Mons. Fernández propuso "líneas operativas" para la catequesis y la pastoral juvenil

Mons. Fernández propuso

El arzobispo platense aseguró que estas líneas permitirán trabajar en un camino de "simplificación y profundización de la catequesis, para que podamos lograr mejor los grandes objetivos".

El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, propuso una serie de “líneas operativas” para la catequesis y la pastoral juvenil para la arquidiócesis, inspiradas en las encíclicas del papa Francisco Evangelii Gaudium y Christus Vivit.

El prelado se dirigió a todos los catequistas y formadores de la arquidiócesis, a quienes les recordó que desde hace más de dos años la catequesis diocesana (escolar y parroquial) “está en revisión”. 

En esa línea, el arzobispo platense reconoció que, si bien todavía “no tenemos un nuevo plan de catequesis ya terminado, mientras tanto cada catequista y cada equipo de catequistas pueden ir trabajando en este camino de simplificación y profundización de la catequesis, para que podamos lograr mejor los grandes objetivos”.

En ese sentido, monseñor Fernández expresó que “la pastoral juvenil implica dos grandes líneas de acción. Una es la búsqueda, la convocatoria, el llamado que atraiga a nuevos jóvenes a la experiencia del Señor. La otra es el crecimiento, el desarrollo de un camino de maduración de los que ya han hecho esa experiencia (ChV 209)”.

Luego, manifestó que “cualquier proyecto formativo, cualquier camino de crecimiento para los jóvenes, debe incluir ciertamente una formación doctrinal y moral progresiva, pero lo más importante es que esté centrado en dos grandes ejes: uno es la profundización del kerygma, la experiencia fundante. El otro es el crecimiento en el amor fraterno, en la vida comunitaria, en el servicio (ChV 213)”.

Seguidamente, aseguró: “No hay que pensar que en la catequesis el kerygma es abandonado en pos de una formación supuestamente más ‘sólida’. Nada hay más sólido, más profundo, más seguro, más denso y más sabio que ese anuncio. Toda formación cristiana es, ante todo, la profundización del kerygma, que se va haciendo carne cada vez más y mejor, que nunca deja de iluminar la tarea formativa, y que permite comprender adecuadamente el sentido de cualquier tema que se desarrolle (EG 165)”.

Por otra parte, señaló que, además de la pastoral habitual que realizan las parroquias y los movimientos según determinados esquemas, “es muy importante dar lugar a una ‘pastoral popular juvenil’, que tiene otro estilo, otros tiempos, otro ritmo, otra metodología”. 

“Consiste en una pastoral más amplia y flexible que estimule, en los distintos lugares donde se mueven los jóvenes reales, esos liderazgos naturales y esos carismas que el Espíritu Santo ya ha sembrado entre ellos. Se trata, ante todo, de no ponerles tantos obstáculos, normas, controles y marcos obligatorios a esos jóvenes creyentes, que son líderes naturales en los barrios y en diversos ambientes. Solo hay que acompañarlos y estimularlos, confiando un poco más en la genialidad del Espíritu Santo, que actúa como quiere”, señaló.

Finalmente, pidió que el “Señor bendiga en abundancia la preciosa tarea de ustedes y acreciente el gozo de servirlo”.

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