan a pedir por la salud de sus seres queridos”, pero también subrayó la importancia de “interceder por todos aquellos que precisan salud física y espiritual”.

Finalmente, la actriz y cantante Cecilia Milone interpretó el Ave María, en honor a la santísima Virgen de Lourdes.

Al término de la celebración, se llevó a cabo la tradicional procesión con la imagen de la Virgen por las calles del puerto, en un clima de gran devoción y piedad, “no solo por quienes caminaban alrededor de la imagen de la Madre, sino también por los vecinos del barrio, que como cada año decoraron sus balcones y ofrecían gestos de cariño a Nuestra Señora”, expresaron desde el obispado.

Durante el trayecto, monseñor Mestre se detuvo en algunos lugares puntuales del barrio para dar la bendición.  Al regresar a la gruta, los fieles rezaron, cantaron y adoraron al Santísimo Sacramento durante toda la tarde.

La jornada concluyó con la bendición por parte del obispo a los objetos de devoción de los fieles, quienes entonaron las estrofas del himno nacional y saludaron una vez más a la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de Lourdes.

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