Inusual panel en la Conferencia sobre el Antisemitismo de la EJA en Cracovia, con los influencers Amjad Taha, Rawan Osman y Loay Alshareef.
Por: Elías L. Benarroch
En un mundo árabe saturado de desinformación sobre Israel y el pueblo judío, tres jóvenes influencers, con cientos de miles de seguidores por redes sociales, se han convertido en un fenómeno inusual: árabes que hablan de paz, convivencia y verdad. Una de ellas hasta se define como "árabe sionista".
El inusual panel tuvo lugar en la Conferencia sobre el Antisemitismo organizada por la Asociación Europea Judía (EJA) en Cracovia, e incluyó a los influencers Amjad Taha, Rawan Osman y Loay Alshareef, quienes ofrecieron un testimonio directo y a veces desgarrador sobre su transformación personal y su lucha, desde las redes sociales, contra el odio antijudío.
"El silencio ante el odio nunca es neutral", introdujo el moderador Ralph Pais, subdirector del Centro Judío de Documentación e Información (JID) de Amberes. "Estos tres activistas demuestran que la paz empieza por decir la verdad", añadió.

Conferencia sobre Antisemitismo de la European Jewish Association, en Cracovia (Foto: Enfoque Judío)
El panel buscó explorar cómo se percibe el conflicto árabe-israelí en el mundo árabe y qué herramientas pueden servir para combatir el antisemitismo. Los tres participantes —de Siria, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos— coincidieron en que la batalla más importante hoy se libra en las redes sociales, no en los parlamentos ni en los medios tradicionales. Y desde luego que no únicamente en el campo de batalla.
Hablaron esta semana ante un centenar de líderes políticos y periodistas europeos en una conferencia en Cracovia y Auschwitz que exigió medidas de emergencia a los Gobiernos europeos para combatir el antisemitismo de los últimos dos años, y proteger a las comunidades judías con planes efectivos. Porque como dijo el invitado de honor, el ex primer ministro británico Boris Johnson: "No podemos ser tan arrogantes como para creer que no volvería a pasar".
De la fobia al encuentro
La activista siria Rawan Osman, nacida en el Líbano y residente en Alemania, abrió el debate con un relato autobiográfico que retrata, en primera persona, la educación del odio. "Crecí en un entorno donde los judíos, los israelíes y los sionistas eran lo mismo: el enemigo", contó. "Yo era una de esas jóvenes útiles que hoy vemos marchando en Europa con banderas de Hezbolá".
Osman recordó el día en que su visión se quebró. Estudiante en Estrasburgo, entró por azar en un supermercado kosher: "Escuché hebreo por primera vez y sentí pánico. Salí corriendo dejando mi bolso en el carrito. No había visto nunca un judío y, sin embargo, mi cuerpo reaccionó como si estuviera en peligro".

La influencer sirio-alemana Rawan Osman (Foto: Enfoque Judío)
Semanas después comprendió que aquel miedo era aprendido. "Toda mi vida había estado moldeada por los discursos de Hezbolá y por libros de historia censurados. Cuando accedí a información libre, descubrí que Israel no era lo que me habían enseñado, y que los judíos no eran demonios, sino personas como yo".
Hoy, Rawan Osman se define como una "ex antisemita recuperada". Desde sus redes —donde suma decenas de miles de seguidores— promueve la normalización árabe-israelí y denuncia la manipulación de medios como Al Jazeera, a los que acusa de "mantener cautiva a toda una generación con mentiras".
"El antisemitismo no es una opinión, es un crimen"
Por su parte, el estratega político Amjad Taha, originario de Bahréin y residente en los Emiratos Árabes Unidos, defendió con firmeza el modelo emiratí de tolerancia. "En mi país el antisemitismo no se considera una opinión. Es un crimen. Estoy orgulloso de ello", afirmó.
Taha, con más de 630.000 seguidores, celebró que los Acuerdos de Abraham entre Israel y varios países árabes "sobrevivieran al 7 de octubre" y subrayó que el compromiso de Emiratos con la convivencia "no se cerró ni un solo día" pese a la guerra. "El 7 de octubre vimos otra vez a quienes participaron, celebraron o ayudaron a la barbarie. Nosotros elegimos estar en el capítulo de los que tendieron la mano".

El influencer emiratí Amjad Taha (Foto: Enfoque Judío)
El analista también denunció la "libertad de odio" que, a su juicio, impera hoy en Europa. "En nombre de la libertad de expresión, se tolera la violencia verbal contra los judíos. En cambio, en Emiratos, el discurso de odio es castigado porque sabemos adónde lleva: a otro Holocausto".
Taha enumeró cifras preocupantes: más de 8.000 incidentes antisemitas en Alemania, 5.000 en Suecia y 2.000 en el Reino Unido desde el 7 de octubre. "Las autoridades europeas solo reportan, no actúan. Mientras tanto, familias judías viven con miedo", lamentó.
"He sido educado para odiar"
El egipcio Loay Alshareef, criado en Arabia Saudí y con más de 200.000 seguidores en redes, habló de su propia metamorfosis. "Fui adoctrinado desde niño para odiar a los judíos", confesó. "En la escuela nos enseñaban que Israel era el mal. Pero todo cambió cuando conocí a una familia judía en Francia. Viví con ellos y aprendí sobre el judaísmo directamente de la fuente, no de sus enemigos".
Alshareef aseguró que ese contacto personal transformó su vida. "Descubrí que millones de musulmanes llamamos a nuestros hijos con nombres de profetas judíos —David, Moisés, Salomón— sin conocer su historia. Fue el rey David, no Trump, quien proclamó Jerusalén como capital de Israel hace miles de años".

El influencer egipcio Loay Alshareef (Foto: Enfoque Judío)
Desde 2017 difunde mensajes de reconciliación y apoyo a los Acuerdos de Abraham. "El antisemitismo empieza con los judíos, pero nunca termina con ellos. Por eso, combatirlo no es tarea occidental: es un deber humano", subrayó.
Para Alshareef, la verdadera batalla del siglo XXI está en TikTok, Instagram y X: "Las universidades y los parlamentos ya no moldean las mentes; lo hacen los vídeos virales". Frente a los ataques que recibe en línea, responde con calma. "No lucho odio con odio. Yo fui como ellos y sé de dónde vienen sus palabras", dijo.
Gaza, educación y el precio de la verdad
Al abordar el conflicto de Gaza, Osman afirmó que "el 7 de octubre no ocurrió en el vacío. Fue la consecuencia de décadas de demonización del pueblo judío y de una maquinaria propagandística financiada por Catar".
Recordó que en muchos países árabes todavía rigen leyes de "antinormalización" que prohíben cualquier contacto con israelíes, incluso a nivel personal. "Esas leyes crearon generaciones incapaces de empatizar. Por eso no se conmovieron ni siquiera ante mujeres y niños masacrados".

El influencer árabe Amjad Taha enciende una vela en el campo de Auschwitz-Birkenau durante una ceremonia de recuerdo por las víctimas del Holocausto (Foto: EJA)
Para revertir esa herencia, la activista propone medidas drásticas: "desradicalización obligatoria" en los sistemas educativos y ayudas internacionales condicionadas a programas de tolerancia. "Los nazis no abandonaron el nazismo por voluntad propia. En partes del mundo árabe, sobre todo en Gaza, hay que imponer un proceso intensivo de reeducación", sostuvo.
Taha coincidió en que la educación es la clave, pero añadió un elemento político: "Europa debe dejar de financiar organizaciones que promueven odio. En Emiratos, cuando un terrorista ataca, lo capturamos, lo juzgamos y lo condenamos. No lo glorificamos".
Al Jazeera, desinformación y redes
En la ronda de preguntas del público, un asistente inquirió si Al Jazeera debería ser prohibida en Europa. Taha no dudó: "En los Emiratos está prohibida. Es el canal de Bin Laden, de ISIS y de Hamás. Cuando un medio se convierte en portavoz del terrorismo, no es periodismo: es propaganda". ¡Qué diría si conociera algunos medios españoles como El País, RTVE o La Sexta!
Añadió, con ironía, una comparación que arrancó aplausos: "Al Jazeera en árabe es el portavoz oficial de Hamás; Al Jazeera en inglés, el portavoz oficial de la comunidad LGBT. Una doble cara perfectamente calculada".
Osman y Alshareef coincidieron en que la televisión catarí mantiene secuestrada la narrativa árabe. "Durante décadas fue la única fuente de información en millones de hogares. Hoy, gracias a las redes sociales, los jóvenes árabes pueden acceder a otras voces y descubrir que en Israel hay diputados árabes, imanes con salario estatal y más de 300 mezquitas", explicó Alshareef. "Eso lo cambió todo".
"Israel no es el problema, el islam político sí"
En los minutos finales, los tres panelistas insistieron en que la guerra contra el antisemitismo no es una batalla de religiones, sino de valores. "Israel no es el problema. El problema es el islam político, que ha secuestrado a generaciones enteras", afirmó Osman.
Relató que, desde el 7 de octubre, ha visitado Israel catorce veces. "He vivido en siete países y nunca he visto nada igual. Amo a esa gente con todo mi corazón. Invito a todo árabe a viajar y ver cómo judíos, musulmanes y cristianos conviven allí".
Taha cerró el panel con un mensaje dirigido a las comunidades judías: "No están solos. Desde Emiratos hasta Europa, tienen amigos, familia y aliados que los ven como iguales. El 7 de octubre fue una prueba, y nosotros elegimos estar a su lado".
Pais, el moderador, concluyó entre aplausos: "Estos tres jóvenes nos recuerdan que la verdad sigue siendo la herramienta más poderosa contra el odio" ▪
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