En el día del santo patrono de las obstétricas, parturientas y embarazadas, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, celebró la Eucaristía en el Santuario dedicado a San Ramón Nonato, en el barrio porteño de Vélez Sarsfield.

Ante un templo repleto, el prelado invitó a detenerse a pensar en la fragilidad de la vida: “¡Qué delicada y qué frágil es la vida!, ¡cuánto tenemos que cuidarla entre todos!, reflexionó”.

En su homilía, monseñor García Cuerva destacó la fragilidad de la vida en todas las etapas, desde el embarazo hasta la ancianidad: “Por favor, cuidemos todas las vidas. San Ramón nos puede ayudar, pero necesitamos nosotros comprometernos”.

Al finalizar la celebración, el arzobispo destacó la importancia de estar unidos, de “que nos sintamos una familia”, e invitó a realizar un gesto cuidando la vida: pidió a todos los presentes que pusieran sus manos sobre la vida que quieren cuidar. A las embarazadas, en sus panzas; a las madres en sus hijos; a los nietos, en sus abuelos; y  a aquellos que fueron solos, en sus propios corazones, para ser conscientes de la vida que debemos honrar y cuidar en todo momento.