El Líbano está en peligro, asegura el presidente de Cáritas

El Líbano está en peligro, asegura el presidente de Cáritas

“El atentado del jueves 12 de noviembre en Beirut confirma de una forma trágica la amenaza de desestabilización que se cierne sobre el Líbano. Si la guerra en Siria continúa, es inevitable que nuestro país corra el peligro de ser absorbido por el vórtice”, dijo el sacerdote maronita Paul Karam, presidente de Cáritas Líbano, luego de la masacre en el centro comercial de esta capital. “Las consecuencias de la guerra en Siria -dijo el sacerdote libanés- caen inevitablemente sobre nosotros”.

“El atentado del jueves 12 de noviembre en el distrito de Beirut controlado por los chiitas de Hezbolá, confirma de una forma trágica la amenaza de desestabilización que se cierne sobre el Líbano. Si la guerra en Siria continúa, es inevitable que nuestro país corra el peligro de ser absorbido por el vórtice”. 

Con estas palabras el sacerdote maronita Paul Karam, presidente de Cáritas Líbano, comentó la masacre en el centro comercial de Beirut reivindicada por los yihadistas del Estado Islámico (Daesh). “Las consecuencias de la guerra en Siria -dijo a la Agencia Fides el sacerdote libanés- caen inevitablemente sobre nosotros. 

El elevado número de refugiados sirios que llegaron al Líbano, y que en Cáritas tratamos de ayudar en todos los modos posibles, inevitablemente crea problemas para la seguridad de todos. En una multitud de desesperados tan enorme, no es difícil imaginar que puede haber incluso algunos a los que han lavado el cerebro, y están dispuestos a inmolarse en atentados suicidas, causando víctimas inocentes. 

Y en esta situación trágica -añadió monseñor Karam– la parálisis institucional que atraviesa el Líbano hace que el país sea aún más frágil. La comunidad internacional y las potencias regionales que lo han suscitado, deben ser quienes detengan el conflicto en Siria, si realmente desean evitar que todos los países de la zona se vean contagiados y desestabilizados por esta guerra loca”. 

El atentado llevado a cabo por dos terroristas suicidas que se inmolaron a pocos minutos el uno del otro, en una zona muy concurrida, es el acto más grave de violencia que tuvo lugar en el Líbano en los últimos ocho años, y causó al menos 43 muertos y 239 heridos. El viernes 13 se declaró día de duelo nacional con el cierre de las escuelas y universidades. La prensa libanesa destacó la respuesta de unidad nacional ante la masacre, pero hay quienes reconocen que el Líbano corre el riesgo de convertirse en una “tierra de yihad”.

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