Después del ataque al semanario francés “Charlie Hebdo”, varios musulmanes se quejaron en las ciudades de Sao Paulo, Minas Gerais y Mato Grosso, de un fenómeno nuevo que nunca han vivido antes, agresiones de todo tipo sufridas en las calles y hasta el transporte público.

El pasado 8 de enero, los musulmanes encontraron varias paredes de la mezquita de San pablo, cubierta con inscripciones racistas. Horas más tarde, en Minas Gerais, un musulmán de 27 años, fue agredido mientras jugaba con su hijo de seis años en el club de la ciudad. "Asesino! Nadie te quiere aquí ", gritó el agresor. 

De acuerdo con medios brasileños, la semana pasada, Sarah Ghuraba, de 27 años, ha sido agredido con una piedra cuando ingresaba a un consultorio médico en las afueras de san pablo. El agresor le gritó "Maldita musulmán". Sarah publicoo detalles sobre la agresión en su página de facebook.

"¿Un musulmán brasileño debe morir para entender que hay islamofobia en Brasil?", Se preguntó, señalando que el tema debe ser tratado con la misma importancia que se da a los casos de xenofobia en general.

El director de la Unión Nacional de Entidades Religiosas Islámicas, Sheij Mohamad Al Bukai, expresó en los últimos días su temor que la violencia por intolerancia religiosa puede extenderse a Brasil. Para él, el país es un ejemplo de convivencia y, por lo tanto, la violencia debe ser condenada.