El “Juicio Universal” por problemas de dinero y finanzas, desmentido por el Vaticano

El “Juicio Universal” por problemas de dinero y finanzas, desmentido por el Vaticano

Monseñor Galantino, presidente de la administración del Patrimonio de la Santa Sede (APSA) desmiente las anticipaciones de la prensa sobre libro que denuncia insolvencia económicaEl Vaticano no tiene riesgo de llegar a un colapso económico, mucho menos al incumplimiento de sus deberes. Así defiende la posición de la Santa Sede, el obispo italiano, Nunzio Galantino, presidente de APSA, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. 

 

 

Lo hizo a través de una entrevista exclusiva con el diario católico italiano, Avvenire, publicada este martes 22 de octubre de 2019. “Simplemente no es verdad”, sostuvo, negando lo que se escribió en algunas anticipaciones de prensa del libro publicado en italiano ‘Giudizio Universale’ (El juicio final) del periodista Gianluigi Nuzzi, ya conocido internacionalmente por escribir otro libro con documentos reservados tomados sin autorización del escritorio del entonces papa Benedicto XVI y por haber sido juzgado por un tribunal vaticano por el caso Vatileaks2. 

Galantino: Falso que haya una gestión clientelar y sin regla

Monseñor Galantino respondió a las acusaciones del libro sobre una mala gestión y desmintió que el resultado negativo del balance de la APSA sea consecuencia de “una gestión clientelar y sin reglas, de la contabilidad fantasma y del obstinado sabotaje a la acción del Papa”, como se ha escrito. “De hecho -explica- la gestión ordinaria de la APSA en 2018 cerró con un beneficio de más de 22 millones de euros. Los datos contables negativos se deben exclusivamente a una intervención extraordinaria destinada a salvar el funcionamiento de un hospital católico y los puestos de trabajo de sus empleados”. 

Galantino: No hay cuentas secretas

En la APSA, afirmó, “no hay cuentas cifradas o secretas”. Así como “tampoco hay cuentas de personas naturales u otras personas jurídicas, excepto los dicasterios de la Santa Sede, los órganos anexos y el Governatorato. Un Estado que no tiene impuestos o deuda pública solo tiene dos maneras de vivir. Obtener rédito de sus propios recursos y depende de las contribuciones de los fieles, incluso de los que están en el Óbolo di San Pietro. 

Aquí quieren que la Iglesia no tenga nada y que, en todo caso, dé un pago justo a sus empleados y responda a muchas necesidades, en primer lugar a las de los pobres. Es evidente que no puede ser así. Se necesita una revisión de los gastos para contener los costos de personal y la compra de materiales, y se está trabajando en ello con mucho cuidado y atención. Así que no hay alarma sobre el hipotético default. Más bien, hablamos de una realidad que se da cuenta de que hay que moderar los gastos”.

Galantino: cliché periodístico desgastado

En cuanto a una supuesta oposición entre el Papa y la Curia, las declaraciones de Galantino son igualmente claras: “Contrastar al Papa con la Curia es un cliché periodístico desgastado. Todos seguimos trabajando para equilibrar ingresos y gastos y, por lo tanto, tratamos de hacer lo debido y solo lo que el Papa quiere. Otras lecturas saben mucho a ‘Código Da Vinci’, que es un enfoque absolutamente ficticio de la realidad”. 

Lo que está sucediendo en el Vaticano es, recuerda el presidente de APSA, la consecuencia de la necesidad de una revisión de gastos, como sucede en cualquier familia y en todos los estados serios. “En un momento dado se mira lo que se gasta, se ve lo que entra y se intenta reequilibrar los gastos”.

Galantino: Inmuebles para uso de la iglesia y no para hoteles de Lujo

Respecto a las propiedades gestionadas por el APSA, el presidente ha dado los siguientes datos: “Se trata de 2.400 apartamentos, la mayoría en Roma y Castel Gandolfo, y 600 entre tiendas y oficinas. Los que no generan ingresos son los apartamentos de servicio o las oficinas de la Curia. En cuanto a su valor de mercado, es imposible hacer una estimación. Tomemos los edificios de la Piazza Pio XII: ¿cuánto valen en la práctica? Si se convierten en un hotel de máximo lujo, es una cosa; si albergan las oficinas de la Curia Romana, tal y como lo hacen ahora, no valen nada”. 

Además, sostuvo que “alrededor del 60 por ciento de los apartamentos se alquilan a empleados que tienen necesidades, a los que se les cobra un alquiler reducido. Se trata de una forma de vivienda social. Si esto lo hacen las grandes empresas privadas, son acciones encomiables que cuidan del personal. Si lo hace el Vaticano, somos incompetentes, o peor aún, no sabemos cómo administrar el patrimonio”.

Galantino: Benedicto XVI inició el cambio y Francisco prosigue por buen camino 

El presidente del APSA también ilustra que la situación actual de la administración de la Santa Sede es el resultado de una “revisión de gastos”. “Y, por lo tanto, el presupuesto actual de la administración de la Santa Sede, ya sea en rojo o en verde, no es el resultado de robos, astucia y gestión equivocada”. 

En el mencionado libro, el periodista prometió desvelar el entrelazamiento de intereses, dinero y poder que animan a ciertos cardenales y monseñores, “revelando por primera vez la densa red de cuentas corrientes, operaciones financieras y especulaciones que se apoderan del Vaticano”.

En cambio, Galantino afirmó que muchas cosas han cambiado para bien en la gestión del patrimonio. “Tenga en cuenta que el Vaticano no tiene un régimen fiscal resultante de la imposición de impuestos o aranceles, no tiene una deuda pública. Su PIB, si queremos llamarlo así, se basa únicamente en lo que puede derivar del patrimonio que tiene (incluidos los Museos Vaticanos) y de las ofrendas de los fieles y las diócesis de todo el mundo”. 

Además, confirmó que “los instrumentos de control implementados por Benedicto XVI y facultados por el Papa Francisco están permitiendo poner orden en la gestión de este patrimonio para equilibrar salidas e ingresos y donde sea necesario hacer correcciones de práctica con respecto a las competencias de los órganos administrativos de la Santa Sede”.

Nuzzi: Desvelar intereses, dinero y poder que animan a ciertos cardenales y monseñores

Por su parte, Nuzzi describe como un verdadero ‘virus’ la vorágine en las cuentas del Vaticano, en especial al interno de cada dicasterio de la curia romana. Afirma que el pontificado de Francisco no caerá por los ataques ‘instrumentales’ de los católicos conservadores y tampoco por la crisis de las vocaciones o la reducción del número de fieles. Sostiene que será por la insolvencia. “El deficit del Vaticano es por tanto ‘estructural’, como denuncian reservadamente los consejeros de Bergoglio”, expone Nuzzi. 

Nuzzi dice haber consultado más de 3000 documentos recopilados desde 2013 hasta el verano de 2019. “Sacan a relucir la verdad sobre el dinero robado, la mala gestión, el robo de cardenales y altos prelados, las luchas de poder lejos del Evangelio, las sombras de tres bancos con cuentas misteriosas”.

En la anticipación del libro se lee: “Cuanto más se vuelve negro el futuro, más Bergoglio se encuentra manejando situaciones excepcionales, enfrentando los peores números de la economía del Vaticano, tomando decisiones que difícilmente concilian las necesidades económicas con los dogmas de la doctrina, de la Iglesia social y las finanzas éticas”.

A fines de mayo de 2019, en la mesa del Papa – según Nuzzi-  aparecieron los datos presupuestarios, el estado de salud de la APSA que “por primera vez en la historia el año fiscal 2018 cierra en negativo. Nunca había sucedido”. 

Los datos de Nuzzi especulan sobre el resultado operativo y afirma que dicho balance “nunca disminuyó en un 27 por ciento”, tanto que jamás “registró un -67 por ciento, ni el de la administración en un -56 por ciento, incluso, acusa que “se desplomó a -115 por ciento, antes de las intervenciones masivas para cubrir las pérdidas”.

Nuzzi acusa al APSA de dejar casi 800 inmuebles de la Iglesia sin arrendar y las propiedades dejadas en herencia al Vaticano usadas por ‘terceros’ sin pagar casi nada por su uso. Galantino enfrentó esta tesis con números desmarcándose de interpretaciones tendenciosas.

El periodista por su parte expone que 3200 bienes dados en contrato de arrendamiento, el 15% es concedido a ‘cero’ ganancia. Afirma que los cardenales viven en apartamentos de cuatrocientos metros cuadrados, mientras el Papa vive en una habitación en Santa Marta. Denuncia que la estructura del Vaticano con sus costos es un elefante en vías de extinción. 

Las opciones son pocas y alude a la venta del patrimonio inmobiliario para calmar la tempestad. Sin embargo, Galantino ya ha afirmado que el Papa no desea poner a la venta inmuebles bajo la lógica de la especulación inmobiliaria, algo anti ético.

Nuzzi expone que el Papa ha confiado a los cardenales que le asesoran que cada inversión debe ser evaluada para evitar daños a la misión del Evangelio. Los sueldos de los empleados del Vaticano también – escribe Nuzzi – pesan negativamente en el balance, especialmente por la ‘incompetencia’ o por la falta de gestión administrativa seria del personal, para ello cita documentos parciales del Consejo de Economía. 

¿Quien es Nuzzi? GABRIEL BOUYS / AFP

Gianluigi Nuzzi ha construido su carrera periodística publicando libros polémicos sobre el papa, sea Benedicto XVI o Francisco. En 2009 con su primer libro dedicado al Vaticano (Vaticano Spa) salta a la ‘fama’ internacional cuando revela documentos privados de Monseñor Renato Dardozzi. Así propone reconstruir los escándalos financieros y políticos desde el final de la era de Marcinkus hasta los años noventa del siglo pasado. 

Sucesivamente, en 2012, publica el libro ‘Su Santidad’ , usando documentos confidenciales del papa Benedicto XVI. En el llamado Vatileaks, se crea un hito editorial alimentado por la fuga de documentos del escritorio del Papa. La prensa conecta estos hechos a la renuncia de Benedicto XVI en 2013. En 2015, sale a la venta ‘Via Crucis’ con el cual intenta describir los primeros años del pontificado de Francisco y el comienzo de una revolución para una Iglesia que finalmente es transparente.

El Vaticano juzga a Nuzzi en su Tribunal por el uso de documentos sacados de manera indebida, pero luego lo absuelve, junto a Emiliano Fittipaldi (otro periodista que escribió el libro, Avaricia) porque ellos nunca realizaron acciones dentro del Vaticano y porque la Santa Sede ha dado valor a la ‘libertad de pensamiento’. Sin embargo, en 2016, condenan a monseñor Lucio Ángel Balda a 18 meses por la divulgación de los documentos reservados usados por Nuzzi y a diez meses a Francesca Immacolata Chaouqui, por concurso en la divulgación, pena suspendida. El Vaticano cambió sus leyes para perseguir a quienes divulgan documentos de estado reservados. 

En 2017, Nuzzi vuelve a publicar otro libro: ‘Pecado Original’, nuevamente gracias a documentos reservados filtrados en el que expone su tesis sobre una red de escándalos que marcó a la Iglesia desde Papa Luciani hasta Francisco. Nuzzi también denunció abusos dentro del Preseminario San Pio X, donde viven los monaguillos que sirven en la Basílica de San Pedro.

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