Tras el éxito del Rosh Hashaná Urbano, Fernando Rubín, presidente de Limud Buenos Aires, habló sobre la institución, sus objetivos y la comunidad judía en general, en diálogo con la Agencia Judía de Noticias.
¿Qué es lo que se vivió este año con Limud?
Venimos creciendo en las actividades que organizamos y la cantidad de gente que participa. Tanto en el evento del Día Limud, con 850personas, como la Javruta, que duplicó la gente que vino el año pasado, y el Rosh Hashaná Urbano, que la tomamos el año pasado y le dimos toda la idiosincrasia y valores de Limud. Tuvimos un nuevo espacio, Limud Textual, donde rabinos y profesores leyeron textos defuentes judías con muchas personas escuchando, era una especie de grupo de estudio debatiendo.
¿Se veía a gente observante?
Uno de los slógans de Limud es “celebremos la diversidad”. En el Rosh Hashaná Urbano se veía y se respiraba una gran diversidad. La mitad era judía y la otra mitad no. Era una actividad abierta a toda la ciudad de Buenos Aires, donde pudimos mostrar nuestra cultura y compartirla con todos los ciudadanos de la ciudad. Es una manera de integrarnos y compartir con los demás lo que somos, en este caso con el festejo del Año Nuevo. Dentro de la gente judía había muchos matrimonios mixtos, gente conservadora y muchos religiosos, mucha gente con kipá. A la tarde se hizo un minian de 20 personas. Había judíos ortodoxos rezando, muchos judíos de distintas denominaciones. Es una actividad muy amigable para la gente que está en el borde, que es judía pero no tiene tan en claro la educación judía de sus hijos. Esto les resulta menos invasivo. Es una oportunidad para que quienes están un poco más alejados vean lo que se puede hacer en un espacio comunitario.
¿Esto es algo local o Limud tiene esta particularidad en otros países?
Este formato no existe en ninguna parte. En el mundo, Limud organiza un evento de estudio de uno a cinco días. La gente estudia y aprende. Asisten no judíos pero es más inusual. Este evento urbano, donde se abre a la comunidad, se hace en pocas ciudades del mundo, pero no dentro de Limud. Lo comenzó el Joint en Argentina hace varios años y después Alberto Senderey lo llevó a Europa. Limud Buenos Aires vio que el Rosh Hashana Urbano iba con sus valores, y al dejar de hacerse decidimos tomarlo nosotros. Es un formato mucho más fácil para que la gente no judía venga. Las películas tuvieron 100 espectadores por función y 1.200 personas fueron a ver los espectáculos de standup, por ejemplo. También había diversidad en edades y clases sociales. La diversidad se respiraba.
Ante este escenario que supera a los anteriores, ¿pudo ver algo?
Éramos 150 voluntarios, que es una de las diferencias que tiene Limud. Había madrijim de distintos lugares que ayudaban a repartir manzanas o atender un stand. Cuando nos juntamos y vemos lo que estamos haciendo y la magia que se produce al tener la diversidad y estar festejando unidos, no en oposición, es un placer y un orgullo. Terminamos y estábamos felices.
¿Cuánta gente transitó por este evento?
Es difícil de calcular porque hay mucha movilidad, la gente va un rato. Creemos que deben haber pasado más de 40.000 personas. Hay muy pocos eventos con tanta asistencia.
¿Qué opina acerca de que tantas personas puedan participar de un evento de tanta diversidad?
Para mí fue espectacular. La diversidad también estaba en los sponsors, por ejemplo teníamos al Gobierno de la Ciudad y también a la Presidencia de la Nación. Fue muy importante. De hecho, Hernán Lombardi, ministro de Cultura porteño, asistió del evento.
¿Cómo se continúa cuando alguien empieza a vivir algo que va tomando volumen con una gran responsabilidad y una gran exposición?
El desafío de Limud es que se sumen más voluntarios, porque se hace con voluntarios, que van rotando. Rosh Hashaná Urbano es un evento en el que estuvimos trabajando los últimos seis o siete meses. Un evento así está sostenido por voluntarios y por todas las comisiones de Limud. Después de un evento así, tenemos mucha gente que dice ‘yo me quiero sumar’. Están entrando muchos ex profesionales de la comunidad, que ven en Limud un lugar de voluntariado donde pueden volcar todo el conocimiento que tienen. Estos son mega-eventos con mucho contenido. Para esto necesitamos de gente que pueda organizarlo muy bien porque no es un evento común, es un evento masivo. También entra gente que está trabajando en empresas o en ONGs, gente que nunca fue dirigente. Yo veo a empresarios que se sienten muy identificados ya que ven que es una actividad que atrae a una porción de los judíos de Buenos Aires que están más alejados, algo que tiene un valor enorme.
¿Hay una falla institucional que no se está ocupando de la gente que se encuentra alejada del judaísmo?
Creo que se complementa con las demás instituciones de la comunidad. Lo que faltaba tal vez era un espacio como este, que justamente es una puerta de entrada para que después vayan a otras instituciones. Un lugar de estímulo, que te diga que si empezás a sentir tu identidad judía y querés dar un paso más, acá podés empezar.
¿Esto es una especie de rescate de la vida judía?
Yo creo que sí, creo que es una celebración de la vida judía, integrados con los demás, y es una manera de mostrar un espacio a quienes están un poquito más alejados. Uno se involucra de a poco y si tiene ganas puede ir más fuerte a partir de participar en Limud. Esto no es invasivo. Muchos matrimonios mixtos no quieren estar en lugares donde solamente haya judíos porque ahí es donde sienten que se cierran.
¿Qué análisis hace de la comunidad judía hoy?
Veo que la gente hoy no tiene una sola identidad sino múltiples identidades que van conformando su identidad. Cuando elegir su identidad judía le implica cerrarse y le impide conectarse con otros es ahí donde tiene un problema. Por eso hay más matrimonios mixtos, la gente hoy no quiere encerrarse. Mucha gente siente que estar en una institución judía solamente con judíos no le satisface su necesidad de múltiples identificaciones.
¿Ustedes pudieron informar este fenómeno a Limud central?
El Rosh Hashaná Urbano si no lo vivís es muy difícil de explicar. La gente ve una foto y ve que hay un montón de gente y un montón de stands, pero no termina de entender. Nosotros lo estamos explicando. Creo que Limud Internacional todavía no dimensiona lo que es esta actividad, la potencia que tiene.
¿Qué pasa cuando un político judío o no judío ve este fenómeno?
Cuando Lombardi vio a Tango Klezmer Project dijo: ‘Esta es una banda que tengo que apoyar para la ciudad de Buenos Aires’. Entonces me pidieron el teléfono. En este caso, a un grupo de chicos que hacen música judía porteña este evento quizás les dio una posibilidad de tener más salida laboral y que el arte judío pueda mostrarse más en Buenos Aires. Es una muestra de lo que es Limud, la cultura judía y porteña se combinan en algo distinto y único, y a partir de la diferencia , se encuentran.
Con respecto al tema comunitario, ¿cuál es la reacción que puede tener un dirigente?
Yo creo que les encantó. Todos los llamados que tuve fueron muy positivos. Estaban felices y nos felicitaron. Yo lo veo como un complemento de las instituciones de la comunidad judía, no como una competencia. Es un evento que te da muchas satisfacciones. Al Día Limud también vienen judíos y no judíos, incluso los que dan las charlas. Porque el tema es hablar sobre judaísmo, pero no tenés por qué ser judío para eso. Eso es interesante en la propuesta, que es innovadora. Es un judaísmo pensado de una manera muy abierta. El programa televisivo de la AMIA está viviendo un fenómeno parecido. Está pasando también en los templos, donde invitan a un cura para que hable para las fiestas. La Argentina exporta convivencia.
¿Qué es lo que queda de sus actividades de acá a fin de año?
Vamos a tener un momento de evaluación, que coincide con los Iamim Noraim, y un brindis con todos los voluntarios, por el año nuevo.Es bastante probable que hagamos una Casa Limud, una actividad para voluntarios, disertantes y donantes.
¿O sea que este fue el cierre del año?
¡Casi! Ahora vamos a recuperar energías para ir planeando las del año que viene y puede ser que surja algún proyecto más.
¿Tienen algún vínculo con la gente que transitó por Limud durante el año?
Tenemos los datos de todos lo que participaron de Javruta y Día Limud. Del Urbano es imposible. Lo que hicimos es buscar nuevosdonantes y voluntarios. Limud se sostiene con donaciones. Es muy importante el apoyo. La gente muchas veces pide que se hagan actividades y hay que ayudar a que se sostengan. Con muy poquito que aporten muchas personas podemos seguir sosteniendo este tipo de eventos, donde a su vez buscamos más voluntarios y donantes. La gente también puede hacerlo a través de nuestra página webwww.limudba.com
¿Cómo se enteró la gente de Rosh Hashaná Urbano?
Tenemos una gran base de datos y una comisión de comunicación que no para de mandarte flyers y pensar e implementar la estrategia de difusión y branding. Estuvimos en muchas radios, trabajamos con una agencia de prensa en donde que nos ayudó a salir en más de 20 medios gráficos y tenemos gente que nos donó su espacio, por ejemplo hubo uno en los cines y otro en los subtes y shoppings.
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