La primera sura del Sagrado Corán
La Sura Al-Fatiha (en árabe: الفاتحة) es la primera sura del Sagrado Corán y una de las más importantes en la vida diaria del musulmán. Su nombre significa “La Apertura”, ya que abre el Libro revelado por Dios y también la oración ritual (salat), que no es válida sin su recitación.
Los nombres de la Sura Al-Fatiha
A lo largo de la tradición islámica, esta sura ha recibido varios nombres, cada uno reflejando un aspecto específico de su significado y función espiritual:
Umm al-Kitab (أمّ الكتاب): La Madre del LibroUmm al-Qur’an (أمّ القرآن): La Madre del CoránAsh-Shifā’ (الشفاء): La CuraciónAs-Sab‘ al-Mathānī (السبع المثاني): Las siete repetidasAl-Hamd (الحمد): La Alabanza
Estos nombres aparecen en diversos hadices y textos de exégesis coránica (tafsir), y reflejan el lugar central de esta sura en la revelación islámica.
Relevancia de la Sura Al-Fatiha en la oración
La recitación de Al-Fatiha es obligatoria en cada unidad (rak‘a) de la oración islámica. Según el consenso de los eruditos, sin esta sura, la oración no es válida. Tal como mencionan numerosos juristas, es un pilar (rukn) de la salat.
Hadiz Qudsi sobre la recitación de Al-Fatiha
Uno de los hadices más conocidos que destaca la grandeza de esta sura es el siguiente, recogido en Sahih Muslim (395):
“Yo dividí la oración entre Yo y Mi siervo en dos partes, y Mi siervo tendrá lo que pida.
Cuando Mi siervo dice: ‘Alabado sea Dios, Señor de los mundos’, Yo digo: ‘Mi siervo Me ha alabado’.
Cuando dice: ‘El Clemente, el Misericordioso’, Yo digo: ‘Mi siervo Me ha agradecido’.
Cuando dice: ‘Soberano del Día del Juicio’, Yo digo: ‘Mi siervo Me ha glorificado’.
Cuando dice: ‘Solo a Ti adoramos y solo a Ti imploramos ayuda’, Yo digo: ‘Esto es entre Yo y Mi siervo, y Mi siervo tendrá lo que pide’.
Cuando dice: ‘Guíanos por el camino recto, el camino de los que Tú has favorecido, no de los que han incurrido en Tu ira ni de los extraviados’, Yo digo: ‘Esto es para Mi siervo, y él tendrá lo que pide’.”
Este hadiz muestra que la recitación de la sura no es un mero ritual, sino un diálogo íntimo entre el siervo y su Creador.
Contenido y significado de los versos de Al-Fatiha
La Sura Al-Fatiha contiene siete aleyas (versículos) que resumen los pilares esenciales del mensaje islámico: monoteísmo, misericordia, día del juicio, adoración exclusiva a Dios y guía hacia el camino recto.
En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso.
(Reconocimiento de la misericordia divina en toda acción).Alabado sea Dios, Señor del universo.
(Expresión de gratitud y reconocimiento de la soberanía divina).El Clemente, el Misericordioso.
(Reiteración de los atributos esenciales de Dios).Soberano del Día del Juicio.
(Afirmación del destino y del juicio final).Solo a Ti adoramos y solo a Ti imploramos ayuda.
(Declaración de fe y dependencia total de Dios).Guíanos por el camino recto.
(Súplica por la orientación divina).El camino de los que Tú has agraciado, no de los que han incurrido en Tu ira ni de los extraviados.
(Petición de permanencia en la vía correcta, lejos del error).La Sura Al-Fatiha como resumen del Corán
Muchos eruditos han afirmado que Al-Fatiha resume los temas principales del Corán, como el tawhid (la unicidad de Dios), la profecía, la resurrección y la legislación moral y espiritual. Por eso, también se la llama «la esencia del Libro».
Beneficios espirituales de Al-Fatiha
Además de su uso obligatorio en la oración, numerosos hadices mencionan que la Sura Al-Fatiha tiene un efecto curativo, tanto espiritual como físico, si se recita con fe:
En el Sahih de Bujari, se narra que algunos compañeros del Profeta ﷺ recitaron esta sura sobre un jefe de tribu enfermo, y Dios le concedió la curación.Por ello, muchos musulmanes recurren a su recitación en momentos de dificultad o enfermedad, buscando el consuelo divino.La centralidad de Al-Fatiha en la vida del musulmán
La Sura Al-Fatiha no es simplemente una introducción al Corán, sino su corazón y resumen esencial. Cada musulmán la recita decenas de veces al día, y en ella encuentra alabanza, guía, adoración, súplica y esperanza. Es un constante recordatorio de la relación directa y viva entre el ser humano y su Creador.
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